THE LATIN VOX (16 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El próximo lunes, Washington D.C. será el epicentro de una ceremonia que promete ser tan controvertida como simbólica: la toma de posesión de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos. Entre los asistentes, figuras emblemáticas del mundo empresarial y tecnológico compartirán asientos destacados, en un movimiento que subraya el creciente vínculo entre los magnates tecnológicos y la política conservadora.
Elon Musk, Jeff Bezos y Mark Zuckerberg, nombres que personifican la cúspide del poder económico global, estarán presentes, y posiblemente juntos, en el Capitolio. Este gesto refuerza su asociación pública con el enfoque de Trump y su base de poder del movimiento «Make America Great Again» (MAGA).
Donaciones millonarias y nuevos roles
Musk, CEO de Tesla y SpaceX, ha emergido como el mayor donante de la campaña de Trump para 2024, con una contribución que supera los 250 millones de dólares. Además, ha sido designado para co-dirigir un nuevo departamento gubernamental centrado en la eficiencia, lo que lo posiciona como una figura clave en la reforma del aparato federal. Sin embargo, su manejo de la plataforma X (antes Twitter) ha generado críticas por presuntamente amplificar desinformación y propaganda en favor de Trump.
Por su parte, Jeff Bezos, fundador de Amazon y propietario del Washington Post, ha tomado decisiones editoriales que han causado polémica, como impedir que el periódico respaldara a Kamala Harris en las elecciones presidenciales. Esto, junto con una donación de un millón de dólares al fondo inaugural de Trump, ha desatado cuestionamientos sobre la independencia editorial y los intereses políticos del empresario.
Zuckerberg, de Meta, también ha dado pasos controvertidos. Eliminó el programa de verificación de hechos de su plataforma y relajó políticas relacionadas con la diversidad e inclusión (DEI). Además, organizó una recepción de gala para celebrar la toma de posesión, consolidando su acercamiento a las filas conservadoras.
Un evento que divide al país
La ceremonia del 20 de enero no solo marca el inicio del nuevo mandato de Trump, sino que también cae en el Día de Martin Luther King Jr., una coincidencia que muchos consideran irónica, dado el historial del expresidente en temas de justicia social.
El aumento en las contribuciones necesarias para obtener acceso directo a Trump y su vicepresidente, JD Vance, también ha sido objeto de escrutinio. Según informes, los principales donantes deben aportar al menos un millón de dólares, el doble de lo que se requería en la toma de posesión de 2017.
Controversias y preguntas éticas
El respaldo de estas figuras multimillonarias a Trump ha levantado alarmas. Las propuestas económicas de su administración beneficiarían desproporcionadamente al 5% más rico de los estadounidenses, mientras que aumentarían los impuestos para el resto, según el Instituto de Tributación y Política Económica (ITEP).
Además, la proximidad de Musk, Bezos y Zuckerberg al poder político ha generado preocupaciones sobre posibles conflictos de interés y la influencia desmedida de las élites económicas en la democracia estadounidense.
El papel de la cultura
En un intento por suavizar las tensiones políticas, estrellas de la música como Carrie Underwood y los Village People actuarán en la inauguración, promoviendo el mensaje de que la música puede unir a las personas en tiempos de división. Sin embargo, la polarización sigue siendo evidente, especialmente en un país donde las heridas del 6 de enero de 2021, cuando el Capitolio fue atacado, siguen abiertas.
La presencia de Musk, Bezos y Zuckerberg en esta ceremonia no solo refleja un cambio en el panorama político y económico de Estados Unidos, sino que también plantea interrogantes sobre el futuro de la democracia en un país donde el poder del dinero parece ser más influyente que nunca.
Crédito fotográfico: AFP