THE LATIN VOX (12 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Mientras los principales partidos alemanes se preparan para las elecciones del próximo 23 de febrero, las tensiones políticas han llegado a su punto máximo en Riesa, una ciudad de la región de Sajonia conocida como bastión del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD). Miles de manifestantes se congregaron para protestar contra la convención de la AfD, que se celebraba en un contexto de creciente polarización política.
La manifestación en Riesa estuvo acompañada por una fuerte presencia policial, ya que los bloqueos y las protestas impidieron el acceso fluido a la sede del evento, lo que retrasó la convención más de dos horas.
A pesar de los obstáculos, el evento prosiguió, con la nominación formal de Alice Weidel, co-líder del AfD, como la candidata de su partido para la cancillería. Weidel, que había sido una de las personas afectadas por los bloqueos, aprovechó la ocasión para agradecer a los delegados por «desafiar a la turba de izquierda y llegar hasta aquí».
La AfD, que actualmente ocupa el segundo lugar en las encuestas con un 20% de apoyo, ha emergido como una de las fuerzas políticas más controvertidas de Alemania. Sin embargo, aunque Weidel ha atraído la atención en la política nacional, no tiene una posibilidad realista de convertirse en la próxima canciller, ya que los partidos tradicionales se han negado a formar una coalición con la extrema derecha.
El bloque conservador de la Unión (CDU/CSU), liderado por Friedrich Merz, sigue siendo el favorito para ganar las elecciones, con un 30% de apoyo en las encuestas.
Por su parte, el actual canciller de centroizquierda, Olaf Scholz, sigue luchando por mantener la relevancia política de su partido, los Socialdemócratas (SPD). Aunque los sondeos indican que su partido sigue con un apoyo de entre el 14% y el 17%, Scholz ha enfrentado dificultades desde la disolución de su coalición de tres partidos el pasado noviembre, tras una disputa sobre cómo revitalizar la economía alemana estancada. Las elecciones se celebrarán siete meses antes de lo previsto inicialmente, un cambio que ha puesto al canciller en una posición incómoda.
En un evento reciente en Berlín, Scholz reconoció que su gobierno cometió errores, y admitió que tal vez debería haber terminado la coalición antes. Sin embargo, mostró su determinación para mirar hacia el futuro y presentó un llamado a la acción a sus seguidores: «Vamos a luchar», expresó.
En su discurso, acusó al bloque de la Unión de carecer de planes serios para abordar los problemas de Alemania y de hacer «promesas caras para los que más ganan», que, según él, generarían un «gigantesco agujero en nuestro presupuesto».
Scholz también volvió a subrayar su postura firme en la política exterior, especialmente en relación con el suministro de armas a Ucrania y en su rechazo a las recientes declaraciones de Donald Trump sobre la soberanía de Groenlandia y otros territorios. «El principio de la inviolabilidad de las fronteras se aplica a todos los países, sin importar su tamaño o poder», dijo Scholz, sin mencionar explícitamente al presidente electo de EE. UU.
Mientras tanto, Merz, líder del bloque conservador, criticó la postura de Scholz sobre las relaciones internacionales y la gestión económica. Aseguró que «la crítica pública de Alemania nunca ha tenido impacto en América, y por lo general ha logrado el efecto contrario». Este enfrentamiento, reflejo de las profundas divisiones dentro de la política alemana, se intensifica a medida que el país se prepara para una de sus elecciones más cruciales en años.
El contexto de las elecciones está marcado por la creciente polarización política, que ha llevado a una mayor visibilidad de partidos como la AfD, que sigue siendo un tema divisivo tanto en la política interna como en la percepción internacional de Alemania.
Con las elecciones a la vuelta de la esquina, la nación se enfrenta a una encrucijada: ¿será capaz el actual gobierno de mantener el rumbo, o se abrirá el camino para un cambio radical bajo la influencia de la extrema derecha? Solo el tiempo lo dirá, pero lo que es seguro es que la campaña electoral está lejos de ser un camino tranquilo.
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