Australia y Turquía se disputan sede de la COP 2031

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THE LATIN VOX (21 de noviembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz

A medida que la COP29 en Azerbaiyán llega a sus etapas finales, Australia y Turquía están envueltas en un intenso enfrentamiento por convertirse en la sede de la crucial cumbre climática de la ONU en 2026. Esta conferencia será clave para abordar la cuestión de si el mundo podrá limitar el calentamiento global conforme a las recomendaciones científicas, lo que determinará el futuro del planeta.

El gobierno australiano ha expresado su deseo de albergar la cumbre en colaboración con las naciones del Pacífico, que son algunas de las más vulnerables al cambio climático. Australia argumenta que su estrecha relación con estos países y su posición geográfica la convierten en un socio ideal para liderar la lucha global contra el calentamiento global.

Por otro lado, Turquía, que es clasificada como un país en desarrollo según el sistema de la ONU, también está pujando por ser la anfitriona del evento, lo que podría contar con el respaldo de otros países de la región que han acogido conferencias anteriores. Sin embargo, la disputa sigue sin resolverse, y la decisión final podría tomarse en privado durante la COP29, que actualmente se celebra en Bakú, Azerbaiyán.

El desafío de financiar la lucha contra el cambio climático

Mientras tanto, las conversaciones en Bakú se centran en un tema crucial: la financiación climática. La COP29 tiene como objetivo acordar un nuevo sistema financiero global para el clima, que garantice que los países en desarrollo reciban los fondos necesarios para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y adaptar sus infraestructuras a los efectos de los fenómenos meteorológicos extremos. Se estima que, para 2030, se necesitarán al menos $1 billón al año para financiar este esfuerzo global.

Aunque los países desarrollados son los más responsables de las emisiones de carbono históricas, han sido reacios a comprometer grandes sumas de dinero, exigiendo que economías emergentes como China y petrostados como Arabia Saudita también contribuyan. Los países ricos están considerando una propuesta que triplicaría la promesa actual de $100 mil millones al año, con un objetivo de alrededor de $300 mil millones provenientes de sus presupuestos de ayuda exterior. Sin embargo, algunos sugieren que la cifra podría ser más baja, de unos $200 mil millones.

El resto del monto necesario podría provenir del sector privado y de nuevas formas de impuestos sobre los combustibles fósiles y las actividades de alta emisión de carbono.

Desacuerdos sobre la financiación y la equidad

Los países más pobres, sin embargo, han expresado que esta cantidad de financiación garantizada no será suficiente para abordar la magnitud de los desafíos que enfrentan. Evans Njewa, negociador de Malawi y presidente del grupo de Países Menos Desarrollados, señaló que su agrupación exige al menos $900 mil millones en financiación pública garantizada de los países desarrollados, y que la mayor parte de esta cifra debería ser en forma de subvenciones, no préstamos. Además, destacó que al menos $220 mil millones deberían destinarse a los 45 países menos desarrollados del mundo.

«I’m sure developed countries understand the struggles we face,» dijo Njewa, y agregó que todos los países en desarrollo desean graduarse de esta clasificación. «Nadie quiere ser un país menos desarrollado. Todos desearían salir de este grupo.»

Aspiraciones de un acuerdo financiero

La presidencia de Azerbaiyán de la COP29 ha prometido presentar nuevos textos de un borrador de acuerdo en la madrugada del jueves, con la esperanza de aclarar los problemas fundamentales y generar avances en las negociaciones, que se han visto estancadas hasta el momento.

Australia ha desempeñado un papel crucial en las conversaciones de la COP29, liderando, junto a Egipto, las negociaciones sobre el nuevo sistema financiero. El ministro australiano de Cambio Climático, Chris Bowen, destacó las dificultades del proceso, mencionando las diferentes propuestas que han surgido sobre cómo dividir los fondos entre subvenciones, préstamos y la inversión privada. «Hemos escuchado tres propuestas diferentes para la cifra de financiación garantizada: $900 mil millones, $600 mil millones y $440 mil millones», dijo Bowen. «Otros han mencionado un mínimo de $100 mil millones.»

La disputa sobre la sede de la COP2026 y las tensiones sobre la financiación climática subrayan la complejidad de los desafíos globales que enfrentan los países al tratar de abordar el cambio climático de manera equitativa y efectiva. La próxima cumbre será un punto de inflexión crítico en la lucha por limitar el calentamiento global y garantizar que los países más vulnerables reciban el apoyo necesario para enfrentar las consecuencias del cambio climático.

Crédito fotográfico: Reuters


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