THE LATIN VOX (28 de noviembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En una entrevista reciente, el ministro de Exteriores de Irán, Seyed Abbas Araghchi, reveló que el país podría reconsiderar su política de no posesión de armas nucleares si los países occidentales reimponen las sanciones de la ONU, lo que generaría un cambio significativo en la estrategia nuclear de Teherán.
Este comentario surgió después de que la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) aprobó una moción de censura contra Irán por su aumento en las reservas de uranio enriquecido, un material que, según los críticos, no tiene fines pacíficos.
En su entrevista, Araghchi aseguró que Irán ya tiene la capacidad y el conocimiento para fabricar armas nucleares, pero subrayó que, por el momento, las armas nucleares no forman parte de la estrategia de seguridad del país. Sin embargo, la advertencia de que podría cambiar esta postura si se reimponen sanciones elevó las tensiones en la región y preocupa a las potencias occidentales, que consideran las negociaciones nucleares con Irán como una prioridad en la diplomacia internacional.
Este intercambio se produce tras un clima tenso en las relaciones internacionales, especialmente después de que los funcionarios europeos aprobaran una moción de censura en la reunión del OIEA, donde se acusó a Irán de no cooperar adecuadamente con los inspectores nucleares y de estar acumulando uranio sin un propósito civil claro. Según Araghchi, Irán había ofrecido restringir su enriquecimiento de uranio al 60% y permitir la visita de inspectores nucleares como una medida de cooperación, pero acusó a los países europeos de haber optado por un enfoque de confrontación.
El futuro de la diplomacia nuclear de Irán
Irán, que firmó el acuerdo nuclear de 2015 (JCPOA) con seis grandes potencias mundiales, logró una significativa relajación de las sanciones a cambio de compromisos en su programa nuclear. Sin embargo, tras la retirada de Estados Unidos del acuerdo en 2018, Irán ha incrementado gradualmente sus niveles de enriquecimiento de uranio, lo que ha generado preocupaciones en la comunidad internacional sobre su potencial capacidad para desarrollar armas nucleares.
A pesar de las crecientes tensiones, Araghchi insistió en que Irán no tiene intención de superar el umbral del 60% de pureza de uranio en su enriquecimiento por el momento, subrayando que el país sigue dentro del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y busca la cooperación para resolver la situación. Sin embargo, admitió que existe un debate interno en Irán sobre si la política de compromiso con Occidente ha sido un error, dado que, según su opinión, las sanciones nunca fueron realmente levantadas como se prometió.
Las sanciones y la reacción de Irán
La posibilidad de que Irán cambie su política nuclear en respuesta a las sanciones reimpuestas es un giro alarmante que podría tener repercusiones geopolíticas significativas. Araghchi advirtió que, si los países europeos reimponen las sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU, esto sería visto como una confirmación de que la estrategia de Irán ha sido errónea, lo que podría llevar a un cambio radical en la doctrina nuclear del país. Este cambio podría implicar una mayor aceleración en el desarrollo de armas nucleares, algo que tendría implicaciones de seguridad global muy graves.
El debate sobre el futuro de la política nuclear iraní se enmarca en un contexto más amplio de creciente inestabilidad en el Medio Oriente, exacerbado por el conflicto en Ucrania, la cooperación de Irán con Rusia, y la tensión con Israel. A pesar de estas preocupaciones, Araghchi aseguró que Irán no desea la guerra, aunque se dijo preparado para defenderse si es necesario.
En cuanto a la relación de Irán con Hezbollah, el ministro reiteró el apoyo a este grupo en Líbano, señalando que, si se le solicita, Irán continuará suministrando armas a la organización. Araghchi también cuestionó las declaraciones del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien sugirió que el alto al fuego en Líbano se había acordado para permitir a Israel concentrarse en evitar que Irán obtuviera un arma nuclear.
Desafíos internos y la opinión pública Iraní
Irán atraviesa un momento de incertidumbre interna respecto a su política exterior, especialmente entre las élites y la población. La promesa de su presidente reformista, Masoud Pezeshkian, de mejorar las relaciones con Occidente y aliviar las sanciones ha topado con el escepticismo de muchos, quienes cuestionan si las concesiones diplomáticas realmente han dado frutos. Araghchi reconoció que el presidente fue elegido con el mandato de mejorar la economía de Irán a través de la diplomacia, pero señaló que los resultados han sido limitados, lo que alimenta un debate interno sobre si la política de compromiso ha sido la correcta.
En medio de este clima de incertidumbre, las decisiones que Irán tome en los próximos meses respecto a su programa nuclear y su relación con las potencias occidentales podrían redefinir su papel en el escenario internacional y determinar el curso de las tensiones en el Medio Oriente.
La amenaza de Irán de reconsiderar su enfoque nuclear y su postura ante las sanciones refleja una creciente frustración interna con la diplomacia internacional y la presión externa. Con un gobierno que busca mantener el equilibrio entre la cooperación internacional y las demandas de seguridad interna, el futuro de la política nuclear de Irán sigue siendo incierto y potencialmente peligroso. Las potencias occidentales deberán abordar este dilema con cautela, ya que cualquier decisión precipitante podría agravar aún más las tensiones en una región ya volátil.
Crédito fotográfico: Business Recorder