Canadá y EE. UU. apuestan por alta tecnología para contener la migración ilegal

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THE LATIN VOX (19 de diciembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz

La frontera entre Canadá y los Estados Unidos, históricamente vista como una de las más tranquilas y permeables del mundo, está experimentando una transformación tecnológica sin precedentes. Ambos países están recurriendo a la tecnología avanzada, como torres de vigilancia, drones y sensores, con el objetivo de monitorear y controlar el flujo migratorio.

Sin embargo, el creciente uso de estas herramientas plantea importantes preocupaciones sobre los derechos humanos, la privacidad y la efectividad de estas medidas para frenar la migración irregular.

En localidades como Derby, Vermont, se erigen torres de vigilancia de gran altura, observando el paisaje hacia Quebec, apenas a unos cientos de metros. Estas estructuras no son nuevas en la frontera sur de EE. UU., donde la Patrulla Fronteriza ha instalado torres equipadas con cámaras y sensores desde mediados de la década de 2000, a fin de monitorear el cruce ilegal de migrantes desde México.

Sin embargo, ahora estas mismas tecnologías están comenzando a desplegarse en la frontera norte, donde las autoridades estadounidenses buscan hacer frente al creciente número de cruces irregulares desde Canadá.

Los datos de la Patrulla Fronteriza de EE. UU. muestran que, en los primeros diez meses de 2024, más de 21,000 migrantes fueron interceptados cruzando ilegalmente desde Canadá, con casi 18,000 de esos casos registrados en la región de Swanton, que incluye áreas de Nueva York y Vermont. Esta cifra ha impulsado la instalación de nuevas torres de vigilancia, las cuales permiten monitorear vastas áreas desatendidas sin necesidad de desplegar agentes en vehículos. Según documentos internos, la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. (USBP) argumenta que la infraestructura tecnológica es esencial para hacer frente a la creciente actividad fronteriza en sectores rurales y remotos.

Frente a esta tendencia, Canadá ha comenzado a adoptar medidas similares. En diciembre, el ministro de Seguridad Pública de Canadá, Dominic LeBlanc, anunció una inversión de 1.3 mil millones de dólares canadienses para fortalecer la seguridad fronteriza.

El plan incluye la creación de un grupo de trabajo que se encargará de realizar vigilancia aérea y mediante torres móviles, además de integrar inteligencia artificial para mejorar el monitoreo. A pesar de estas inversiones, críticos de estas tecnologías afirman que estas soluciones son costosas, difíciles de mantener y, en muchos casos, ineficaces para disuadir a los migrantes, quienes, al verse enfrentados a barreras tecnológicas, a menudo recurren a rutas más peligrosas.

El despliegue de estas tecnologías no solo plantea dudas sobre su efectividad, sino también sobre sus impactos humanitarios. Un estudio realizado por la Universidad de Arizona en 2019 reveló que la infraestructura de vigilancia, incluidas las torres, ha desplazado las rutas migratorias hacia terrenos más accidentados y peligrosos, lo que ha resultado en un aumento significativo de muertes en la frontera.

Petra Molnar, directora asociada del Refugee Lab en la Universidad de York, subraya que la tecnología utilizada en las fronteras, que a menudo se prueba primero en el sur de EE. UU., deshumaniza a las personas que intentan cruzar y crea riesgos adicionales. Además, advierte que la introducción de más vigilancia solo llevará a los migrantes a tomar rutas aún más peligrosas, como campos congelados o ríos.

Por su parte, expertos como David Grondin, profesor de comunicaciones en la Universidad de Montreal, señalan que el creciente énfasis en la seguridad fronteriza es una respuesta directa a las amenazas del expresidente Donald Trump de imponer aranceles comerciales masivos. Grondin critica que, aunque Canadá está adoptando estas medidas para apaciguar las preocupaciones estadounidenses, no hay garantías de que estas tecnologías realmente resulten en una frontera más segura.

A medida que ambas naciones apuestan por la tecnología para enfrentar la migración irregular, la cuestión central sigue siendo si estas medidas, que cuentan con el respaldo de contratistas militares y empresas tecnológicas, están realmente resolviendo el problema de fondo. En lugar de abordar las causas subyacentes de la migración, como la violencia, la pobreza y el cambio climático, el foco parece estar en el control, la vigilancia y la disuasión.

El futuro de la frontera norte de América, con su creciente presencia de tecnología de vigilancia, se enfrenta a un dilema crítico: ¿debería el enfoque de seguridad centrarse en proteger la integridad del territorio o en proteger los derechos y la dignidad de aquellos que buscan una nueva vida?

Crédito fotográfico: Reuters


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