THE LATIN VOX (19 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
El presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, ha presentado una demanda federal por difamación contra el Wall Street Journal (WSJ), su empresa matriz News Corp, y dos de sus periodistas, tras la publicación de un reportaje que lo vincula con el financista y delincuente sexual Jeffrey Epstein.
El caso, radicado en una corte federal en Miami, busca al menos $10 mil millones de dólares en daños, en lo que podría convertirse en el mayor juicio por difamación de la historia estadounidense.
La demanda también incluye como acusado a Rupert Murdoch, magnate de los medios y fundador de News Corp, así como al director ejecutivo de la compañía, Robert Thomson. Trump acusa al medio de haber publicado información “falsa, maliciosa y difamatoria” con la intención de destruir su reputación y causarle perjuicio financiero.
El reportaje que encendió la polémica
La controversia comenzó con un artículo publicado por el WSJ en el que se afirma que, en 2003, Trump habría enviado una tarjeta de cumpleaños a Epstein.
El saludo supuestamente estaba incluido en un libro de cuero repleto de mensajes de personajes influyentes, y contenía un dibujo sugerente de una figura femenina desnuda y una inquietante frase: “Feliz cumpleaños — y que cada día sea otro maravilloso secreto.” El mensaje estaba firmado con el nombre “Donald”.
Según la demanda, no hay pruebas de que dicha carta exista. “El artículo no explica si los acusados han visto la carta, si la han tenido en su poder, si alguien se la describió o bajo qué circunstancias han obtenido esa información”, alega el documento judicial. Trump asegura que el contenido es completamente “fabricado”.
Una historia con antecedentes inquietantes
Epstein, quien fue arrestado en dos ocasiones por abuso sexual y tráfico de menores, murió por suicidio en una cárcel de Nueva York en 2019, generando una ola de teorías conspirativas. Muchos seguidores de Trump creen que su muerte fue parte de un encubrimiento para proteger a personas poderosas.
El asunto ha sido una fuente constante de presión para el expresidente. Aunque Trump había prometido liberar todos los archivos vinculados al caso Epstein durante su administración, posteriormente se retractó, generando frustración entre sus bases.
Aun así, esta semana ordenó a la fiscal general, Pam Bondi, solicitar a un tribunal la desclasificación de los testimonios del gran jurado relacionados con Epstein y su colaboradora, Ghislaine Maxwell.
La Fiscalía estadounidense presentó formalmente esa moción el viernes en una corte de Manhattan. Maxwell, condenada en 2021 por su papel en el abuso sexual de menores junto a Epstein, busca apelar su sentencia de 20 años ante la Corte Suprema.
¿Una demanda inviable?
Expertos legales han calificado la suma solicitada como “astronómica”. Jesse Gessin, abogado especializado en casos de difamación, comentó que «10 mil millones de dólares es una cifra ridículamente alta. Sería el mayor veredicto de difamación en la historia de EE. UU.»
Para ganar el caso, Trump deberá probar que los periodistas actuaron con «malicia real», es decir, que sabían que la información era falsa o actuaron con total desprecio hacia la verdad.
En respuesta, un portavoz de Dow Jones afirmó: “Tenemos plena confianza en la rigurosidad y precisión de nuestro periodismo, y defenderemos vigorosamente nuestra información en los tribunales.”
Viejas fotografías, nuevas batallas
Las conexiones entre Trump y Epstein son ampliamente documentadas, al menos socialmente. Ambos fueron fotografiados juntos en varias ocasiones durante los años 90 y principios de los 2000.
En una entrevista de 2002, Trump incluso lo describió como “un tipo estupendo”, y añadió: “Le gustan las mujeres hermosas tanto como a mí, y muchas de ellas son bastante jóvenes.”
Sin embargo, en 2019, Trump se distanció públicamente de Epstein, afirmando que habían tenido un “desacuerdo” muchos años antes.
¿Justicia o distracción?
Algunos analistas sugieren que la demanda forma parte de una estrategia electoral de Trump para presentarse como víctima de los medios y reforzar su narrativa de “cacería de brujas”. Otros la ven como un intento de recuperar el control del discurso sobre Epstein, cuya sombra continúa acechando a figuras de alto perfil en Washington y más allá.
Lo que está claro es que este nuevo capítulo del drama Trump-Epstein vuelve a poner el foco en las conexiones entre el poder político, los medios de comunicación y las verdades incómodas que muchos preferirían mantener ocultas.
Crédito fotográfico: CNN