Chrétien duda de guerra comercial con Trump

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Foto: Justin Tang

El ex primer ministro de Canadá, Jean Chrétien, se ha pronunciado sobre la posibilidad de una nueva guerra comercial entre Canadá y Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump. En declaraciones recientes, Chrétien expresó su escepticismo sobre la viabilidad de que Trump impulse una confrontación económica significativa con Canadá, calificando la idea como “irrealista”. Estas afirmaciones se producen en un momento de incertidumbre, cuando las relaciones comerciales entre ambos países vuelven a ocupar un lugar central en el debate político.

Trump, quien asumirá nuevamente la presidencia en cuestión de días, ha sugerido durante su campaña y en declaraciones recientes que revisará los acuerdos comerciales existentes, incluido el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Esto ha generado preocupaciones sobre posibles tarifas arancelarias y otras medidas que podrían afectar la estrecha relación económica entre los dos países. Sin embargo, Chrétien considera que la interdependencia económica entre Canadá y Estados Unidos hará que una guerra comercial prolongada sea poco práctica.

“Estados Unidos necesita a Canadá tanto como nosotros los necesitamos a ellos”, dijo Chrétien en una entrevista exclusiva. “Trump puede usar una retórica agresiva, pero al final del día, nuestras economías están profundamente conectadas, y desestabilizar esa relación no beneficia a nadie”.

El ex primer ministro también recordó los enfrentamientos comerciales que tuvieron lugar durante su mandato en la década de 1990, cuando Canadá enfrentó tensiones similares con Estados Unidos en temas como la madera blanda y los productos agrícolas. Chrétien destacó que, a pesar de las diferencias, siempre se encontró un terreno común para resolver los conflictos debido a los intereses compartidos de ambos países. “Estas cosas se resuelven porque ambos lados entienden las consecuencias económicas de un enfrentamiento prolongado”, agregó.

Las declaraciones de Chrétien llegan en un momento crítico, ya que el sector empresarial canadiense y el gobierno de Justin Trudeau se preparan para cualquier posible cambio en las políticas comerciales de la administración entrante de Trump. Aunque el primer ministro Trudeau aún no ha emitido un comunicado oficial sobre el tema, su gobierno ha enfatizado repetidamente la importancia de mantener una relación comercial fluida con Estados Unidos, que sigue siendo el mayor socio económico de Canadá.

Expertos en comercio internacional comparten en gran medida el escepticismo de Chrétien sobre una guerra comercial total, aunque advierten que incluso acciones limitadas, como la imposición de aranceles selectivos, podrían causar perturbaciones económicas significativas. “Las cadenas de suministro entre Canadá y Estados Unidos están tan integradas que cualquier cambio abrupto tendría repercusiones inmediatas en ambos lados de la frontera”, explicó Sarah Richardson, profesora de economía en la Universidad de Toronto. “No se trata solo de comercio; hablamos de empleos, inversión y estabilidad económica”.

Sin embargo, no todos comparten la visión optimista de Chrétien. Algunos críticos argumentan que Trump ha demostrado en el pasado que está dispuesto a adoptar medidas unilaterales, incluso cuando estas afectan negativamente a aliados tradicionales. “No podemos subestimar la capacidad de Trump para priorizar su base política sobre consideraciones económicas más amplias”, advirtió Mark Hansen, analista político en Washington. “Si decide imponer tarifas para apelar a su electorado, Canadá podría enfrentar desafíos significativos”.

A pesar de estas preocupaciones, muchos observadores coinciden en que Canadá tiene herramientas diplomáticas y legales a su disposición para responder a cualquier acción comercial adversa. El T-MEC incluye mecanismos para la resolución de disputas que podrían ser utilizados en caso de conflictos, y Canadá también podría buscar apoyo de otros socios internacionales para contrarrestar las medidas proteccionistas de Estados Unidos.

Por ahora, el enfoque de Canadá parece ser la cautela y la preparación. Funcionarios gubernamentales han señalado que están monitoreando de cerca las declaraciones y acciones de la administración Trump, y que trabajan para fortalecer las alianzas dentro del país y en el ámbito internacional. Mientras tanto, sectores clave como la industria automotriz, la agricultura y la tecnología están tomando medidas para mitigar posibles impactos negativos.


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