El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, declaró que un avión de pasajeros que se estrelló recientemente fue derribado de manera no intencional por fuerzas rusas, según investigaciones preliminares. La afirmación, hecha durante una conferencia de prensa, añade una dimensión delicada al incidente, que ha conmocionado a la región y plantea interrogantes sobre la seguridad aérea y las tensiones geopolíticas en el área.
El incidente aéreo
El avión, que transportaba a más de 100 pasajeros, se estrelló mientras cubría una ruta nacional en Azerbaiyán. Inicialmente, las autoridades investigaban la posibilidad de un fallo técnico, pero pronto surgieron informes que apuntaban a un posible impacto externo. Aliyev confirmó que la investigación indicó que el avión fue alcanzado por un misil lanzado desde una instalación militar rusa cercana, aunque aseguró que el disparo fue «no intencional».
“No hay evidencia de un ataque deliberado. Se trató de un error técnico grave que resultó en una tragedia inimaginable”, afirmó Aliyev, quien añadió que está trabajando con las autoridades rusas para aclarar los hechos y prevenir incidentes similares en el futuro.
La respuesta de Rusia
Desde Moscú, el Ministerio de Defensa ruso reconoció la posibilidad de un error, pero no emitió una confirmación directa. En un comunicado oficial, expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y prometió colaborar plenamente con la investigación. Fuentes internas indicaron que el misil pudo haber sido lanzado durante un ejercicio de entrenamiento, en el que un fallo en los sistemas de control llevó al disparo accidental.
El presidente Vladimir Putin aún no se ha pronunciado personalmente sobre el incidente, pero analistas sugieren que Rusia buscará evitar que la situación escale diplomáticamente, dada la compleja relación con Azerbaiyán y las tensiones latentes en el Cáucaso.
Impacto en las relaciones bilaterales
El incidente ocurre en un contexto de cooperación estratégica entre Azerbaiyán y Rusia, aunque también existen diferencias, especialmente relacionadas con el conflicto de Nagorno-Karabaj. Aliyev dejó claro que no busca agravar las tensiones, pero subrayó la importancia de que Rusia tome medidas para garantizar que errores de esta naturaleza no se repitan.
“El pueblo azerbaiyano merece respuestas claras y acciones concretas para evitar que esta tragedia sea olvidada sin justicia”, afirmó el presidente.
Reacciones internacionales
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por el incidente. Organizaciones como la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) han pedido una investigación exhaustiva, mientras que países vecinos han enfatizado la necesidad de reforzar los protocolos de seguridad aérea en una región ya de por sí volátil.
Los gobiernos occidentales, incluidos Estados Unidos y la Unión Europea, han instado a la transparencia en el manejo de la crisis, aunque hasta ahora han evitado condenas directas contra Rusia.
El dolor de las víctimas
Entre tanto, las familias de las víctimas exigen respuestas. En Bakú, se han realizado vigilias para honrar a los fallecidos, con una creciente demanda de claridad sobre cómo pudo ocurrir un error tan catastrófico.
“Perdí a mi hijo en ese avión. No me importa si fue un accidente o algo intencional, quiero saber la verdad”, expresó un padre durante un acto conmemorativo.
El futuro de la aviación en la región
El derribo accidental del avión plantea serias preguntas sobre los sistemas de defensa aérea y las prácticas de entrenamiento militar en áreas densamente pobladas. Expertos en aviación señalan que este incidente subraya la necesidad de una mejor coordinación entre las fuerzas militares y las autoridades civiles en la región del Cáucaso.
A medida que Azerbaiyán y Rusia avanzan en la investigación conjunta, el mundo observa de cerca cómo esta tragedia afecta no solo a las familias de las víctimas, sino también al equilibrio político en una región clave para la estabilidad de Eurasia.