THE LATIN VOX (28 de noviembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
La promesa del presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, de imponer tarifas arancelarias del 25% a todas las importaciones de Canadá ha puesto a las autoridades canadienses en alerta máxima.
En respuesta, los líderes federales y provinciales de Canadá han acordado trabajar juntos para enfrentar esta amenaza, con un enfoque claro: ser “inteligentes, fuertes y unidos”, tal como lo expresó la viceprimera ministra Chrystia Freeland tras una reunión virtual con los primeros ministros de las diez provincias canadienses.
Trump ha condicionado la imposición de estas tarifas a la detención del flujo de drogas y migrantes hacia Estados Unidos desde Canadá y México. En una serie de declaraciones, el presidente electo de EE. UU. ha señalado que firmaría una orden ejecutiva que impondría los aranceles de manera inmediata, afectando profundamente la economía canadiense, que depende en gran medida de su comercio con su vecino del sur.
Aunque el gobierno canadiense aún no ha tomado decisiones definitivas sobre qué productos podrían ser objeto de represalias, se ha confirmado que ya se están evaluando posibles medidas arancelarias contra productos estadounidenses si Trump sigue adelante con su amenaza.
Según fuentes gubernamentales, las conversaciones están en marcha para preparar a Canadá para cualquier escenario, aunque los detalles de esas decisiones no se han hecho públicos aún.
Impacto de los aranceles: Más que una cuestión económica
La imposición de aranceles afectaría gravemente la economía estadounidense, especialmente en sectores clave como la energía. Actualmente, más de una quinta parte del crudo procesado por las refinerías estadounidenses proviene de Canadá, lo que significa que los precios de la gasolina podrían aumentar significativamente en algunas regiones de EE. UU.
Según los analistas, el aumento de 30 centavos por galón o más es una posibilidad real, lo que podría socavar uno de los logros más importantes de la administración Trump: la reducción de los precios de los combustibles durante su campaña de reelección.
A pesar de que los precios del petróleo han caído en algunas partes del mundo, Canadá sigue siendo un actor clave en el suministro energético de Estados Unidos. Impedir la entrada de crudo canadiense afectaría la estabilidad del mercado de energía de EE. UU., algo que no ha pasado desapercibido para los grupos industriales estadounidenses.
La Asociación de Fabricantes de Combustibles y Petroquímicos y el Instituto Americano del Petróleo han advertido que esta medida sería un error estratégico que podría desencadenar consecuencias no deseadas, tanto en el precio del petróleo como en la economía de los consumidores.
El conflicto comercial y sus repercusiones geopolíticas
El enfrentamiento arancelario también podría tener repercusiones políticas significativas. Canadá es el principal socio comercial de 36 estados de EE. UU., y el comercio bilateral genera aproximadamente 3.6 mil millones de dólares canadienses (alrededor de 2.7 mil millones de dólares estadounidenses) diarios.
Además, Canadá suministra el 60% de las importaciones de crudo de EE. UU., el 85% de sus importaciones de electricidad y una variedad de minerales críticos esenciales para la seguridad nacional de EE. UU.
La imposición de aranceles de Trump no solo afectaría la economía, sino que también podría generar tensiones en una relación que, aunque históricamente cercana, se ha visto marcada por diferencias políticas y comerciales en los últimos años.
Las medidas retaliatorias de Canadá, en caso de ser adoptadas, podrían incluir productos simbólicamente importantes para Estados Unidos, como el yogur de Wisconsin o el whisky de Kentucky, productos que ya fueron objetivo de aranceles en la respuesta de Canadá a los impuestos a sus exportaciones de acero y aluminio impuestos por Trump en 2018.
Un enfoque estratégico y a largo plazo
La respuesta de Canadá ante esta amenaza es clara: mantener la unidad. El primer ministro Justin Trudeau y los premiers provinciales han enfatizado la importancia de la cooperación en estos momentos de incertidumbre económica y política.
Mientras que el gobierno canadiense sigue evaluando las medidas que tomará, está claro que las tarifas impuestas por Trump representarían un desafío considerable tanto para Canadá como para Estados Unidos, con implicaciones de largo alcance para la industria energética y la estabilidad económica en ambos países.
La situación pone en evidencia la complejidad de las relaciones comerciales en un mundo globalizado, donde las decisiones políticas de un líder pueden tener repercusiones de gran alcance. Mientras tanto, las autoridades canadienses trabajan en una respuesta estratégica que no solo preserve la economía de su país, sino también sus intereses geopolíticos en una región que, cada vez más, parece estar marcada por la incertidumbre.
En este contexto, la respuesta unificada de Canadá es un mensaje claro tanto a Trump como a la comunidad internacional: el país está dispuesto a defender su economía y sus principios, y lo hará con inteligencia y determinación, sin importar lo que venga.
Crédito fotográfico: CTV News