Análisis : ¿Por qué la administración Trump empeorará el sistema de salud de los estadounidenses?

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THE LATIN VOX (13 de noviembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz

Expertos advierten que las políticas conservadoras del presidente electo podrían empeorar los problemas de salud pública en Estados Unidos, haciendo más difícil el acceso a cuidados médicos y retrocediendo en esfuerzos de salud pública como la prevención del tabaquismo.

Cuando Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos, lo hará bajo la promesa de «hacer América saludable nuevamente». Sin embargo, los expertos en salud pública advierten que las políticas conservadoras que ha defendido durante su campaña electoral están directamente asociadas con peores resultados de salud, no solo en los Estados Unidos, sino también en muchos otros países desarrollados.

Los científicos de la salud poblacional observan con preocupación la situación de los estados liderados por el Partido Republicano, que, en su mayoría, tienen algunos de los peores indicadores de salud en el mundo desarrollado.

El caso de estos estados podría ser un presagio sombrío de lo que depara el futuro bajo una administración Trump.“Estábamos observando las políticas adoptadas por otros países que permitieron a sus poblaciones vivir más tiempo y de manera más saludable», dijo el doctor Steven Woolf, investigador en salud poblacional y médico de familia en la Universidad de Virginia Commonwealth. «

Estas políticas incluían, entre otras cosas, la atención sanitaria universal, el apoyo a la educación, la prevención de la violencia armada y leyes para reducir el consumo de tabaco, muchas de las cuales son rechazadas por la administración de Trump o han sido bloqueadas por los líderes republicanos a nivel estatal».

La salud de los estadounidenses bajo el foco

Las políticas públicas que fomentan la equidad en salud, como el acceso universal a servicios médicos y la prevención de enfermedades, son ampliamente respaldadas por la investigación. Sin embargo, con Trump al mando, estos enfoques se ven amenazados. Según Woolf, uno de los “principales temores” es que, bajo la administración de Trump, se podría retroceder aún más en los avances que otras naciones desarrolladas han logrado en términos de salud pública.

El contraste con las políticas impulsadas por figuras como Robert F. Kennedy Jr., asesor cercano de Trump, también genera alarma. Kennedy, conocido por su escepticismo hacia las vacunas y sus creencias en remedios alternativos, promovió recientemente una agenda de salud que incluye terapias no comprobadas como las células madre, la ivermectina y el uso de productos no regulados por la industria farmacéutica.

A pesar de la falta de pruebas científicas sólidas que respalden estas terapias, Kennedy ha hecho de estas ideas la base de su enfoque hacia la salud pública.Mientras tanto, los expertos en salud pública sostienen que el acceso a seguros de salud universales, el control del tabaquismo, el aumento de impuestos a los productos nocivos y la mejora en los programas de diagnóstico y seguimiento de enfermedades de transmisión sexual (ETS) son algunas de las medidas más efectivas para mejorar la salud de la población.

El sur de EE.UU.: Un ejemplo de fracaso en salud pública

El sur de Estados Unidos presenta uno de los ejemplos más extremos de ignorar los factores clave que contribuyen a la mala salud. Esta región, que históricamente ha sido un bastión conservador, presenta algunas de las tasas más altas de diabetes, obesidad, mortalidad infantil y materna, enfermedades de transmisión sexual, cáncer y problemas de salud autoinformados en todo el país y, a veces, en el mundo desarrollado.

Un estudio de Commonwealth Fund reveló que si West Virginia fuera un país, tendría la peor tasa de muertes evitables de los 38 miembros de la OCDE, un grupo de democracias altamente desarrolladas. En esta región, la tasa de muertes evitables alcanza las 416 muertes por cada 100,000 habitantes, una cifra comparable a la de países como Letonia, Lituania y Hungría.

Además, el sur de EE.UU. tiene las tasas más altas de personas sin seguro de salud, con menor nivel educativo y una mayor proporción de población viviendo en pobreza, factores que están estrechamente relacionados con peores resultados en salud física y mental.

El impacto de la política republicana en la salud

La caída de la salud pública en EE.UU. se remonta a varias décadas, especialmente a la era de Ronald Reagan, cuando su administración recortó significativamente los fondos para el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) y el programa de seguros de salud pública Medicaid, eliminando muchos programas de salud pública.

Este recorte llevó a una disparidad en los resultados de salud entre los diferentes estados, resultando en algunos estados con mejores indicadores de salud que otros.“Ahora tenemos algunos estados que funcionan mejor, como Massachusetts y Connecticut, pero otros como Mississippi y West Virginia tienen un desempeño mucho peor. Incluso los mejores estados de EE.UU. siguen por debajo de otras economías avanzadas», indicó Reginald Williams II, vicepresidente de política de salud internacional en el Commonwealth Fund.

A pesar de las preocupaciones legítimas sobre la influencia corporativa y los beneficios de la industria farmacéutica, las políticas republicanas han favorecido históricamente la eliminación de regulaciones que protegen la salud, como las normas de seguridad ocupacional y la lucha contra la contaminación y el tabaquismo. La resistencia a políticas como la imposición de impuestos más altos a los productos nocivos y las regulaciones ambientales también tiene efectos negativos en la salud de la población.

Determinantes políticos de la salud

Estas políticas y su impacto en la salud son lo que los investigadores llaman los “determinantes políticos de la salud”. Cada vez más estudios, como uno reciente de la socióloga Nancy Krieger, muestran que la agenda política conservadora, caracterizada por la reducción de regulaciones de salud y la oposición a medidas de prevención, está directamente relacionada con peores resultados de salud en las poblaciones.

La administración de Trump se encuentra en una posición única para continuar con estas políticas regresivas, lo que podría exacerbar aún más las disparidades en la salud pública, especialmente en los estados más vulnerables. Las promesas de “hacer América saludable nuevamente” podrían verse socavadas por un enfoque que minimiza el valor de las intervenciones en salud pública probadas, al tiempo que da espacio a enfoques alternativos no respaldados por la ciencia.

Conclusión: Un camino peligroso para la salud de los estadounidenses

A medida que Donald Trump asume el cargo con una agenda de políticas conservadoras, los expertos en salud pública y bienestar social se preocupan por las consecuencias que podrían tener estas políticas para la salud de los estadounidenses. Sin una inversión real en atención médica universal y medidas preventivas, EE.UU. podría ver un empeoramiento de sus ya alarmantes índices de salud, lo que afectaría principalmente a las poblaciones más vulnerables y contribuiría a una mayor disparidad entre los estados.


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