
THE LATIN VOX (1 de agosto del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En una votación relámpago y sin mayor deliberación, la Asamblea Legislativa de El Salvador —controlada por el partido oficialista Nuevas Ideas— aprobó ayer jueves una serie de reformas constitucionales que abren la puerta a la reelección presidencial indefinida, transformando de manera radical el sistema político del país centroamericano.
La iniciativa, promovida por la mayoría legislativa afín al presidente Nayib Bukele, elimina las restricciones a la reelección presidencial inmediata, extiende el mandato presidencial a seis años y suprime la segunda vuelta electoral. Además, acorta el período presidencial actual, que finalizará en 2027 en lugar de 2029, para sincronizar las elecciones presidenciales, legislativas y municipales.
El paquete de reformas fue aprobado con 57 votos del bloque oficialista y sus aliados, mediante un procedimiento exprés que evitó cualquier análisis legislativo previo. Se modificaron cinco artículos clave de la Constitución: 75, 80, 133, 152 y 154. Hasta ahora, estos artículos impedían de forma explícita la reelección consecutiva del presidente.
Un cambio de postura y una rápida consolidación del poder
En febrero de 2024, tras ser reelecto, el presidente Bukele afirmó que no era necesaria una reforma constitucional para permitir la reelección indefinida. Sin embargo, poco más de un año después, su partido ha impulsado exactamente eso, generando acusaciones de concentración de poder y debilitamiento de los contrapesos democráticos.
El nuevo texto del artículo 152 elimina la cláusula que impedía a quienes hubieran ejercido la presidencia en el periodo anterior volver a postularse. Y el artículo 80, en su nueva versión, permite expresamente la promoción de la reelección, cuando antes suponía la pérdida de derechos ciudadanos para quienes la impulsaran.
Críticas de la oposición: «Han matado la Constitución»
La reacción de los partidos opositores no se hizo esperar. Marcela Villatoro, diputada del partido conservador ARENA, lanzó una dura advertencia desde el pleno legislativo:
“Hoy han hecho una confesión pública de matar la democracia disfrazada de legalidad. Han matado la Constitución.”
Por su parte, Claudia Ortiz, del partido VAMOS, denunció que el objetivo real de las reformas es perpetuar a Bukele y a su partido en el poder:
“Están vendiendo mentiras para hacer creer que esta reforma es para devolverle el poder al pueblo. Pero lo que buscan es quedárselo ustedes para siempre.”
Una democracia en transformación… o en peligro
El decreto aprobado argumenta que “es impostergable e ineludible sincronizar los tiempos electorales, elevando el ejercicio de la presidencia a seis años, combinado con una reelección sin reservas”. Para los críticos, sin embargo, esta sincronización es solo una maniobra para blindar el poder del oficialismo en todos los niveles del Estado.
Bukele inició su segundo mandato el 1 de junio de 2024, a pesar de que varios artículos constitucionales lo prohibían expresamente. Su reelección fue posible gracias a una reinterpretación judicial promovida por una Sala de lo Constitucional nombrada por la misma Asamblea oficialista en 2021, en un proceso severamente cuestionado por organismos internacionales.
¿Un camino sin retorno?
El Salvador se encuentra ahora ante un nuevo paradigma político. Para algunos, es la consolidación de un liderazgo fuerte y popular que ha prometido seguridad y desarrollo. Para otros, es la señal inequívoca de que el país transita hacia un modelo autoritario, disfrazado de reformas legales y avalado por una mayoría legislativa sin contrapesos.
La comunidad internacional observa con atención. Lo que está en juego no es solo la Constitución salvadoreña, sino la salud democrática de toda la región.
Fuente : Agencia EFE / Diario El Comercio (Perú)
Crédito fotográfico: Getty Images