Análisis: ¿Qué piensan los groenlandeses sobre las intenciones de Donald Trump para anexar a su país?

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THE LATIN VOX (10 de enero del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Recientemente, los comentarios del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la posibilidad de adquirir Groenlandia han causado revuelo en la isla. Aunque Trump parece ver la región como una “oportunidad inmobiliaria”, muchos groenlandeses han rechazado rotundamente la idea de ser vendidos o anexados por Estados Unidos.

A pesar de que la mayoría no apoya la idea de un cambio de soberanía, la situación ha reavivado el debate sobre el futuro político y la independencia de Groenlandia, que ha estado bajo el control de Dinamarca desde su colonización.

Un futuro incógnito: La reacción de los groenlandeses

Cuando Trump sugirió en 2019 que podría comprar Groenlandia y nuevamente retomó el tema en los últimos días, la respuesta en la isla fue contundente. La primera ministra groenlandesa, Múte Egede, subrayó con firmeza que “Groenlandia pertenece a los groenlandeses”. Sin embargo, no todos en la isla ven la situación de la misma manera. A medida que el sentimiento de independencia crece, también lo hace la incertidumbre sobre qué rumbo debe seguir Groenlandia en relación con Dinamarca y, ahora, con Estados Unidos.

“Nuestro país no está a la venta”

Ole Hjorth, un controlador de tráfico aéreo de 27 años de Nuuk, la capital groenlandesa, expresó su rechazo a las propuestas de Trump: “Nuestro país es nuestro, no está a la venta”. Aunque Hjorth calificó las palabras de Trump de poco serias, no ocultó la sensación de miedo que sintió al ver un avión Boeing 757 con el nombre “Trump” en el aeropuerto de Nuuk, durante la visita de Donald Trump Jr. “Si Trump usa la fuerza militar, significaría una guerra con el resto de la OTAN y sanciones para Dinamarca, lo que afectaría a toda la UE”, agregó Hjorth, señalando las implicaciones globales que podría tener una acción de este tipo.

Además, mostró su preocupación por la polarización interna que podría generar esta situación en Groenlandia, como ya se ha visto en los Estados Unidos, con el surgimiento de ideologías divisivas. La posibilidad de que los intereses estadounidenses influyan en las elecciones locales y en la política interna de Groenlandia le resulta inquietante.

“Nos están deshumanizando”

Patrick Abrahamsen, un hombre de 45 años que trabaja en búsqueda y rescate en Nuuk, se mostró especialmente molesto por la forma en que Groenlandia ha sido tratada como un “objeto” en las conversaciones internacionales. Con raíces inuit, Abrahamsen destacó que la discusión sobre la compra o anexión de Groenlandia por parte de Estados Unidos le quita la voz a los groenlandeses y los deshumaniza. “Nos están tratando como si fuéramos algo que se puede comprar, sin tener en cuenta nuestras necesidades o deseos como pueblo”, dijo.

Abrahamsen también expresó su preocupación por el impacto que este tipo de tratados podría tener sobre la identidad de los groenlandeses y su desarrollo como nación. “Groenlandia necesita encontrar su propio camino en áreas clave como la salud, la educación y el bienestar social, sin depender de otros países”, añadió.

Buscando más independencia: Una nueva relación con Estados Unidos

En un contexto donde la relación con Dinamarca ha estado marcada por las tensiones por la independencia, algunos groenlandeses ven con esperanza la posibilidad de una mayor autonomía. Paneeraq, una joven de 22 años de Sisimiut, expresó que, aunque nunca apoyará a Trump ni sus políticas coloniales, hay espacio para un acuerdo que beneficie a Groenlandia.

“La esperanza de muchos es que Groenlandia se haga más independiente de Dinamarca, pero también que haya una sensación de mayor seguridad por parte de Estados Unidos”, comentó Paneeraq, refiriéndose a la protección militar que el país ha brindado históricamente durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.

Sin embargo, el sentimiento de independencia no es uniforme en la isla. Malina, una profesora de 39 años, se mostró más pragmática. “No queremos ser parte de Estados Unidos, pero tampoco parte de Dinamarca.

Queremos ser independientes como otros países”, expresó, subrayando el deseo de Groenlandia de gestionar directamente sus relaciones exteriores, incluyendo el comercio internacional. Groenlandia, señaló Malina, debe tener control sobre sus recursos naturales y gestionar su futuro sin depender de decisiones externas.

“Trabajemos en nuestra relación con Dinamarca”

Ivana, una joven en sus 20s de Nuuk, expresó inicialmente que la idea de que Estados Unidos tomara control de Groenlandia era absurda, pero la creciente mención del tema por parte de Trump le causó ansiedad. “Tenemos un sistema de bienestar que incluye salud gratuita, educación gratuita, y apoyo mensual para estudiantes. ¿Qué ganamos si Estados Unidos toma control?” cuestionó Ivana, subrayando la preocupación por la pérdida de identidad cultural y el impacto que tendría el choque con las tradiciones groenlandesas.

Desafíos y oportunidades de un futuro independiente

Para otros groenlandeses como Frans H Petersen, un joven de 21 años de Maniitsoq, el deseo de independencia es claro, pero es necesario prepararse para los desafíos económicos y sociales que ello implica. “Creo que Groenlandia debe tener el control de nuestros recursos naturales antes de buscar acuerdos con otros países”, afirmó Petersen.

A pesar de las tensiones actuales con Dinamarca, muchos groenlandeses continúan reflexionando sobre cómo pueden equilibrar su futuro como nación independiente, manteniendo al mismo tiempo relaciones diplomáticas y comerciales que garanticen su desarrollo.

Una isla en la encrucijada

Groenlandia se encuentra en una encrucijada. Mientras la sombra de las propuestas de Trump sigue flotando sobre la isla, los groenlandeses debaten si su futuro debe estar ligado a Dinamarca o si es hora de forjar un camino hacia la independencia total. Lo que es indiscutible es que, para la mayoría de los habitantes de la isla, Groenlandia es y debe seguir siendo un lugar que le pertenece a su gente.

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