THE LATIN VOX (28 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Elon Musk lo calificó como un acuerdo de “importancia estratégica difícil de sobrestimar”. Y no es para menos: Tesla ha firmado un contrato por $16.500 millones de dólares con Samsung para la producción de sus chips de inteligencia artificial de próxima generación, un paso que podría redefinir el futuro de la conducción autónoma y consolidar a Estados Unidos como un eje clave en la fabricación de semiconductores.
El anuncio, revelado oficialmente por Samsung en una presentación regulatoria y confirmado por Musk a través de su red social X, establece que la tecnológica surcoreana fabricará los nuevos chips A16 de Tesla en su planta de última generación ubicada en Taylor, a las afueras de Austin, Texas.
Un impulso a la soberanía tecnológica de EE. UU.
El acuerdo se produce en un momento en que Estados Unidos busca reducir su dependencia de Asia en la producción de semiconductores críticos, impulsado por la Ley CHIPS, bajo la cual la administración Biden asignó $4.750 millones en diciembre pasado para fortalecer la capacidad de Samsung en Texas.
“La financiación del gobierno aseguró un flujo constante de chips vitales para la inteligencia artificial y la seguridad nacional”, señaló en su momento Gina Raimondo, exsecretaria de Comercio de EE. UU.
Ahora, ese respaldo cobra más sentido con la confirmación de que el gigante automotriz Tesla será un cliente clave para la planta texana, que había enfrentado dificultades para atraer inversionistas y clientes de peso.
Musk supervisará la producción personalmente
Elon Musk ha enfatizado el impacto del acuerdo, asegurando que Tesla colaborará directamente para optimizar la eficiencia de fabricación de los chips A16, fundamentales para el desarrollo del sistema de conducción autónoma Full Self-Driving (FSD).
“He caminado personalmente por la línea de producción para acelerar el progreso”, afirmó Musk, quien añadió que la planta está “convenientemente cerca de mi casa”, en alusión a su residencia en las cercanías de Austin.
Un nuevo capítulo para Samsung en EE. UU.
Para Samsung, este contrato representa un respiro y una validación para su ambicioso proyecto texano, que había enfrentado críticas por su lenta puesta en marcha. La planta, cuya apertura operativa se ha postergado hasta 2026, había sido vista como un símbolo del potencial industrial de EE. UU., pero carecía de clientes significativos hasta ahora.
“El acuerdo con Tesla le da un giro trascendental al proyecto”, dijo Ryu Young-ho, analista sénior de NH Investment & Securities en Seúl. “La planta de Taylor prácticamente no tenía clientes confirmados; este contrato es muy significativo”.
Competencia global por el futuro del chip
Hasta ahora, Tesla ha utilizado los chips AI4 fabricados también por Samsung para su sistema FSD. Según Musk, los chips AI5 serán fabricados por TSMC, el gigante taiwanés de semiconductores, primero en Taiwán y luego en Arizona. La competencia entre Samsung y TSMC por los contratos más lucrativos en inteligencia artificial y automoción es cada vez más intensa.
Aunque Samsung no nombró a Tesla en su informe oficial, citando un pedido de confidencialidad por parte del cliente, Musk despejó toda duda con sus publicaciones en X.
Un acuerdo con visión a largo plazo
El contrato, que se extenderá hasta finales de 2033, no solo marca un hito en la colaboración entre dos gigantes tecnológicos, sino que refuerza una tendencia clara: el futuro del automóvil eléctrico e inteligente dependerá tanto del silicio como del software.
Con esta alianza, Tesla y Samsung no solo fortalecen su liderazgo, sino que sitúan a Texas en el centro del mapa mundial de la inteligencia artificial.
En resumen:
- Tesla invertirá $16.500 millones en chips de IA fabricados por Samsung.
- La producción se realizará en una planta en Texas respaldada por la Ley CHIPS.
- Elon Musk supervisará el proceso y buscará optimizar la producción.
- El acuerdo marca un hito para la reindustrialización tecnológica de EE. UU.
El futuro del automóvil inteligente ya está en marcha, y pasa por el corazón tecnológico de Texas.
Crédito fotográfico: TECHi