THE LATIN VOX (11 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El Partido Democrático Nuevo (NDP) de Canadá se encuentra en un punto de inflexión crucial. Después de sufrir el peor resultado electoral en su historia, con solo siete escaños en el Parlamento tras las elecciones de abril, el partido ha anunciado que elegirá a su nuevo líder en marzo de 2024, poniendo en marcha una de las contiendas internas más esperadas de los últimos años.
La elección del nuevo líder se llevará a cabo después de una campaña de siete meses, que comenzará oficialmente en septiembre y culminará el 29 de marzo de 2024, coincidiendo con la convención nacional del partido en Winnipeg.
Este proceso largo, según algunos, no solo es una oportunidad para reestructurar al partido, sino también para fortalecer la democracia interna de la organización. Sin embargo, la contienda está lejos de ser sencilla.
Una contienda costosa y larga
El costo de participar en esta competencia por la dirección del NDP es elevado. Con una tarifa de inscripción de 100,000 dólares canadienses, la carrera se perfila como un desafío económico considerable, lo que ha generado preocupación en varios sectores del partido.
Libby Davies, exdiputada de Columbia Británica y líder de la bancada en la Cámara de los Comunes, ha expresado su escepticismo sobre esta cifra, considerando que podría limitar la cantidad de aspirantes y favorecer a los más establecidos económicamente.
En un artículo de opinión publicado en Toronto Star, Davies argumentó que una carrera larga y accesible permitiría que los candidatos de base, menos conocidos, tuvieran la oportunidad de competir en igualdad de condiciones con figuras más prominentes.
Sin embargo, el costo elevado de entrada podría restar oportunidades a aquellos que no cuentan con el respaldo económico necesario. «Es una carga económica considerable. Definitivamente limitará el campo de candidatos», señaló Davies.
La contienda por la dirección del NDP en 2020 tuvo una tarifa de inscripción de 30,000 dólares, y duró más de un año. Davies había sugerido anteriormente que una cifra más razonable habría sido de entre 50,000 y 75,000 dólares, pero la cifra final de 100,000 ha generado un amplio debate interno.
El desafío de reconstruir el partido
La elección del nuevo líder llega en un momento particularmente difícil para el NDP. El partido sufrió una derrota histórica en las elecciones de abril, cayendo de 24 escaños a solo siete, lo que le hizo perder su estatus como grupo parlamentario reconocido en la Cámara de los Comunes.
La pérdida de escaños clave en ciudades históricamente de fuerte apoyo, como Hamilton y Windsor, dejó al partido con un papel marginal en el Parlamento y le privó de privilegios importantes, como el derecho a formular preguntas durante la sesión diaria o participar en los comités parlamentarios.
Esta caída electoral obligó al entonces líder Jagmeet Singh a dimitir esa misma noche, después de no haber logrado ganar su propio escaño. Ahora, el nuevo líder tendrá la compleja tarea de reconstruir el partido desde sus cimientos, redefiniendo su papel en la política canadiense y tratando de recuperar la confianza de los votantes progresistas.
Avi Lewis, ex candidato federal del NDP y uno de los posibles contendientes para la dirección del partido, aplaudió la decisión del Consejo Federal del NDP de tomarse el tiempo necesario para debatir las reglas de la contienda, en lugar de apresurarse a establecerlas sin consulta.
Lewis, quien tiene una larga tradición en la política canadiense (es hijo de Stephen Lewis, exlíder del NDP en Ontario, y nieto de David Lewis, uno de los fundadores del NDP federal), ve este proceso como una oportunidad para revitalizar la democracia interna del partido y dar voz a una nueva generación de líderes.
Tensiones internas y disputas financieras
El NDP también enfrenta desafíos internos desde la última campaña. A pesar de que Don Davies fue elegido como líder interino por el Consejo Federal en mayo, un grupo de tres diputados criticó el proceso de selección, acusando a la dirección del partido de no cumplir con los principios democráticos y transparentes.
Esta división interna se intensificó la semana pasada cuando un grupo de exdiputados y organizadores del NDP, autodenominados «Reclaim Canada’s NDP», instaron a los seguidores del partido a redirigir sus donaciones a las asociaciones locales de circunscripción, en lugar de a la dirección central del partido.
El grupo afirmó que los canadienses ya no ven al NDP como una opción política viable. Argumentaron que, al financiar directamente a las asociaciones locales, los organizadores progresistas podrían acceder a los recursos necesarios para reconstruir el partido de manera significativa, sin verse atrapados en la burocracia central.
Esta crisis interna podría dificultar aún más las finanzas del partido, especialmente dado que cientos de candidatos no lograron alcanzar el umbral del 10% de votos necesario para recibir reembolsos de los gastos de campaña.
Mirando hacia el futuro
El partido ha anunciado que iniciará un proceso de «renovación», liderado por la abogada y ex candidata Emilie Taman. El proceso de revisión incluirá consultas con miembros del partido, personal, asociaciones de circunscripción y voluntarios.
Sin embargo, para muchos, las dudas persisten sobre si estos esfuerzos serán suficientes para revitalizar al NDP, especialmente si las tensiones internas y la falta de una estrategia clara continúan socavando el progreso.
Mientras tanto, la mirada está puesta en el proceso de selección del nuevo líder, que representará un cambio importante para el futuro del partido.
El NDP se enfrenta a una encrucijada: ¿será capaz de superar su crisis interna, reconstruir su base de apoyo y reconquistar su relevancia política en Canadá?
La respuesta, al menos por ahora, está en las manos de sus miembros, quienes tendrán que decidir quién guiará a la formación hacia un futuro incierto.
Crédito fotográfico: The Canadian Press