THE LATIN VOX (17 de noviembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
Donald Trump ha anunciado este sábado la elección de Chris Wright, un destacado ejecutivo de la industria del petróleo y gas, como su candidato para liderar el Departamento de Energía de Estados Unidos. Wright, conocido por su postura firme en favor de los combustibles fósiles y su rechazo al consenso científico sobre el cambio climático, se perfila como un defensor de la estrategia de Trump para maximizar la producción de petróleo y gas en el país.
Chris Wright es el fundador y CEO de Liberty Energy, una empresa de servicios petroleros con sede en Denver, Colorado. En su nuevo rol, se espera que apoye el plan de Trump para aumentar la producción de combustibles fósiles y promueva la generación de electricidad, un sector cuya demanda está en aumento tras décadas de estancamiento.
Un líder contrario a la agenda climática global
Wright ha sido un crítico constante de los movimientos en favor de la lucha contra el cambio climático, y en varias ocasiones ha calificado de “alarmistas” a los activistas climáticos. En un video publicado en su perfil de LinkedIn el año pasado, afirmó rotundamente: “No hay una crisis climática, y tampoco estamos en medio de una transición energética”. Su postura contraria a los esfuerzos internacionales para frenar el calentamiento global lo ha llevado a compararlos con el comunismo al estilo soviético, una visión que resuena con las políticas populistas de Trump.
Con este nombramiento, Wright refuerza la postura de la administración Trump de maximizar la producción de combustibles fósiles y rechazar las iniciativas globales que buscan reducir las emisiones de carbono. A pesar de que no cuenta con experiencia política formal, Wright ha sido un defensor firme de aumentar la producción de petróleo y gas, argumentando que esto es crucial para aliviar la pobreza global.
Un ejecutivo controvertido y mediático
Wright ha estado en el centro de atención en varias ocasiones por sus posturas provocadoras y su estilo poco convencional. En 2019, ganó notoriedad cuando bebió fluido de fracking en vivo ante las cámaras para demostrar que no era peligroso. Además, es conocido por su estilo libre y por describirse a sí mismo como un «nerd de la tecnología», lo que le ha permitido destacarse dentro de un sector tradicionalmente conservador.
Aunque la producción de petróleo en Estados Unidos alcanzó niveles récord bajo la administración de Biden, se desconoce cómo podría Wright impulsar aún más la producción en su rol como secretario de Energía. Las decisiones clave sobre perforaciones suelen ser tomadas por empresas privadas que operan en tierras no federales, lo que limita el impacto directo del Departamento de Energía sobre la producción a nivel nacional.
La cartera del Secretario de Energía
El Departamento de Energía (DOE) es responsable de la diplomacia energética de EE. UU., la administración de la Reserva Estratégica de Petróleo – que Trump ha expresado su deseo de reponer – y de los programas de préstamos y subvenciones para promover tecnologías energéticas, como la Oficina de Programas de Préstamos. Además, el DOE supervisa el envejecido complejo de armas nucleares de EE. UU., el manejo de residuos nucleares y las 17 instalaciones científicas nacionales.
En caso de ser confirmado por el Senado, Wright reemplazaría a Jennifer Granholm, ex secretaria de Energía bajo la presidencia de Biden, quien fue una defensora de las fuentes de energía renovables, como la energía solar, eólica y geotérmica, así como de los vehículos eléctricos. Bajo la dirección de Wright, se espera que la administración de Trump reoriente el enfoque del Departamento hacia el respaldo de la industria de los combustibles fósiles y la expansión de la energía nuclear, un sector que cuenta con apoyo bipartidista en EE. UU., pero que enfrenta desafíos significativos debido a su alto costo y a la complejidad en los permisos necesarios.
El auge de la demanda energética y el papel de Wright en la expansión nuclear
La demanda de energía en Estados Unidos ha aumentado notablemente por primera vez en dos décadas, impulsada por el crecimiento de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, los vehículos eléctricos y las criptomonedas. Este aumento en la demanda coloca a Wright en una posición clave para gestionar cómo Estados Unidos responde a estos nuevos desafíos energéticos.
Es probable que, si se confirma su nombramiento, Wright también juegue un papel importante en la expansión de la energía nuclear, un área que ha sido un tema de debate constante debido a sus costos y a los desafíos regulatorios. La energía nuclear, sin embargo, es vista por muchos como una de las pocas fuentes de energía capaz de cumplir con los objetivos de reducir las emisiones de carbono, mientras se asegura la estabilidad de la red eléctrica en un contexto de creciente demanda.
Un nuevo rol en un entorno político agitado
El nombramiento de Wright también llega en un momento de alta tensión política, con Trump haciendo su regreso a la Casa Blanca a solo unos meses de asumir nuevamente el cargo. La elección de Wright refleja su continuo enfoque en las industrias tradicionales y en la maximización de los recursos energéticos nacionales, en lugar de seguir las tendencias globales hacia las energías renovables y la sostenibilidad.
Trump también aprovechó la ocasión para anunciar otro nombramiento clave, el de Will Scharf, uno de sus abogados personales, como su secretario de personal de la Casa Blanca. Scharf, exfiscal federal, ha sido un defensor de la postura legal y política de Trump, especialmente en su lucha por evitar los cargos derivados de las investigaciones sobre su intento de subvertir las elecciones de 2020.
Con el regreso de Trump, los próximos años se perfilan como un periodo de grandes cambios en la política energética de Estados Unidos, con un fuerte énfasis en los combustibles fósiles y una probable revalorización de la energía nuclear como parte de la estrategia nacional.
Crédito fotográfico: Lucas Jackson/Reuters/File