
THE LATIN VOX (31 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
La tensión entre Estados Unidos y Canadá escaló rápidamente esta semana luego de que el presidente Donald Trump anunciara nuevas medidas arancelarias en represalia por la decisión canadiense de apoyar el reconocimiento del Estado palestino ante las Naciones Unidas.
A tan solo 24 horas del plazo autoimpuesto por Trump para alcanzar un nuevo acuerdo comercial con Ottawa, el líder republicano advirtió que impondrá aranceles del 35% a todas las importaciones canadienses no cubiertas por el tratado CUSMA (el acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá) si no se logra un entendimiento antes del 1 de agosto.
Desde su red social Truth Social, Trump escribió:
«¡Wow! Canadá acaba de anunciar que respaldará el reconocimiento de Palestina como Estado. Eso hará muy difícil concretar un acuerdo comercial con ellos. ¡Oh, Canadá!!!»
Una respuesta política con consecuencias económicas
El anuncio de Trump no solo tensó aún más las negociaciones comerciales con Canadá, sino que también puso en evidencia la creciente conexión entre la política exterior y las decisiones económicas en la campaña presidencial de 2024.
El primer ministro canadiense Mark Carney, quien ya había calificado de “constructivas” las conversaciones con Washington, reconoció que es poco probable que las negociaciones concluyan antes del plazo. A pesar de ello, Carney defendió la postura canadiense en el ámbito internacional:
“Canadá no condiciona su política exterior a presiones económicas. Nuestra posición sobre Palestina es coherente con nuestros valores y la visión de muchos de nuestros aliados”, dijo el primer ministro desde Ottawa, en referencia al anuncio reciente de Francia y Reino Unido, que también han expresado su intención de respaldar el reconocimiento de Palestina en la ONU en septiembre.
Un nuevo frente en la guerra comercial
El posible arancel del 35% afectaría de forma inmediata sectores clave como la madera, productos agrícolas, tecnología y energía, muchos de los cuales ya habían sido blanco de restricciones en disputas previas durante el mandato original de Trump.
Canadá es el segundo mayor socio comercial de EE.UU. después de México, y el principal comprador de exportaciones estadounidenses. Cualquier aumento arancelario tendría un impacto directo en trabajadores, empresas y consumidores a ambos lados de la frontera.
“Un arancel generalizado del 35% sería una medida sin precedentes que afectaría a millones de empleos y encarecería productos esenciales”, advirtió una fuente del Departamento de Comercio de EE.UU., que solicitó anonimato.
Una estrategia electoral en clave internacional
El movimiento también parece tener un cálculo político. Trump, favorito en las primarias republicanas, ha convertido la política comercial en una bandera de su campaña, y ha prometido priorizar “acuerdos bilaterales con países que respeten los intereses de Estados Unidos”.
Sin embargo, expertos señalan que vincular decisiones diplomáticas —como el reconocimiento de Palestina— con represalias comerciales puede socavar alianzas estratégicas y afectar la estabilidad económica de la región.
“Trump está usando la economía como un arma política para castigar decisiones soberanas de otros países. Esto rompe con décadas de diplomacia estadounidense”, afirmó una analista de relaciones internacionales del Wilson Center.
¿Qué sigue?
Si no se alcanza un acuerdo antes del 1 de agosto, Estados Unidos podría activar los nuevos aranceles el mismo viernes, abriendo un nuevo capítulo en la ya volátil relación bilateral. Mientras tanto, Ottawa asegura que seguirá adelante con su propuesta en la ONU.
Lo que comenzó como una cuestión de política exterior, amenaza ahora con convertirse en una crisis comercial de gran escala entre dos de los socios más cercanos del continente americano.
La comunidad internacional observa con preocupación cómo la política exterior y la economía se entrelazan cada vez más en el discurso de campaña de Donald Trump, marcando una nueva era de diplomacia transaccional.
Crédito fotográfico: The Financial Post