THE LATIN VOX (12 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
En la era digital, los políticos ya no solo compiten por votos: compiten por «likes», «shares» y viralidad. En el epicentro de esta nueva batalla se encuentra Zohran Mamdani, el asambleísta por Queens que ha revolucionado la política neoyorquina a golpe de TikTok.
Mientras tanto, el actual alcalde de Nueva York, Eric Adams —más conocido por sus declaraciones surrealistas que por su gestión— lucha por adaptarse a un escenario en el que el carisma digital pesa casi tanto como las políticas públicas.
Los videos de Mamdani son, sencillamente, una clase magistral de comunicación política para la generación digital. Con contenido elegante, estratégico y emocionalmente auténtico, ha logrado algo que parecía imposible: movilizar a miles de neoyorquinos jóvenes y convertir su candidatura en un fenómeno viral. No solo ha ganado la primaria demócrata con esta estrategia, sino que ha obligado al alcalde Adams a lanzarse, algo torpemente, a la arena de Instagram.
Adams, que podría vivir en Nueva Jersey según algunos rumores, ha respondido con una serie de publicaciones que oscilan entre lo hilarante y lo desconcertante.
Desde videos escuchando a Katy Perry hasta una surrealista “rutina matutina” donde plancha su camisa, come zanahorias y habla de su “GPS” (según él, “God Positioning Satellite”), sus esfuerzos por conectar digitalmente con los votantes parecen más sketch de comedia que estrategia electoral.
Y es que el alcalde tiene un historial peculiar en redes. En 2011, cuando aún era senador estatal, grabó un video en el que vestido como director de funeraria aconsejaba a los padres registrar las habitaciones de sus hijos en busca de armas ocultas en cajas de joyas o detrás de cuadros.
La joya pasó desapercibida por años hasta resurgir durante su reciente imputación: el primer alcalde de la ciudad en enfrentar cargos penales mientras está en funciones.
Pero Adams no es el único demócrata que se tambalea en esta transición digital. El líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, fue objeto de burlas tras publicar una imagen visiblemente editada para parecer más delgado. Y la vicepresidenta Kamala Harris, según el creador del programa viral Subway Takes, grabó una intervención tan confusa que nunca se emitió.
En contraste, Mamdani no necesita maquillaje ni efectos especiales. Lo que lo distingue no es solo su dominio de las plataformas digitales, sino la autenticidad con la que habla de los problemas reales de los neoyorquinos.
Mientras otros políticos buscan construir una imagen, Mamdani parece simplemente compartir la suya. Su éxito no se basa únicamente en saber cómo grabar videos verticales, sino en representar ideas que conectan con la mayoría y no solo con la élite.
Lo curioso es que el resto del establishment demócrata no sabe muy bien qué hacer con él. “Vote blue no matter who” (“vota azul sin importar quién”), dicen muchos demócratas. Pero cuando aparece un candidato que realmente entusiasma a las bases, algunos líderes prefieren mirar hacia otro lado.
Incluso se rumorea que el partido ha discutido invertir millones para crear su propia versión del “Joe Rogan de izquierda”, un intento desesperado de fabricar carisma en laboratorio.
Y así, mientras Adams enseña cómo se abre una tapa de cubo de basura en conferencias de prensa —como si estuviera revelando un truco de magia— Mamdani sigue acumulando seguidores, no solo por su estrategia sino por su compromiso.
Quizá la mayor lección de esta nueva era política es que la autenticidad no se puede falsificar. Que un video editado no vale tanto como una propuesta sincera. Y que en la ciudad más icónica del mundo, hasta la política necesita reinventarse.
Al fin y al cabo, como diría el propio Adams: “Me salgo de la ducha y digo: ‘¡Damn!’”. Pero los neoyorquinos parecen estar diciendo lo mismo… solo que al ver los TikToks de Mamdani.
Crédito fotográfico: Zohran for New York City