THE LATIN VOX (5 de marzo del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En una jornada marcada por el ruido y la polarización, el presidente Donald Trump dio un extenso discurso ante una sesión conjunta del Congreso, donde declaró con entusiasmo que su administración estaba “apenas comenzando”.
En un mensaje lleno de contrastes y rodeado de protestas, Trump aprovechó la ocasión para hacer un balance de sus logros y anunciar nuevas iniciativas, mientras los legisladores demócratas en el hemiciclo expresaban su desacuerdo con pancartas que proclamaban “mentiras” y “falsedades”.
Un discurso para la historia
El discurso, que duró aproximadamente una hora y cuarenta minutos, se convirtió en el más largo de la historia de los Estados Unidos en esta ocasión particular. Trump abrió su intervención con una frase contundente: “¡América ha vuelto!”, una afirmación que fue seguida por un efusivo aplauso y cánticos de «USA» por parte de los republicanos presentes.
Sin embargo, las voces de los demócratas no se hicieron esperar, interrumpiendo con abucheos y pancartas, lo que dio cuenta de la tensa división política que atraviesa el país.
El presidente se jactó de los avances alcanzados en sus primeros días de regreso al poder, destacando sus esfuerzos por reducir el tamaño del gobierno federal, redirigir la política exterior y llevar a cabo una guerra comercial que, según él, marcarían los “días más emocionantes en la historia de nuestra nación”.
Mención a Elon Musk y la eficiencia gubernamental
Trump dedicó una parte considerable de su discurso a alabar a su asesor, Elon Musk, quien ha sido clave en su plan para reducir el gasto del gobierno y aumentar su eficiencia. Bajo el nombre del “departamento de eficiencia gubernamental”, Musk ha sido una figura controversial en el proceso de desmantelar agencias federales.
En un tono jocoso, Trump expresó su gratitud por los esfuerzos de Musk, mientras el multimillonario ocupaba un lugar destacado en la galería del Congreso, rodeado de legisladores que ondeaban carteles que decían “Musk roba”.
A lo largo del discurso, Trump destacó la toma de decisiones rápidas y firmes de su administración, incluyendo la firma de casi 100 órdenes ejecutivas y más de 400 acciones ejecutivas. Sin embargo, hizo caso omiso de los desafíos legales que han frenado varias de estas iniciativas y de los temores de que su guerra comercial lleve a los Estados Unidos a una crisis económica.
Política exterior: «América Primero» y nuevas aspiraciones globales
El presidente amplió su visión de la política exterior, defendiendo su enfoque “América Primero”, un día después de un tenso encuentro en la Casa Blanca con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, quien había sido objeto de duras críticas por parte de Trump y su aliado JD Vance.
Trump se refirió a una carta que Zelenskyy había enviado, en la cual se mostraba dispuesto a negociar para poner fin a la guerra con Rusia.
Según Trump, los Estados Unidos recibieron señales de Moscú indicando que estaban “listos para la paz”.
En un tono provocador, el presidente se mostró entusiasta ante la posibilidad de un acuerdo de paz con Rusia, sugiriendo que “sería hermoso”.
Además, Trump volvió a mencionar su intención de expandir los territorios estadounidenses, anunciando que su administración estaba trabajando en “recuperar el Canal de Panamá” y reiterando su amenaza de tomar el control de Groenlandia: “De una forma u otra, lo vamos a conseguir”.
Un discurso contundente, pero divisivo
Como era de esperar, las reacciones ante el discurso fueron mixtas. Mientras los republicanos vitoreaban, los demócratas no dudaron en expresar su descontento con la retórica del presidente.
Trump presumió del tamaño de su victoria electoral y de los logros económicos de su administración, pero los demócratas, aludiendo a los estrechos márgenes de su triunfo, criticaron fuertemente sus políticas, especialmente las relativas al aumento de aranceles en productos provenientes de México, Canadá y China.
Trump prometió una serie de represalias comerciales que, según él, fortalecerían la economía, a pesar de las advertencias de economistas sobre los posibles efectos negativos de la inflación y la presión sobre los consumidores.
En otro momento, el presidente culpó a las políticas energéticas de su predecesor, Barack Obama, del alto precio de los huevos, y lanzó su propia iniciativa de emergencia energética para promover la perforación doméstica de petróleo.
¿Una presidencia divisiva?
Más allá de los logros y las promesas, lo que quedó claro en este discurso es que la polarización sigue siendo uno de los elementos más marcados en la política estadounidense. Mientras Trump se mostraba confiado y seguro de sus decisiones, afirmando tener un mandato para un “cambio audaz y profundo”, sus rivales políticos se mantenían firmes en su oposición. La cámara se llenó de protestas, y al menos algunos demócratas abandonaron la sala antes de que el discurso llegara a su fin.
El discurso ante el Congreso, como otros momentos clave de su presidencia, no solo fue un análisis de los logros de su administración, sino también una clara manifestación de la forma en que Trump planea afrontar los próximos años.
¿Será este un periodo de grandes transformaciones o un capítulo marcado por la confrontación política constante? Solo el tiempo lo dirá, pero lo que está claro es que el presidente, con su estilo provocador y desafiante, está decidido a dejar una huella profunda en la historia de su país.
Crédito fotográfico: Fox News