THE LATIN VOX (23 de noviembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha generado controversia internacional al anunciar que invitará a su homólogo israelí, Benjamin Netanyahu, a visitar Hungría, desafiando una orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional (CPI). La orden, que acusa a Netanyahu y a su exministro de Defensa Yoav Gallant de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, ha provocado una división global entre los líderes mundiales sobre cómo responder.
Orbán, conocido por su postura autoritaria y su enfoque iliberal, ha sido crítico con la CPI, calificando su decisión como “escandalosamente descarada” y “cínica”. En una declaración realizada el viernes, Orbán afirmó que Hungría no acataría la orden de arresto contra Netanyahu, garantizando que, si el primer ministro israelí visitara el país, no se ejecutaría el mandato. “No hay elección aquí, debemos desafiar esta decisión”, dijo Orbán. “Le garantizo al Sr. Netanyahu que el fallo no tendrá efecto en Hungría y que no seguiremos sus términos”.
Una orden histórica de la CPI
La CPI emitió el jueves las órdenes de arresto contra Netanyahu, Gallant y el comandante de Hamas Ibrahim al-Masri, conocido como Mohammed Deif, quien se cree que está muerto. Esta es la primera vez que la corte ha emitido una orden de arresto contra los líderes de un país democrático. La corte acusa a Netanyahu y Gallant de ser responsables de crímenes de guerra relacionados con el conflicto en Gaza, incluidos ataques a civiles y el uso indebido de la fuerza militar.
La orden de arresto ha generado reacciones divididas a nivel mundial. Países como Estados Unidos, que tradicionalmente ha sido un firme aliado de Israel, han denunciado la decisión como antisemita y “absurda”, y han manifestado su preocupación por los “errores procesales” que, según ellos, llevaron a esta resolución. Mientras tanto, varios países europeos, que son miembros de la CPI, se enfrentan al dilema de si acatar o no el mandato.
División entre líderes internacionales
A nivel internacional, las respuestas han sido dispares. Algunos países de la Unión Europea, como España, Irlanda y los Países Bajos, han confirmado que cumplirían con la orden de arresto si Netanyahu o Gallant visitaran sus territorios. El ministro de Asuntos Exteriores de los Países Bajos, Caspar Veldkamp, confirmó que su país actuaría conforme a la orden, y varios otros, como Italia, también han dicho que arrestarían a los líderes israelíes si llegaran.
Por otro lado, otros países, incluidos Hungría y Estados Unidos, han desafiado la autoridad de la CPI. Hungría, que firmó y ratificó el Estatuto de Roma que establece la CPI, ha declarado que no está obligada a cumplir con las órdenes de la corte debido a razones constitucionales. Netanyahu, por su parte, agradeció a Orbán por su “claridad moral” y apoyó la postura húngara al rechazar la decisión de la corte como un ataque injustificado contra Israel.
Posturas de apoyo y oposición a la CPI
Algunos líderes en Europa, como el ministro de Asuntos Exteriores de España, han sido rápidos en expresar su compromiso con el cumplimiento de la decisión de la CPI. España, junto con otros países de la UE, ha tomado una postura firme respecto a la justicia internacional, especialmente en el contexto de los derechos humanos y el conflicto palestino-israelí.
El secretario de Relaciones Exteriores de la UE, Josep Borrell, subrayó que las decisiones de la CPI deben ser vinculantes. “No es una decisión política”, dijo. “Es una decisión de un tribunal, de una corte internacional de justicia, y debe ser respetada e implementada”.
Por otro lado, algunos países como Rusia, China e India, que no son signatarios del Estatuto de Roma y no están sujetos a la jurisdicción de la CPI, han evitado condenar directamente la orden de arresto. China, aunque no criticó la decisión, pidió a la CPI que mantuviera una posición objetiva y justa.
La respuesta de Israel y los aliados
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha rechazado las acusaciones de la CPI, calificándolas de “absurdas y falsas” y denunciando que la orden de arresto es un acto antisemita. Netanyahu también ha recibido apoyo de algunos de sus aliados más cercanos, incluidos los Estados Unidos y Canadá, que han expresado su desacuerdo con la decisión de la CPI. En particular, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, reiteró el compromiso de Canadá con la ley internacional, pero también defendió el derecho de Israel a defenderse.
Mientras tanto, otros países como Turquía y Sudáfrica han respaldado la decisión de la CPI, considerando que representa un paso importante hacia la justicia por los crímenes cometidos en Gaza.
El dilema de la ley internacional
El debate sobre la orden de arresto de la CPI refleja una creciente tensión entre la ley internacional y los intereses nacionales. En un momento en que los países están cada vez más divididos sobre cómo abordar las violaciones de derechos humanos, la resolución de la CPI se ha convertido en un punto de fricción global. La postura de Hungría, junto con las respuestas de otros países como Israel y Estados Unidos, subraya el desafío de hacer cumplir la ley internacional cuando entra en conflicto con las alianzas políticas y los intereses geopolíticos.
El futuro de la CPI, y su capacidad para hacer cumplir sus decisiones, dependerá en gran medida de cómo los países decidan abordar esta delicada situación. Mientras tanto, la comunidad internacional continúa observando con atención cómo se desarrollan los próximos pasos en este conflicto legal y político.
Crédito fotográfico: Debbie Hill/AFP via Getty Images