THE LATIN VOX (21 de agosto del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
La capital de Austria ha sido elegida como sede del Festival de la Canción de Eurovisión 2026, el mayor espectáculo televisado en vivo del mundo, anunció ayer miércoles la radiotelevisión pública ORF. La gran final de la 70ª edición se celebrará el 16 de mayo en el Wiener Stadthalle, el mayor recinto cubierto del país, con semifinales previstas para los días 12 y 14.
El derecho a organizar el certamen llegó tras la victoria del austríaco JJ en la edición de este año en Basilea, Suiza, con su tema Wasted Love, una arriesgada fusión de beats techno y voz operística. Su triunfo, que entusiasmó a millones de espectadores, otorgó automáticamente a Austria el honor de albergar el concurso de 2026.
Viena ya había acogido Eurovisión en 1967 y en 2015, aquella última vez marcada por la histórica victoria de Conchita Wurst. La capital austríaca se impuso esta vez a Innsbruck, que también aspiraba a ser anfitriona.
Un evento global
Eurovisión, creado en 1955, se ha convertido en la plataforma pop más influyente de Europa. Fue el trampolín internacional de ABBA, además de impulsar la carrera de artistas como Céline Dion, Olivia Newton-John y Cliff Richard. La edición de este año fue seguida por 166 millones de personas en 37 países, con un récord de audiencia entre jóvenes de 15 a 24 años.
El evento, sin embargo, no está exento de polémicas. En Suiza, manifestaciones pro-palestinas protestaron contra la participación de Israel, que terminó en segundo lugar pese a la devastadora guerra en Gaza. Tras su victoria, JJ generó controversia al pedir la exclusión de Israel en la próxima edición, comentarios que luego matizó, afirmando que habían sido “malinterpretados”.
Costos y críticas
La decisión de llevar Eurovisión a Viena no estuvo exenta de debate interno. El Partido de la Libertad (FPÖ), de extrema derecha, calificó el festival de “espectáculo queer, izquierdista y woke”, y criticó los altos costos que implica. En Basilea, la ciudad anfitriona de 2025, el gasto ascendió a casi 40 millones de dólares.
No obstante, Viena defendió su candidatura bajo el lema “Europe, shall we dance?” (“Europa, ¿bailamos?”), destacando su experiencia en grandes eventos, su capacidad hotelera, sus excelentes conexiones de transporte y su carácter cosmopolita.
El Wiener Stadthalle, inaugurado en 1958 y con capacidad para 16.000 espectadores, fue también el escenario del festival en 2015. Entonces, la ciudad sorprendió al instalar semáforos con parejas del mismo sexo y heterosexuales en lugar de la tradicional figura solitaria, una medida temporal que terminó adoptándose de forma permanente por su popularidad.
Con el telón de fondo de tensiones políticas y un continente dividido, Viena se prepara para recibir nuevamente a millones de europeos bajo una bandera común: la música.
Crédito fotográfico: Official Charts