THE LATIN VOX (26 de noviembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
Google está pasando por uno de los momentos más difíciles de su historia reciente. El Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha propuesto una reestructuración radical de la gigante tecnológica, que incluye la venta de su popular navegador Chrome y la posible venta o supervisión gubernamental de su sistema operativo Android.
Esta propuesta, presentada después de un fallo judicial en agosto en el que se determinó que Google había violado las leyes antimonopolio, representa un desafío monumental para la empresa.
Un golpe a su monopolio
La medida del Departamento de Justicia (DOJ por sus siglas en inglés) tiene como objetivo principal aumentar la competencia en los mercados dominados por Google. En su propuesta, los fiscales argumentan que, para remediar la monopolización ilegal de Google, es necesario “liberar estos mercados de la conducta excluyente de Google” y “abrirlos a la competencia”.
En palabras simples, el Departamento de Justicia quiere despojar a Google de su control casi absoluto sobre los motores de búsqueda en internet, un control que ha sido la piedra angular de su lucrativo negocio publicitario.
En su defensa, Google no tardó en calificar la propuesta de «extrema» e «irracional». Kent Walker, el director legal de la compañía, dijo que las sugerencias del Departamento de Justicia son «desmesuradas» y representarían un “invasión sin precedentes” en las prácticas empresariales de la firma.
En un tono bastante dramático, Walker incluso sugirió que la propuesta podría llegar a la absurda situación de obligar a los usuarios a ver «dos pantallas de selección» antes de usar Google en un teléfono Pixel. Sin embargo, las implicaciones de la propuesta son mucho más serias de lo que sugiere el tono de estas declaraciones.
Chrome y Android, piezas clave de su imperio
La venta de Chrome y la supervisión de Android serían, sin duda, un golpe devastador para Google. Chrome es el navegador más utilizado del mundo, con una cuota de mercado que ronda dos tercios de los usuarios de internet.
Al ser el acceso principal a los servicios de Google, como el motor de búsqueda y los anuncios asociados, Chrome juega un papel crucial en la recolección de datos de navegación, que alimentan el negocio publicitario de la compañía. Sin Chrome, Google perdería una fuente vital de ingresos y datos, lo que podría reducir considerablemente su poder en la web.
Por otro lado, Android, el sistema operativo más popular para smartphones, también es un eje clave en el modelo de negocio de Google. Al ser el sistema operativo de millones de dispositivos, Android no solo facilita el acceso a los servicios de Google, sino que también recolecta datos cruciales para su negocio publicitario.
La venta de Android sería un golpe financiero enorme, pero incluso más intrigante sería la posibilidad de que el sistema operativo se someta a la supervisión del gobierno. Las decisiones de diseño del sistema operativo bajo la tutela de un comité gubernamental podrían cambiar radicalmente la forma en que interactuamos con nuestros teléfonos, lo que añade un nuevo nivel de incertidumbre para la empresa.
El impacto en el mercado juvenil y las estrategias de Google
Uno de los aspectos más interesantes de esta disputa es su impacto en el mercado juvenil, un segmento al que Google se ha dirigido activamente con productos como los Chromebooks. Estos portátiles de bajo costo, utilizados principalmente en escuelas, funcionan con Chrome OS, un sistema operativo basado en la web que familiariza a los estudiantes con los servicios de Google desde una edad temprana.
Esta estrategia a largo plazo ha sido una forma eficaz de crear una base de usuarios leales que, al llegar a la edad adulta, probablemente continúen utilizando los productos de Google. La venta de Chrome podría cortar esta fuente de nuevos usuarios y limitar el alcance futuro de la empresa.
Por otro lado, Google podría verse obligada a renunciar a uno de sus acuerdos más lucrativos: el que tiene con Apple, donde paga más de 20 mil millones de dólares al año para mantener su motor de búsqueda como el predeterminado en el navegador Safari. Este acuerdo ha sido una fuente clave de tráfico y, por ende, de ingresos publicitarios. Si el Departamento de Justicia presiona para modificar o incluso anular estos acuerdos, el negocio publicitario de Google podría sufrir un golpe devastador.
Un cambio de paradigma en la tecnología
Las medidas propuestas por el Departamento de Justicia podrían marcar el principio de un cambio de paradigma en la industria tecnológica. Si Google se ve obligada a vender Chrome o someter Android a la supervisión gubernamental, las repercusiones serían globales. Los usuarios podrían verse forzados a elegir entre varios navegadores y motores de búsqueda, lo que daría más poder a competidores como Microsoft, Apple, y otros. Sin embargo, la cuestión más intrigante es cómo cambiaría la experiencia de usuario en un mundo donde la tecnología estuviera regulada de manera más estricta.
A pesar de la resistencia de Google, es claro que la batalla por el control del mercado de la tecnología y los datos está lejos de concluir. Si las propuestas del Departamento de Justicia prosperan, el imperio de Google podría verse fracturado, dando lugar a una nueva era de competencia en la que los usuarios tendrían más poder para elegir entre diferentes opciones, y donde la regulación gubernamental podría jugar un papel más activo en la forma en que interactuamos con la tecnología.
El futuro de Google está en juego, y lo que ocurre en este proceso podría tener repercusiones mucho más amplias para la industria tecnológica global.
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