
En un nuevo ajuste a su estructura laboral, Bell Canada ha anunciado la oferta de paquetes de indemnización para 1,200 empleados sindicalizados, en lo que la empresa describe como una respuesta a los «desafíos sin precedentes» que enfrenta la industria de las telecomunicaciones. Un portavoz de la compañía confirmó la medida el martes, señalando que se trata de un «programa de separación voluntaria mejorado» dirigido a empleados elegibles que podrían optar por retirarse o buscar nuevas oportunidades laborales.
Bell ha explicado que la reestructuración está impulsada por cambios organizativos, incluyendo la migración de clientes a redes de fibra óptica más modernas, lo que ha reducido la carga de trabajo y, en consecuencia, la necesidad de ciertos puestos de trabajo. Sin embargo, Bell Media no está incluida en este programa de indemnización voluntaria.
Estos recortes forman parte de un patrón más amplio dentro de la empresa. En el último año y medio, Bell ha llevado a cabo múltiples rondas de despidos. En junio de 2023, eliminó 1,300 puestos de trabajo; en febrero de 2024, anunció la reducción de 4,800 empleados y el cierre de varias estaciones de radio; y en junio del mismo año, realizó más despidos en su plantilla técnica.
El sindicato Unifor, que representa a los trabajadores de Bell, ha condenado la decisión en un comunicado emitido el lunes.
«Los planes de reducción de personal son un truco dañino para reducir temporalmente los costos y hacer que las ganancias parezcan mayores a costa de los trabajadores. Bell no puede seguir recortando empleos cada año y esperar que la situación se resuelva por sí sola», expresó Lana Payne, presidenta nacional de Unifor.
Payne también advirtió que estas decisiones tienen un impacto en la economía canadiense, en un momento en que el país podría enfrentar una guerra comercial con Estados Unidos. «Bell ha decidido, una vez más, dejar a trabajadores canadienses desempleados en parte para satisfacer su expansión en el mercado estadounidense», agregó.
La industria de telecomunicaciones en Canadá ha experimentado una desaceleración en el último año, lo que ha llevado a los principales actores a reducir costos y vender activos estratégicos. En septiembre de 2023, Bell vendió su participación del 37.5% en Maple Leaf Sports and Entertainment (MLSE) a Rogers por $4.7 mil millones de dólares. Posteriormente, en diciembre del mismo año, anunció la compra de la empresa estadounidense Ziply por $5 mil millones.
En paralelo, Rogers, el mayor proveedor de telecomunicaciones de Canadá, ha pasado por una fuerte reestructuración interna tras una prolongada disputa familiar por el control de la compañía. Estos cambios han generado una reconfiguración del panorama de las telecomunicaciones en el país, con menos jugadores y un enfoque cada vez mayor en la eficiencia operativa.
A pesar de la crisis en el sector, Bell insiste en que estos recortes son necesarios para adaptarse a un mercado cambiante y mejorar su competitividad. Sin embargo, los críticos advierten que la continua reducción de puestos de trabajo podría afectar la calidad del servicio y la estabilidad laboral en la industria.
El impacto a largo plazo de estos recortes aún está por verse, pero lo cierto es que los empleados de Bell enfrentan una creciente incertidumbre en un sector que sigue evolucionando a gran velocidad. La pregunta que queda es si la estrategia de Bell le permitirá mantenerse como un líder en telecomunicaciones sin comprometer el bienestar de sus trabajadores.