El 24 de febrero de 2025, la exparlamentaria Ruby Dhalla sufrió un revés en su intento por continuar en la contienda por el liderazgo del Partido Liberal de Canadá, luego de que su apelación fuera rechazada. La descalificación, anunciada el 21 de febrero, se fundamentó en presuntas irregularidades en su campaña, incluyendo violaciones a las normativas del partido y posibles incumplimientos de la Ley de Elecciones de Canadá.
Dhalla, quien representó a la circunscripción de Brampton-Springdale en la Cámara de los Comunes entre 2004 y 2011, había lanzado su candidatura a la jefatura del partido en enero de 2025 con la promesa de renovar la visión liberal y fortalecer su conexión con las comunidades multiculturales. Sin embargo, su campaña se vio empañada por cuestionamientos sobre el financiamiento de su campaña y otras presuntas infracciones administrativas.
Según fuentes del Partido Liberal, la decisión de descalificar a Dhalla se tomó después de una exhaustiva investigación interna. Se le señaló por supuestas irregularidades en la recaudación de fondos, incluyendo donaciones realizadas con tarjetas de crédito conjuntas, una práctica que la exdiputada defendió como «totalmente legal». Además, el comité de liderazgo habría detectado reportes financieros inexactos y problemas con la transparencia en el origen de ciertos aportes.
Tras ser notificada de su descalificación, Dhalla llevó su caso ante el comité de apelaciones del partido, argumentando que la decisión en su contra era «políticamente motivada» y que el partido buscaba marginarla para favorecer a otros contendientes. En un mensaje en sus redes sociales, denunció que las reglas estaban siendo aplicadas de manera desigual y que no se le había dado una oportunidad justa para defenderse.
El director nacional del Partido Liberal, Azam Ishmael, respondió asegurando que el proceso había sido transparente y justo. Según Ishmael, Dhalla recibió múltiples oportunidades para aclarar las inconsistencias señaladas, incluyendo entrevistas con el comité y la posibilidad de presentar documentación adicional. Finalmente, el comité permanente de apelaciones ratificó la descalificación, cerrando así cualquier posibilidad de que la exparlamentaria continuara en la carrera por el liderazgo.
Con la salida de Dhalla, la contienda por la jefatura liberal se reduce a los candidatos restantes, quienes ahora buscan consolidar sus bases de apoyo antes de la votación final. Su descalificación ha generado debate dentro del partido, con algunos sectores pidiendo mayor claridad en las reglas de participación y otros defendiendo la necesidad de estrictos controles sobre la transparencia financiera de los aspirantes.