THE LATIN VOX (12 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
A los 36 años, Kristrún Frostadóttir es la primera ministra más joven de la historia de Islandia y se ha convertido en un símbolo del cambio en la política de su país. Después de apenas cuatro años en la política, esta economista y periodista asumió el cargo en un momento clave para Islandia, donde, además, dos mujeres ocupan simultáneamente las posiciones más altas del gobierno, un hito en la historia política del país.
En un contexto de creciente preocupación por la extrema derecha y la necesidad de renovar las instituciones, Frostadóttir tiene una visión clara de lo que debe ser un gobierno más inclusivo, progresista y cercano a la gente.
La elección de Frostadóttir no solo marca un avance en cuanto a la edad y el género, sino también en su enfoque hacia una nueva forma de gobernar. «Este es un nuevo tipo de gobernanza, tanto en términos políticos como de género», explicó en una entrevista reciente.
Aunque no fue su intención formar un gobierno dominado por mujeres, su coalición está compuesta por tres mujeres que lideran partidos de distintas orientaciones, desde el centro hasta la izquierda. «Nosotras tres estamos en diferentes etapas de la vida, lo que aporta una dinámica única», comentó.
Este año también marca el 50º aniversario de la histórica huelga de mujeres en 1975, cuando el 90% de las mujeres islandesas dejaron de trabajar para protestar contra la desigualdad de género, un evento que cambió para siempre el panorama político del país.
En este contexto, Frostadóttir toma el relevo con un fuerte enfoque en el bienestar social y en un modelo de economía sostenible que sea compatible con un presupuesto equilibrado. «Es una gran prioridad para mí demostrar que se puede tener un gobierno orientado al bienestar social que aún pueda gestionar el presupuesto de manera responsable», afirmó.
Uno de los temas más destacados de su gobierno es la economía, especialmente la inflación y las altas tasas de interés que afectan a las familias islandesas. La vivienda, el mercado laboral y el sistema de salud también están en su lista de prioridades. La primera ministra ha señalado que el país enfrenta una crisis de vivienda, que se ha visto agravada por el crecimiento desmedido del turismo y la falta de infraestructuras adecuadas.
En cuanto a la política exterior, una de las promesas de su gobierno es someter a referéndum en 2027 la posibilidad de reabrir las negociaciones para que Islandia se una a la Unión Europea. Este será un tema polémico dentro de su coalición, pero Frostadóttir considera que es una decisión que debe ser tomada por el pueblo islandés.
El liderazgo de Frostadóttir se presenta como una respuesta a los crecientes movimientos de extrema derecha que se observan en Europa y en otras partes del mundo. En sus palabras, las políticas progresistas y centradas en el bienestar social son la mejor manera de contrarrestar el extremismo.
«Creo que esa es una cura para la extrema derecha. Los partidos de centro-derecha y centro-izquierda, como el que dirigimos, devuelven la política a un nivel más humano», explicó. En este sentido, su visión de la política se aleja de los extremos y busca centrarse en las necesidades de la gente común, en lugar de en los intereses de la élite.
Aunque su gobierno es joven y enfrenta desafíos significativos, como la sostenibilidad del turismo y las tensiones provocadas por las erupciones volcánicas y la amenaza de más desastres naturales, Frostadóttir tiene claro que su objetivo es gobernar de una manera que sea inclusiva, transparente y orientada a la mejora de la vida cotidiana de los islandeses.
Kristrún Frostadóttir está preparando el terreno para una Islandia más equitativa y modernizada, donde el bienestar de los ciudadanos sea la prioridad, sin dejar de lado el equilibrio fiscal y el respeto por el medio ambiente. En un momento en que Europa atraviesa profundas divisiones políticas, su enfoque podría ser un modelo de cómo construir un gobierno más cercano y responsable.
Crédito fotográfico: Kvika