THE LATIN VOX (20 de diciembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
Un grupo de eurodiputados progresistas ha alertado sobre las «inequidades sistémicas» dentro de la Comisión Europea, luego de que se revelara que la coordinadora de la lucha contra el racismo de la UE, una mujer negra europea, fue excluida de una remodelación interna que la dejó en una «posición inferior» en comparación con sus homólogos blancos.
A principios de este mes, la Comisión Europea anunció que las coordinadoras encargadas de combatir el antisemitismo y fomentar la vida judía, así como de luchar contra el odio hacia los musulmanes, serían trasladadas a la Secretaría General, el departamento más alto de la UE que reporta directamente a la presidenta Ursula von der Leyen.
Sin embargo, la coordinadora contra el racismo, Michaela Moua, no fue incluida en este cambio y permanecerá en un departamento estándar, lo que se considera una posición de menor jerarquía y relevancia política.
Michaela Moua, una exejecutiva de ONG finlandesa, fue nombrada coordinadora de la lucha contra el racismo en la Comisión Europea en 2021, un cargo creado tras el movimiento global Black Lives Matter y la primera estrategia anti-racismo de la UE.
Aunque se esperaba que los tres coordinadores recibieran un ascenso similar, solo Moua se ha quedado fuera del traslado a la Secretaría General, lo que genera inquietud entre los defensores de los derechos humanos y algunos eurodiputados.
En 2023, la Comisión Europea había anunciado que los tres coordinadores serían ascendidos a la categoría de enviados especiales para fortalecer su trabajo, lo que sugería que los tres roles serían equivalentes en términos de estatus.
Sin embargo, el traslado de dos de ellos a posiciones de mayor poder político en la Secretaría General parece abrir la puerta a futuros ascensos, mientras que la posición de Moua queda relegada a un lugar menos influyente.
El grupo de eurodiputados de izquierda, que incluye a Socialistas, Verdes y la Izquierda Unitaria, ha expresado su preocupación por este trato desigual. En una carta dirigida a la Comisión Europea, los parlamentarios afirmaron que «la exclusión de la coordinadora racializada plantea serias dudas sobre inequidades sistémicas» y pidieron a la Comisión que explicara cómo garantizará que todas las formas de racismo reciban la misma atención y prioridad, dado que los coordinadores ocupan niveles jerárquicos diferentes.
Mélissa Camara, eurodiputada francesa del grupo Verde, también manifestó su preocupación sobre la desigualdad de trato: “La decisión de colocar a los coordinadores contra el antisemitismo y el odio hacia los musulmanes en los niveles más altos de la Comisión Europea, mientras se relegaba a la coordinadora contra el racismo a una posición más baja, plantea serias inquietudes”, afirmó.
La red europea contra el racismo (ENAR) se unió a las críticas, señalando que la disparidad en los puestos envía «un mensaje peligroso sobre las prioridades de la Comisión», creando «jerarquías inaceptables dentro del trabajo contra el racismo» y socavando los esfuerzos para abordar el racismo como un problema sistémico. Además, ENAR advirtió que este tipo de decisiones podría minar los esfuerzos a largo plazo para erradicar la discriminación racial en Europa.
Este escándalo se produce en medio de una serie de cambios polémicos dentro de la Comisión Europea, incluida la eliminación del cargo independiente de comisario para la igualdad. Ahora, la comisaria responsable de la igualdad también debe encargarse de la preparación y gestión de crisis, lo que, según grupos de derechos humanos, representa una degradación del cargo y pone en riesgo la agenda de igualdad.
Además, la reciente reactivación del grupo interparlamentario de lucha contra el racismo y la diversidad en el Parlamento Europeo, que se estableció con los líderes de los tres grupos parlamentarios más a la izquierda (Socialistas, Izquierda y Verdes), también refleja el giro hacia la derecha en la cámara. Camara expresó que «estamos presenciando un Parlamento Europeo cada vez más polarizado y racista», a medida que los grupos de extrema derecha ganan terreno tras las elecciones europeas de junio.
Este episodio refleja no solo las tensiones internas dentro de la Comisión Europea, sino también la creciente preocupación sobre el rumbo de la política europea frente a la lucha contra el racismo, la desigualdad y la discriminación, cuestiones que siguen siendo fundamentales en el continente, especialmente para las minorías racializadas.
Crédito fotográfico: Comisión Europea