THE LATIN VOX (10 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
El 2024 se ha consolidado como el año más cálido registrado en la historia, superando por primera vez el umbral de 1.5°C de calentamiento global, según datos del Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S) de la Unión Europea.
Este hito, que marca una alarma en la lucha contra el cambio climático, refleja no solo un año de temperaturas récord, sino también un agravamiento de los fenómenos meteorológicos extremos que han sumido a millones de personas en todo el mundo en la miseria. Y, lo peor, es que las consecuencias de esta crisis climática recién comienzan.
Un salto alarmante en las temperaturas globales
La temperatura promedio de 2024 fue 1.6°C más alta que los niveles preindustriales, un aumento de 0.1°C respecto a 2023, que ya había sido un año de temperaturas récord. Este calentamiento sin precedentes no tiene paralelo en la historia reciente de la humanidad y está impulsado principalmente por la quema de combustibles fósiles, cuyas emisiones siguen siendo la principal causa de la crisis climática.
Aunque el Acuerdo de París establece como objetivo mantener el aumento de la temperatura por debajo de 1.5°C a lo largo de varias décadas, el hecho de que en un solo año se haya superado este umbral subraya que la emergencia climática sigue intensificándose.
Fenómenos extremos: El cambio climático en acción
El impacto del calentamiento global no es solo una cifra en un gráfico, sino una realidad tangible que se manifiesta en fenómenos extremos. El 10 de julio de 2024, el 44% de la superficie terrestre experimentó un estrés térmico fuerte a extremo, y el 22 de julio se registró el día más caluroso de la historia.
Este aumento de temperaturas ha provocado olas de calor récord, lluvias torrenciales, inundaciones, huracanes devastadores y sequías severas que han golpeado a regiones como Valencia, Filipinas, Estados Unidos y la Amazonía, entre otras. El calor extremo, combinado con niveles récord de vapor de agua atmosférico, ha dado lugar a lluvias torrenciales y tormentas devastadoras, poniendo en riesgo la vida de millones de personas.
La emergencia climática continúa y se agrava
«Este récord debe servir como un llamado de atención», afirmó la climatóloga Dr. Friederike Otto de Imperial College London. Las consecuencias del aumento de la temperatura global de 1.5°C ya son evidentes: desastres naturales exacerbados por el cambio climático están afectando a comunidades en todo el mundo, y los eventos extremos se están volviendo cada vez más frecuentes y destructivos.
A pesar de la conciencia sobre la urgencia de la situación, las emisiones de carbono en 2024 alcanzaron un nivel récord, lo que refleja la falta de avances significativos en la transición hacia fuentes de energía renovables, una transición que debería haberse acelerado tras la COP28 celebrada en Dubái en diciembre de 2023.
El futuro: ¿Un aumento de 2.7°C para finales de siglo?
Si las tendencias actuales continúan, el mundo se encamina hacia un calentamiento global de 2.7°C para finales de este siglo, un escenario catastrófico que tendrá impactos devastadores en los ecosistemas y las sociedades humanas.
La próxima oportunidad para que los países tomen medidas significativas será en febrero de 2025, cuando deberán presentar nuevos compromisos de reducción de emisiones ante las Naciones Unidas. Sin embargo, el horizonte de mantener el calentamiento por debajo de los 1.5°C se desvanece rápidamente, y para evitar este futuro sombrío, las emisiones de gases de efecto invernadero deben reducirse en un 45% para 2030.
Una respuesta necesaria y urgente
«Cada fracción de grado cuenta», dijo el profesor Joeri Rogelj de Imperial College. Los científicos y expertos coinciden en que el camino hacia la estabilidad climática es claro: debe reducirse drásticamente el uso de combustibles fósiles, detener la deforestación y hacer las sociedades más resilientes frente a los impactos del cambio climático.
Las tecnologías limpias, como la energía solar y eólica, están cayendo rápidamente en costos y ya son más baratas que los combustibles fósiles en muchos países. Sin embargo, los avances no están siendo suficientes ni rápidos, y el mundo sigue sin cumplir con los compromisos internacionales.
El tiempo para tomar acción es ahora. Los próximos años serán cruciales, y las decisiones que tomemos en las próximas décadas determinarán si podemos evitar un futuro de temperaturas extremas, fenómenos meteorológicos cada vez más destructivos y un sufrimiento humano aún mayor. El calentamiento global no es una amenaza distante, es una realidad presente que exige una respuesta global urgente.
Crédito fotográfico: CNN