Opinión: El asedio de Trump y Musk deja a Europa sin una respuesta clara

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THE LATIN VOX (11 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Europa ha estado preparándose desde las elecciones presidenciales de EE. UU. en noviembre para afrontar el desafío que representa el regreso de Donald Trump, pero la amenaza para la estabilidad europea ha llegado más rápido y de forma mucho más seria de lo que muchos esperaban, incluso los más pesimistas.

Trump no ha tardado en reavivar sus aspiraciones territoriales sobre Groenlandia, dejando claro que no se trataba de una broma de mal gusto de su primer mandato, sino de un asunto pendiente que está dispuesto a resolver por cualquier medio, incluso militar. Mientras tanto, su aliado financiero y confidente, Elon Musk, el hombre más rico del mundo, ha utilizado su control sobre la plataforma social X para promover agresivamente las causas de los partidos de extrema derecha en Europa. Musk está alimentando la pesadilla continental por excelencia: el regreso del fascismo, ahora con el apoyo tácito desde Washington.

La ofensiva de Trump y Musk no se limita a Europa. Trump ha sugerido que Canadá debería convertirse en un estado de EE. UU., que el país debe recuperar el Canal de Panamá y que el Golfo de México debería renombrarse como el Golfo de América. Además, ha amenazado con imponer nuevos aranceles a los vecinos de EE. UU. Sin embargo, la consecuencia más aguda de sus ambiciones territoriales y políticas se siente con mayor intensidad en Europa.

Las capitales europeas se encuentran en un dilema sobre cómo responder. Están divididas entre la indignación por la interferencia flagrante de Trump y Musk en los asuntos internos del continente, y la ansiedad por convertirse en el centro de las quejas personales de ambos.

Lo que está en juego no es solo una inminente guerra comercial transatlántica con un presidente para quien los aranceles son la primera medida, sino también la seguridad de Europa y de Ucrania. Los líderes y diplomáticos europeos son conscientes de que la guerra en Ucrania ha entrado en una nueva fase, en la que la mente de Trump se ha convertido en uno de los principales campos de batalla para decidir si continuar o no el suministro de armas estadounidenses a Ucrania.

Elisabeth Braw, experta en el Atlantic Council, destacó: “Los países europeos quisieran poder decir: ‘Está bien, iremos por nuestro camino y reduciremos nuestra exposición a EE. UU.’, pero en este momento Europa necesita a EE. UU. para nuestra propia protección, y este es el dilema fundamental que enfrentan los líderes europeos”.

La dificultad para Europa radica también en la figura de Musk, un ciudadano privado, aunque extremadamente rico, que, al menos por ahora, tiene acceso directo al oído del presidente electo y será parte de su administración, encargado de la “eficiencia gubernamental”. Musk ha usado X como un megáfono para promover la extrema derecha en Europa, y en una conversación con la líder del partido alemán Alternative für Deutschland (AfD), Alice Weidel, elogió abiertamente su postura.

Este apoyo a la AfD se presenta como un desafío directo a los esfuerzos de los partidos principales de Alemania por aislar a esta formación y excluirla del poder en los próximos comicios del 23 de febrero. La campaña de Musk a favor de la AfD podría ser una violación flagrante de la Ley de Servicios Digitales de la UE (DSA), aprobada en 2022 para regular a las empresas tecnológicas como X.

Teóricamente, la DSA permite imponer sanciones de hasta el 6% de los ingresos globales de las empresas infractoras, pero X ha estado bajo investigación por parte de la Comisión Europea desde diciembre de 2023 sin que hasta ahora se haya tomado ninguna medida punitiva.

Braw señaló que sería “irónico si no fuera tan trágico” que justo cuando Europa pensaba haber implementado herramientas para reducir el riesgo de injerencias externas, como las de Rusia, China, Irán e incluso Corea del Norte, ahora se enfrente a “fuego amigo” proveniente de aliados cercanos.

El Reino Unido, que se encuentra fuera de la UE y históricamente más alineado con Washington, no ha sido ajeno a las provocaciones de Trump y Musk. Su respuesta también ha sido vacilante y cautelosa, reflejando la incertidumbre generalizada que domina en Europa ante la nueva realidad política que se avecina desde Estados Unidos.

La complejidad de la situación es indiscutible. Mientras Trump se plantea un retorno a una agenda de territorialidad y políticas proteccionistas, Musk está manipulando las redes sociales para promover ideologías extremistas que podrían tener repercusiones devastadoras en Europa.

Los líderes europeos se encuentran atrapados entre el miedo a una mayor intromisión de ambos en sus asuntos internos y la necesidad de mantener una relación estratégica con una superpotencia cuyo comportamiento se vuelve cada vez más errático y difícil de prever. Europa, ante esta doble ofensiva, parece no encontrar aún una respuesta efectiva.

Crédito fotográfico:  Chris Unger/Zuffa LLC


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