
THE LATIN VOX (29 de julio del 2025).- Daniela Medina.
Un pacto comercial frente al abismo de una guerra arancelaria
El 28 de julio de 2025, el presidente de EE. UU., Donald Trump, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunciaron un acuerdo sobre comercio bilateral en Turnberry, Escocia. El acuerdo prevé una tarifa base del 15 % sobre la mayoría de las exportaciones europeas hacia EE. UU., evitando así un gravamen más severo del 30 % anteriormente amenazado .
Sin embargo, la naturaleza exacta del pacto sigue siendo confusa: Estados Unidos lo presenta como un logro histórico, mientras Bruselas habla de un acuerdo limitado, con muchos detalles aún pendientes y sin texto definitivo firmado .
En conflicto: inversión prometida vs. intenciones declaradas
Washington afirma que la UE prometió 600 mil millones de dólares en inversión adicional en EE. UU. durante tres años y 750 mil millones en compras de energía estadounidense, lo que califica como un compromiso concreto . La UE, en cambio, matiza que esas cifras son solo intenciones no vinculantes, planteadas como posibles escenarios que deben debatirse más ampliamente .
Tensiones internas en Europa: opiniones divididas
El primer ministro francés calificó el pacto como un “día oscuro” para Europa y exigió la activación del instrumento antifuerza de la UE para contrarrestar presiones de EE. UU. .
Por su parte, el canciller alemán Friedrich Merz lo calificó de desilusionante pero aceptable como una forma de evitar una confrontación económica abierta .
Sanciones y contrapropuestas: el brazo en alto de Europa
Bruselas ha suspendido temporalmente tarifas retaliatorias por €21 mil millones pero mantiene una segunda ronda por €72 mil millones agendada para agosto . Algunos diplomáticos europeos, como ex-directivos de la Comisión, han abogado por desencadenar esa batería sancionadora contra servicios, tecnología y sectores digitales estadounidenses .
Calendario y desencuentros: presión en vísperas del 1 de agosto
El plazo para evitar mayores aranceles caducaba el 1 de agosto. EE. UU. insistía en implementar tarifazos del 30 % si no se alcanzaba un acuerdo .
Mientras tanto, la UE aceleraba debates internos: algunos países europeos —como Alemania e Italia— presionaban por la firma pronta del marco general, mientras que otros como Francia exigían condiciones más equilibradas antes de sellar el pacto .
Riesgos globales y advertencias del FMI
El Fondo Monetario Internacional advirtió que las nuevas tarifas estadounidenses podrían desacelerar el crecimiento global y alimentar la inflación. Empresas de sectores diversos —como automotriz, electrónica y bienes de consumo— han reportado pérdidas significativas .
El acuerdo podría estabilizar los flujos comerciales, pero su implementación difiere entre Washington y Bruselas, lo que aumenta el riesgo de disputas futuras.
Dos versiones, un futuro incierto
EE. UU. y la UE defienden versiones discrepantes de un acuerdo que aún no tiene texto definitivo ni compromisos firmes. Para Washington representa una victoria diplomática y comercial; para Europa es un arreglo táctico, potencialmente injusto y sujeto a tensiones internas.
El desafío ahora es claro: convertir intenciones en compromisos claros, definir cronogramas de inversión y compras, y establecer mecanismos que mitiguen desequilibrios. El éxito del pacto dependerá no solo de su redacción final, sino del compromiso efectivo entre empresas privadas, gobiernos y mercados.
Fuente: https://www.euronews.com/
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