La OTAN ha anunciado una nueva misión para proteger los cables submarinos en la región del mar Báltico. Esta iniciativa surge ante el creciente temor de que las infraestructuras críticas de comunicación y energía sean objeto de sabotaje o ataque en un entorno geopolítico cada vez más tenso. Los cables submarinos, que conectan continentes y permiten la transmisión de datos, energía e información clave para las economías globales, han sido reconocidos como objetivos potenciales de agresión.
La misión se enfoca en reforzar la seguridad de estos cables, particularmente en un contexto en el que las tensiones entre las naciones del este de Europa y actores externos, como Rusia, han aumentado en los últimos años. Los líderes de la OTAN han subrayado la importancia de proteger estos recursos, que son fundamentales no solo para la infraestructura de internet global, sino también para las comunicaciones militares y comerciales de los países aliados.
El mar Báltico es una de las zonas más vulnerables debido a su proximidad a áreas de conflicto y la presencia de importantes rutas de transporte submarinas. Los esfuerzos de la OTAN incluirán la cooperación con los países ribereños, como Suecia, Finlandia y los Estados bálticos, para coordinar acciones de patrullaje y respuesta ante cualquier amenaza. Además, se destinarán recursos tecnológicos avanzados para monitorizar posibles riesgos y realizar evaluaciones de seguridad constantes.