El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, enfrenta una creciente presión por parte de los demócratas de Florida para reconsiderar su reciente decisión de levantar la designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo. Esta medida, que forma parte de un acuerdo más amplio para garantizar la liberación de prisioneros estadounidenses retenidos en la isla, ha generado un intenso debate político y social en el estado, donde reside una gran comunidad cubanoamericana.
La decisión de Biden de eliminar la etiqueta, impuesta nuevamente por la administración de Donald Trump en 2021, ha sido vista por sus partidarios como un paso hacia la normalización de las relaciones entre ambos países. Sin embargo, líderes demócratas en Florida, un estado clave en el panorama electoral, consideran que la medida envía un mensaje equivocado sobre el compromiso de los Estados Unidos con los derechos humanos y la democracia. Argumentan que el gobierno cubano sigue reprimiendo las libertades fundamentales de su pueblo, y temen que esta decisión pueda alienar a votantes cubanoamericanos y latinoamericanos que históricamente se han opuesto al régimen de La Habana.
Por otro lado, funcionarios de la Casa Blanca defienden la decisión como parte de un esfuerzo humanitario más amplio. Según fuentes oficiales, la eliminación de la designación permitirá facilitar la cooperación diplomática y garantizar la seguridad de los ciudadanos estadounidenses que permanecen en la isla. Además, argumentan que mantener la etiqueta sin un respaldo concreto de evidencias podría minar la credibilidad de los Estados Unidos en el escenario internacional. El debate promete intensificarse en las próximas semanas, con implicaciones significativas tanto para las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Cuba como para la política interna de cara a las próximas elecciones.