En un giro inesperado en la historia contemporánea de Siria, Abu Mohammad al-Jolani, una figura previamente controvertida en los círculos internacionales, se ha convertido en el rostro de la revolución que culminó con el fin del régimen de Bashar al-Assad. Este evento marca un cambio trascendental en el panorama político del Medio Oriente, abriendo interrogantes sobre el futuro de Siria bajo el liderazgo de este exlíder rebelde.
El ascenso de Al-Jolani
Abu Mohammad al-Jolani, cuyo verdadero nombre es Ahmed Hussein al-Sharaa, emergió inicialmente como una figura prominente en el grupo yihadista Jabhat al-Nusra, que más tarde se transformó en Hayat Tahrir al-Sham (HTS). Durante años, su organización fue clasificada como terrorista por Estados Unidos y otros países, lo que complicó su imagen tanto a nivel interno como internacional.
Sin embargo, en los últimos años, Al-Jolani adoptó un enfoque estratégico para reposicionarse como un actor político y militar legítimo. Bajo su liderazgo, HTS dejó atrás gran parte de su ideología extremista, presentándose como una fuerza de oposición nacionalista más moderada y concentrada en la reconstrucción de Siria tras décadas de conflicto.
El colapso del régimen de Assad
El derrocamiento de Bashar al-Assad, quien gobernó Siria durante más de dos décadas, no fue un suceso repentino. Una combinación de sanciones internacionales, la fragmentación del apoyo militar y económico de Rusia e Irán, y el desgaste prolongado por más de 13 años de guerra civil, prepararon el terreno para el cambio. Al-Jolani jugó un papel decisivo al consolidar alianzas con otras facciones rebeldes, ganándose el apoyo de comunidades locales y fortaleciendo su posición militar en el noroeste de Siria.
La caída de Damasco fue la culminación de meses de intensos combates y una creciente presión internacional. A pesar de las controversias en torno a su figura, Al-Jolani logró posicionarse como un símbolo de la resistencia, ganándose incluso la simpatía de sectores que alguna vez lo consideraron un extremista peligroso.
¿Qué sigue para Siria?
El desafío inmediato para Al-Jolani será estabilizar un país devastado por la guerra y lograr reconocimiento internacional como líder legítimo. Su transición de rebelde a político será observada con lupa, especialmente por las potencias occidentales y las naciones vecinas.
Además, la reconstrucción económica y social será un proceso titánico. Millones de sirios desplazados anhelan regresar a sus hogares, mientras que la infraestructura del país está en ruinas. Organizaciones humanitarias han señalado la urgencia de establecer un gobierno inclusivo que priorice los derechos humanos y la reconciliación nacional.
Una figura polarizante
La figura de Al-Jolani sigue generando divisiones. Mientras algunos lo ven como un oportunista que supo adaptarse al cambio, otros lo consideran un líder pragmático capaz de transformar su pasado y dirigir a Siria hacia un futuro más esperanzador.
Sea cual sea la interpretación, lo cierto es que el fin del régimen de Assad marca el inicio de una nueva era para Siria, con Al-Jolani al frente de una nación que busca sanar sus profundas heridas y encontrar su lugar en un mundo cambiante.