Pierre Poilievre enfrenta el desafío del separatismo en Alberta

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THE LATIN VOX (4 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador de Canadá, se encuentra en el centro de una batalla política con múltiples dimensiones mientras compite en una elección parcial el 18 de agosto en uno de los bastiones conservadores más firmes del país. Aunque enfrenta poca oposición partidista real, la amenaza no viene de otros partidos, sino del creciente sentimiento separatista en el corazón rural de Alberta.

La circunscripción de Battle River–Crowfoot, donde el petróleo y el gas dominan la economía local, ha sido históricamente un territorio sólido para los conservadores.

En las últimas elecciones generales, el 83 % de los votantes respaldaron al saliente diputado Damien Kurek, quien renunció para allanar el camino al regreso de Poilievre a la Cámara de los Comunes tras perder su escaño en Ontario.

Sin embargo, esta región alberga también una creciente desilusión con la federación canadiense, y voces separatistas están ganando tracción entre los votantes.

Un terreno fértil para el descontento

En los pueblos de esta región, las señales contra el ex primer ministro Justin Trudeau aún ondean en camionetas y casas. Pero el verdadero foco ahora es Poilievre: ¿será él el defensor que Alberta necesita, o simplemente otro político que promete pero no transforma?

Jeffrey Rath, abogado de derechos indígenas y líder del Alberta Prosperity Project, dice que los votantes no están en duda sobre el resultado de la elección —Poilievre ganará—, pero sí exigen respuestas concretas. “Estamos hartos de ver cómo se adula a Ontario y Quebec mientras Alberta sigue pagando el precio”, afirmó en entrevista.

Rath incluso ha sugerido que Alberta considere unirse a Estados Unidos, señalando la frustración con programas como la igualación fiscal, que según él “succiona” riqueza del oeste para beneficiar a provincias menos prósperas.

El programa federal de igualación, diseñado para garantizar servicios públicos similares en todo el país, ha sido durante mucho tiempo un blanco de críticas en Alberta, donde muchos sienten que contribuyen más de lo que reciben. Aunque Poilievre ha prometido no hacer “grandes cambios” al sistema, esta postura moderada ha enfurecido a los separatistas.

“Si no estás dispuesto a luchar contra la igualación, no perteneces a Alberta. Lárgate. No te queremos más”, sentenció Rath.

¿Un conservador sin raíces?

A pesar de haber nacido en Calgary, Poilievre ha vivido fuera de Alberta por más de 20 años. Algunos críticos lo ven como un forastero que está aprovechando la seguridad política de esta región conservadora para impulsar su carrera federal.

Pero no todos comparten esa visión. La alcaldesa de Drumheller, Heather Colberg, uno de los centros poblacionales más grandes de la circunscripción, ha respaldado a Poilievre con entusiasmo. “Está aquí, escuchando, hablando con la gente. No está tomando este escaño por sentado, y eso significa mucho”, afirmó.

Colberg subraya que el líder conservador sí tiene raíces en la provincia y comprende los desafíos de Alberta rural. “Él entiende lo que está en juego, especialmente con tantos trabajos ligados a la energía”, dijo. “Solo queremos que alguien defienda nuestra historia y nuestra contribución a Canadá”.

Unidad versus independencia

Poilievre ha rechazado la idea de la separación de Alberta, pero ha reconocido que los habitantes de la provincia tienen “reclamos legítimos”. Entre ellos, menciona la cancelación de importantes proyectos de infraestructura energética bajo el gobierno liberal, como el oleoducto Northern Gateway y el archivo burocrático de Energy East, así como la política de topes a emisiones y precios al carbono. “Francamente, los albertanos tienen derecho a estar frustrados”, dijo. “Han hecho enormes contribuciones a este país, y merecen ser reconocidos. Yo seré un unificador”.

Separatismo: ¿ruido o amenaza real?

Michael Solberg, estratega político conservador, minimiza el impacto del separatismo en la elección. Señala que en una reciente elección provincial en una zona similar, el candidato separatista apenas obtuvo el 18 % del voto, quedando en tercer lugar. “Es mucho más ruido que acción”, dice. Además, el número récord de candidatos protestando contra el sistema electoral podría dividir el voto opositor a Poilievre.

“Poilievre sabe cómo hablarle a esta gente. Tiene vínculos con el Partido Reformista, que en los 90 clamaba ‘el oeste quiere entrar’”, explica Solberg. “Esta elección es pan comido para él. Ganará por abrumadora mayoría”.

Un momento clave para el conservadurismo

La elección en Battle River–Crowfoot es mucho más que una formalidad: representa una prueba crucial para Poilievre sobre cómo equilibrar su identidad nacional con las demandas regionales. Si quiere convertirse en primer ministro, debe convencer no solo a Alberta de que puede defender sus intereses, sino también al resto del país de que puede unir a una nación cada vez más fragmentada.

“Amamos Canadá”, dice Colberg. “No queremos ver una división. Pero tiene que haber alguien allá arriba que entienda Alberta. Poilievre dice que es ese alguien. Pronto lo sabremos.”


Fuente: CBC News

Crédito fotográfico: Britannica


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