EE.UU: Biden y la posibilidad de indultos preventivos … ¿un escudo para los críticos de Trump?

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THE LATIN VOX (19 de diciembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz

En un giro inesperado en la política estadounidense, diversos líderes del Partido Demócrata han instado al presidente Joe Biden a considerar la opción de otorgar indultos preventivos a sus principales críticos políticos, en un intento por protegerlos de posibles represalias legales bajo la administración de Donald Trump.

Figuras prominentes como Adam Schiff, Liz Cheney y Nancy Pelosi, quienes jugaron un papel crucial en la investigación del ataque al Capitolio el 6 de enero de 2021, podrían estar entre los beneficiarios de estas medidas de clemencia.

La propuesta de los indultos preventivos ha generado una intensa discusión sobre las implicaciones legales y políticas de una medida de tal magnitud. Mientras algunos ven esta acción como una defensa necesaria frente a posibles ataques judiciales de Trump, otros temen que pueda sentar un peligroso precedente para futuros abusos del poder presidencial, especialmente si Trump logra regresar a la Casa Blanca.

Una escudo contra la represalia legal

El llamado de los demócratas ha ganado fuerza después de las amenazas reiteradas de Trump contra aquellos que lideraron las investigaciones sobre su papel en el asalto al Capitolio. En sus intervenciones públicas, Trump ha afirmado que varios miembros del comité investigativo deberían ser encarcelados, y ha señalado específicamente a figuras como Schiff, Pelosi y Cheney, a quienes acusa de actuar en su contra bajo una motivación política.

Bernie Sanders, senador de Vermont, fue uno de los primeros en abogar por los indultos preventivos, señalando que la protección de los congresistas que participaron en la investigación es fundamental para salvaguardar la democracia. «Esto es lo que representa el autoritarismo. No se debe encarcelar a los funcionarios electos que discrepan contigo», comentó Sanders en una entrevista con NBC News.

De manera similar, el senador de Massachusetts, Ed Markey, subrayó que un retorno de Trump al poder podría resultar en un gobierno con tendencias «dictatoriales» y «fascistas», por lo que consideraba esencial que Biden actuara con celeridad para otorgar los indultos.

¿Un precedente peligroso?

Aunque las intenciones detrás de los indultos preventivos pueden parecer protectoras, algunos expertos advierten sobre los riesgos que implicaría establecer este precedente. Uno de los temores más citados es que la medida pueda ser interpretada como una señal de culpabilidad, además de ofrecer a Trump la justificación para recurrir a indultos masivos para proteger a sus aliados más cercanos de cualquier acción legal.

Por su parte, Adam Schiff ha dejado claro que no apoya la idea de un perdón preventivo, refiriéndose a ella como «innecesaria». En su opinión, los miembros del comité de investigación se sienten orgullosos del trabajo realizado y no han hecho nada incorrecto que justifique un indulto.

La cuestión de la aceptación de un indulto también es complicada, ya que podría interpretarse como una debilidad o una aceptación implícita de cargos falsos. Además, podría abrir la puerta para que Trump, de ser elegido nuevamente, utilice su poder para perdonar a sus aliados de manera indiscriminada, consolidando aún más su control sobre las instituciones del Estado.

La constitución y los límites del indulto presidencial

Desde una perspectiva legal, los indultos preventivos se encuentran dentro de los límites de la autoridad presidencial, aunque no pueden aplicarse a crímenes estatales o a futuras infracciones. Expertos como Mark Osler, profesor de derecho en la Universidad de St. Thomas, señalan que aunque Biden tendría el derecho constitucional de otorgar estos indultos, la acción debería ser cuidadosamente considerada, pues los perdones suelen ir acompañados de la idea de que el perdonado ha cometido un delito.

El dilema moral y político

La posible decisión de Biden refleja la complejidad de la situación política y legal en los Estados Unidos. Si bien los indultos podrían ser una medida protectora, también abren la puerta a un uso cuestionable del poder presidencial, especialmente en un momento tan polarizado. La propuesta enfrenta a aquellos que defienden la integridad de las instituciones democráticas con los que creen que el poder del perdón debe ser usado con cautela, solo en casos donde se pueda demostrar el arrepentimiento o la rehabilitación.

La ironía de esta situación es que, mientras se debate sobre la utilización de los indultos para fines políticos, los llamados más tradicionales para el perdón —aquellos que benefician a personas que realmente han cambiado sus vidas tras haber cometido crímenes— pasan casi desapercibidos. El debate sobre los indultos preventivos, entonces, no solo expone las tensiones políticas de la actualidad, sino también las deficiencias del sistema de justicia y las prioridades del poder ejecutivo.

En última instancia, el dilema de Biden es claro: ¿debería proteger a sus aliados más cercanos con un perdón preventivo o correr el riesgo de que sean blanco de represalias judiciales bajo un posible gobierno de Trump? Sin importar la decisión final, lo que está claro es que los próximos meses podrían marcar un hito en la historia de la política estadounidense, estableciendo precedentes que influirán en futuras administraciones y en la forma en que se ejerce el poder presidencial.

Crédito fotográfico: CBC News


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