El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha emitido una orden ejecutiva que otorga a TikTok y sus socios un plazo adicional de 75 días para operar sin la aplicación de la ley «divest-or-ban», que exigía a ByteDance, la empresa matriz de TikTok, desprenderse de sus activos en Estados Unidos antes del 19 de enero.
A pesar de esta extensión, TikTok sigue sin estar disponible en las tiendas de aplicaciones de EE. UU., ya que empresas como Apple y Google temen posibles sanciones legales y multas significativas por permitir nuevas descargas o actualizaciones de la aplicación.
La prohibición de TikTok se implementó el 19 de enero como parte de la Ley de Protección de los Estadounidenses de Aplicaciones Controladas por Adversarios Extranjeros, con el objetivo de mitigar riesgos de seguridad nacional asociados a aplicaciones de propiedad extranjera.
Los legisladores alegan que ByteDance podría utilizar los datos de los usuarios para vigilancia y desinformación.
Aunque los usuarios actuales aún pueden acceder a la aplicación, la imposibilidad de nuevas descargas y actualizaciones afecta su crecimiento y funcionalidad.
El Tribunal Supremo de EE. UU. ha respaldado la prohibición, apoyando las preocupaciones del gobierno sobre la vulnerabilidad de los datos.
Sin embargo, Trump ha retrasado la aplicación de la prohibición por 75 días y ha presentado un escrito en apoyo de TikTok ante el Tribunal Supremo.
Existe la posibilidad de que las operaciones de TikTok en EE. UU. sean vendidas a una empresa nacional, aunque la compañía no ha indicado planes en ese sentido.
Mientras tanto, algunos usuarios podrían recurrir al uso de redes privadas virtuales (VPN) para eludir la prohibición, aunque esto conlleva riesgos como el registro de datos y malware.
La comunidad internacional observa de cerca estos desarrollos, ya que las decisiones tomadas podrían tener implicaciones significativas para la seguridad de los datos y las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y China.