Industria automotriz canadiense expresa un “optimismo prudente” tras reunión con Mark Carney

To shared

THE LATIN VOX ( 4 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Tras una reunión clave con el primer ministro canadiense Mark Carney, los principales líderes de la industria automotriz canadiense —incluyendo a los directores generales de Ford, Stellantis, General Motors y Hyundai— han dejado clara su postura: la obligación federal de ventas de vehículos eléctricos (VE) es, en palabras del sector, “una receta para el desastre”.

La política, que exige que el 20% de todos los autos nuevos vendidos en Canadá a partir de 2026 sean de cero emisiones, ha encendido las alarmas en un momento en que las ventas de eléctricos han caído drásticamente y los incentivos federales han desaparecido.

Un “optimismo prudente” frente a una exigencia problemática

Brian Kingston, presidente de la Asociación Canadiense de Constructores de Vehículos, calificó el encuentro con Carney como “constructivo” pero expresó serias dudas sobre la viabilidad de los objetivos ambientales del gobierno. “Estamos muy lejos de alcanzar el 20% de ventas de eléctricos en apenas dos años. Es simplemente imposible”, declaró.

Según los últimos datos de Estadísticas Canadá, las ventas de VE apenas representaron el 7,5% del total en abril de 2025. Y esa cifra llegó tras una leve recuperación, luego de un desplome que comenzó con la eliminación, en enero, del programa federal de incentivos iVZE, que ofrecía hasta 5.000 dólares por vehículo.

En diciembre de 2024, gracias a dicho programa, los eléctricos alcanzaron su pico de ventas: 18,3%. Pero desde que se agotaron los fondos, las ventas cayeron en picada hasta tocar el 6,5% en marzo.

Un mercado sin impulso

Kingston señala que cumplir con la cuota del 20% para 2026 implicaría vender al menos 180.000 vehículos eléctricos más por año. “Eso costaría cerca de mil millones de dólares en subsidios si se ofreciera un incentivo de 5.000 dólares por unidad. No es sostenible”, advirtió.

Pese a que el gobierno ha insinuado un posible regreso de los incentivos, la falta de un calendario claro preocupa a los fabricantes. “Anunciar que quizás volverán los descuentos dentro de tres meses es lo peor que puede pasar. Nadie comprará un auto eléctrico hasta entonces”, lamentó Kingston.

Hyundai: “Creemos en la causa, pero no así”

Steve Flamand, presidente de Hyundai Canadá, también participó en la reunión y se mostró más conciliador, aunque igualmente crítico. “Apoyamos la transición a la movilidad eléctrica. Pero una obligación que no refleja la demanda real del mercado simplemente no funcionará”, afirmó.

Flamand explicó que el abrupto fin del programa iVZE afectó seriamente las cadenas de suministro. “Nuestro negocio planifica a seis meses, no a días. Necesitamos estabilidad y previsibilidad”, indicó.

Hyundai, como otros fabricantes, no se opone a la obligación de ventas eléctricas en sí, sino a su desconexión con la realidad del mercado actual, donde los altos costos, la infraestructura de carga limitada y la incertidumbre regulatoria siguen siendo barreras clave.

¿Un regreso de los incentivos?

El Partido Liberal ha prometido estudiar el retorno de los incentivos en su plataforma electoral, y tanto la ministra de Industria, Mélanie Joly, como la de Medio Ambiente, Julie Dabrusin, han declarado que Ottawa trabaja en un nuevo esquema de subsidios. Pero los detalles brillan por su ausencia.

Kingston, por su parte, insiste en que, incluso si regresan, no serán suficientes: “Ya hemos gastado casi 3.000 millones de dólares en cinco años en este tipo de programas. ¿Y ahora quieren duplicar esa cifra en solo dos años? No es una política viable”.

¿Cambio de rumbo en la política verde?

El gobierno canadiense ha fijado como meta que el 100% de los vehículos ligeros nuevos vendidos en 2035 sean eléctricos o de cero emisiones. Pero la industria advierte que sin incentivos claros, infraestructuras adecuadas y una estrategia de transición coherente, el camino será cuesta arriba.

“La caída de las ventas debería ser una señal clara: no basta con imponer cuotas”, concluyó Kingston. “Necesitamos una estrategia que combine compromiso ambiental con realismo económico”.

Por ahora, el sector automotriz se declara “prudente” pero preparado para seguir dialogando. Pero la cuenta regresiva hacia 2026 ya ha comenzado —y el motor de la transición verde aún no arranca del todo.

Crédito fotográfico:  Associated Press / Jerry S. Mendoza


To shared