
THE LATIN VOX (01 de Agosto del 2025).- Por Daniela Medina.
Un proyecto largamente anhelado por Trump
Desde su regreso a la presidencia en enero de 2025, Donald Trump ha impulsado cambios arquitectónicos y decorativos notables en la Casa Blanca, incluyendo una remodelación ostentosa del Salón Oval, la Rosaleda y la instalación de nuevos mástiles con banderas gigantes .
Ahora anunció su intención de construir un salón de baile de 8 361 m², con capacidad para 650 invitados, en el ala Este de la residencia ejecutiva .
Trump afirmó que este espacio servirá para evitar eventos oficiales bajo «carpas feas», y ha subrayado que financia el proyecto con fondos personales y aportes de «donantes patriotas» .
Costos y cronograma programado
El proyecto fue valorado inicialmente en 100 millones de USD, pero posteriormente se ajustó a un presupuesto de 200 millones de USD (unos 180 millones de euros). Las tareas de construcción comenzarán en septiembre de 2025, con entrega prevista antes del final del mandato presidencial en enero de 2029, según declaraciones oficiales .
El diseño se enmarca en una estética Luis XIV, con suelos de mármol, candelabros de cristal y dorados ornamentales, inspirado en su propiedad privada Mar-a-Lago .
Reto logístico y cambios en la distribución interna
La nueva estructura reemplazará o se construirá sobre el espacio ocupado por el ala Este actual, trasladando temporalmente las oficinas del equipo de la Primera Dama, que incluyen varias dependencias administrativas . A pesar de ello, la Casa Blanca ha afirmado que no se demolerá la estructura principal y que se respetará la integridad arquitectónica del edificio original .
El equipo arquitectónico está a cargo de McCrery Architects; Clark Construction asumirá la construcción, con ingeniería de AECOM.
Una dimensión simbólica y política
Trump ha justificado el proyecto como un legado histórico: «Durante 150 años han querido un salón de baile… nadie lo hizo porque no eran constructores. Yo sí». Sus discursos mezclan orgullo personal con una narrativa de eficiencia: eventos dignos sin necesidad de carpas, espacios dignos para invitados estatales y diplomáticos .
Partidarios ven el proyecto como una mejora estética y funcional; sin embargo, críticos advierten sobre conflictos de interés, falta de transparencia y la naturaleza excesiva del gasto declarado como “privado” .
Opiniones encontradas y controversias políticas
Mientras Trump defiende el proyecto como una mejora necesaria para los eventos de Estado, la oposición ha planteado que cualquier construcción de tal magnitud debería contar con supervisión adecuada y ser sometida al escrutinio del Comité de Asignaciones del Congreso .
Asimismo, la reubicación de oficinas, incluido el despacho de Melania Trump, ha sido criticada como un símbolo de la búsqueda personal de poder espacial dentro de un edificio cuyo diseño original tiene valor histórico .
Legado, estética y poder en juego
El salón de baile anunciado por Donald Trump es más que una remodelación: representa una ambición presidencial de dejar una huella física y estética en la Casa Blanca como nunca antes. Financiado con recursos privados, con estilo inspirado en el lujo personal del presidente, y con un impacto arquitectónico y político significativo, el proyecto refleja la tensión entre legado institucional, apropiación personal y responsabilidad pública.
El debate ahora gira en torno a la financiación, relevancia simbólica y propriedad histórica de uno de los edificios más emblemáticos del mundo.
Fuente: Por Rachel Goodman Noticias globales
Foto: Global news