Brasil: Alarmante aumento de malformaciones congénitas en niños de Pará, capital del oro ilegal

To shared

THE LATIN VOX (28 de noviembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

En el estado de Pará, en la región amazónica de Brasil, la situación es cada vez más preocupante: una creciente cantidad de niños está naciendo con trastornos neurológicos y problemas de desarrollo físico.

Itaituba, una pequeña ciudad ubicada a orillas del río Tapajós, ha sido identificada como la capital del oro ilegal del país, produciendo tres cuartas partes del oro extraído de manera ilícita en Brasil. Sin embargo, detrás del brillo dorado de la minería, se oculta una oscura realidad que está afectando a la salud de la población local, especialmente a los más jóvenes.

Valdenisa, una niña de siete años, es uno de los casos más representativos de esta crisis de salud en Itaituba. Recientemente, un equipo de neurólogos y genetistas infantiles la examinó junto a otros niños indígenas Munduruku.

Mientras un médico medía la circunferencia de su cabeza y revisaba sus piernas atrofiadas, Valdenisa jugaba con una cinta métrica, mostrando una sonrisa a pesar de sus severos problemas de salud. Esta escena, aparentemente cotidiana, esconde una triste realidad: muchos niños de esta región están naciendo con síntomas neurológicos debilitantes y malformaciones físicas.

La huella del mercurio

La conexión entre la minería ilegal de oro y los trastornos de salud en Itaituba es innegable. Los mineros, en su mayoría operando de manera ilegal, utilizan mercurio para extraer el oro del mineral. Aunque el uso de mercurio está prohibido en Brasil debido a sus efectos altamente tóxicos, los mineros recurren al contrabando de esta sustancia, lo que genera una grave contaminación ambiental. En particular, el mercurio afecta el sistema nervioso de los niños, causando daños irreversibles al cerebro y al desarrollo físico.

En 2020, un estudio pionero realizado por universidades, instituciones estatales y organizaciones civiles reveló que más del 60% de los indígenas Munduruku en tres aldeas cercanas a Itaituba tenían niveles de mercurio superiores a los límites seguros establecidos a nivel internacional. Además, un 15% de los niños de estas comunidades presentaban problemas de neurodesarrollo, como déficits cognitivos y trastornos motoros.

Este fenómeno ha despertado alarmas en la comunidad médica, que ha comenzado a trazar paralelismos con el desastre de envenenamiento por mercurio en Minamata, Japón, ocurrido en las décadas de 1950 y 1960.

En Minamata, una gran cantidad de habitantes sufrió graves trastornos neurológicos debido al vertido de mercurio en la bahía, un desastre industrial que afectó a miles de personas. Aunque los expertos señalan que la situación en Itaituba no es exactamente igual a la de Minamata, las similitudes en los síntomas y las causas de la contaminación no pueden ser ignoradas.

Más allá del mercurio: las causas de una crisis estructural

Si bien el mercurio es un factor clave en la crisis de salud en Pará, los especialistas advierten que el problema es más complejo. Las enfermedades neurológicas y malformaciones en los niños de Itaituba no son solo el resultado de la contaminación por mercurio, sino también de una serie de factores estructurales que afectan a la región.

La minería ilegal en la zona ha traído consigo una serie de problemáticas adicionales, como la destrucción de los ecosistemas locales, el desplazamiento forzado de comunidades indígenas y la falta de acceso a servicios de salud adecuados.

Las comunidades indígenas Munduruku, que viven cerca de los yacimientos de oro, enfrentan condiciones de vida precarias, con un acceso limitado a la educación y a la atención médica especializada. Además, la sobreexplotación de los recursos naturales ha causado una degradación ambiental que agrava la situación sanitaria de los habitantes locales, especialmente de los más vulnerables: los niños.

La falta de un control efectivo por parte del gobierno y la proliferación de actividades ilegales en la región han hecho que la crisis de salud en Itaituba sea aún más difícil de abordar. A pesar de los esfuerzos de las comunidades y los activistas, las soluciones parecen lejanas, ya que la minería ilegal sigue siendo una fuente de ingresos crucial para muchas personas en la región.

Un llamado urgente a la acción

Las organizaciones de salud y los defensores de los derechos humanos están haciendo un llamado urgente a las autoridades brasileñas para que tomen medidas más efectivas para abordar este problema. La prohibición de la minería ilegal de oro en la región y el control del uso de mercurio son pasos fundamentales para evitar más casos de intoxicación y malformaciones congénitas.

Sin embargo, también es crucial mejorar el acceso a la salud para las comunidades afectadas y garantizar que los pueblos indígenas reciban la atención y el apoyo que necesitan para proteger su bienestar.

El caso de Itaituba es un claro recordatorio de que los costos humanos de la minería ilegal y la contaminación ambiental no solo se cuentan en términos de destrucción de ecosistemas, sino también en la salud y el futuro de las generaciones más jóvenes. Si no se toman medidas decisivas, el daño será irreparable, y la tragedia que se vive en Pará podría ser solo el principio de una crisis más amplia.

Crédito fotográfico: André Fatras/IRD via Flickr


To shared

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *