
THE LATIN VOX (15 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En una decisión histórica que desafía las políticas de la administración de Donald Trump, un juez federal ha ordenado la suspensión temporal de la congelación de fondos destinada a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), lo que permite que continúe la financiación de la ayuda humanitaria y el desarrollo global.
Esta medida judicial surge en respuesta al impacto devastador que la suspensión de pagos ha tenido en proveedores, organizaciones no lucrativas y contratistas involucrados en la implementación de programas de ayuda internacional.
El impacto de la congelación de fondos
El fallo, emitido el jueves por la noche, responde a una demanda presentada por organizaciones de salud internacional que reciben fondos de USAID para su trabajo en el extranjero.
El juez Amir H. Ali subrayó que la congelación de los fondos ha causado un caos financiero, con millones de dólares en pagos impagos, lo que ha llevado al cierre de proyectos y a la pérdida de empleos en muchas organizaciones que dependen de estos fondos para operar.
“La administración no ha ofrecido una explicación razonable para la suspensión total de la ayuda exterior, que ha provocado un shock financiero en miles de organizaciones no lucrativas, empresas y otros contratistas”, expresó el juez Ali.
Además, se destacó la preocupación por la gran cantidad de ayuda alimentaria, que está siendo almacenada en puertos sin ser entregada, mientras que las mercancías no entregadas corren el riesgo de ser robadas.
Un desafío al desmantelamiento de USAID
Esta orden judicial es la primera en desafiar de manera efectiva los esfuerzos de la administración Trump para desmantelar USAID y reducir el alcance de la ayuda exterior de los Estados Unidos. Trump y su aliado Elon Musk han argumentado que la agencia de ayuda, con más de seis décadas de existencia, está desalineada con su agenda política y debe ser recortada sustancialmente.
Los abogados de la administración habían defendido la congelación de los fondos alegando que era necesaria para realizar una revisión exhaustiva de los programas de ayuda y determinar cuáles deberían eliminarse.
Sin embargo, el juez dictaminó que la administración no pudo presentar una justificación razonable para ignorar las consecuencias devastadoras para las pequeñas y grandes empresas que están a punto de cerrar debido a la falta de pagos.
Los efectos colaterales en la ayuda internacional
En su fallo, el juez también impidió que el Secretario de Estado, Marco Rubio, y otros funcionarios de Trump implementaran órdenes de interrupción del trabajo que habían sido enviadas a las empresas y organizaciones que ejecutan los programas de ayuda exterior. La orden judicial resalta la falta de un sistema de exenciones que permita continuar con la financiación de algunos socios de ayuda, lo que agrava aún más la crisis.
En un testimonio relacionado, se indicó que el sistema de pagos en línea de USAID ya no estaba funcionando, lo que ha obstaculizado aún más los esfuerzos de las organizaciones para recibir los fondos necesarios para continuar sus proyectos.
La situación de los empleados de USAID en el extranjero
Por otro lado, el juez Carl Nichols emitió un fallo adicional en un caso separado, en el que bloqueó una orden de Trump que pretendía reducir significativamente la cantidad de personal de USAID trabajando en el extranjero.
Este bloqueo temporal se mantendrá al menos por una semana más, mientras se analizan las condiciones de seguridad de los empleados en el extranjero.
En particular, un grupo de empleados que estaban destinados en la República Democrática del Congo presentó testimonios sobre cómo la administración de USAID prácticamente los abandonó cuando estallaron disturbios y violencia política en la capital del país el mes pasado. Los empleados tuvieron que evacuar junto con sus familias debido a la falta de apoyo adecuado por parte de la agencia.
La respuesta de la administración Trump
Hasta el momento, no ha habido una respuesta pública inmediata por parte de la administración Trump respecto a los fallos judiciales. Sin embargo, la presión sobre el gobierno aumenta, ya que más grupos de empleados y organizaciones de ayuda continúan presentando demandas para revertir el desmantelamiento de USAID y restablecer los flujos de financiamiento a los programas de ayuda que son esenciales para muchas comunidades vulnerables en todo el mundo.
Una larga lucha por la ayuda internacional
El fallo judicial refleja una creciente lucha por preservar la efectividad de la ayuda internacional estadounidense en un momento en que el gobierno de Trump busca recortar drásticamente la asistencia exterior. Las organizaciones que trabajan con USAID están bajo una presión cada vez mayor para salvar proyectos vitales que luchan por mantenerse a flote frente a la incertidumbre financiera.
El caso también plantea un debate sobre el papel de los Estados Unidos en el mundo y su responsabilidad en la ayuda humanitaria y el desarrollo global. Mientras que algunos argumentan que el recorte de fondos es una necesidad dentro de la agenda de «eficiencia» del gobierno de Trump, otros subrayan que la cancelación de estos programas pone en peligro la estabilidad de regiones enteras y exacerba las crisis humanitarias en el mundo.
Con la fecha límite de cinco días impuesta por el juez para que la administración cumpla con su orden, el futuro de la ayuda internacional estadounidense pende de un hilo, mientras la batalla legal por la supervivencia de USAID continúa.
Crédito fotográfico: Sky News