THE LATIN VOX (22 de agosto del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Colombia vivió ayer jueves una de sus jornadas más violentas en lo que va del año, tras dos atentados que dejaron al menos 18 muertos y 65 heridos, en hechos atribuidos al Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de las extintas FARC.
El primer ataque ocurrió en la zona rural de Amalfi, Antioquia, cuando un helicóptero de la Policía Antinarcóticos fue derribado durante una operación de erradicación de cultivos ilícitos. La aeronave cayó en la vereda El Chispero, provocando la muerte de los doce uniformados que viajaban a bordo.
Horas después, en Cali, capital del Valle del Cauca, un camión cargado con explosivos fue detonado frente a la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez, una de las principales bases de formación de la Fuerza Aérea Colombiana.
La explosión, que sacudió la ciudad, dejó seis civiles muertos y 65 heridos, además de una extensa destrucción en una de las avenidas más concurridas de la capital vallecaucana.
Reacciones del Gobierno y medidas de seguridad
El presidente Gustavo Petro señaló directamente al EMC como responsable de ambos ataques y anunció que su Gobierno prepara medidas de excepción para responder a la creciente ola de violencia.
Según versiones de prensa, podría declararse el estado de conmoción interior, una figura que permite al Ejecutivo asumir mayores facultades frente a perturbaciones graves del orden público.
Petro calificó al EMC, junto con la disidencia de la Segunda Marquetalia y el Clan del Golfo, como parte de una “Junta del Narcotráfico” y afirmó que su Gobierno los considerará “organizaciones terroristas perseguibles en cualquier lugar del planeta”.
La vicepresidenta Francia Márquez, por su parte, condenó el ataque en Cali calificándolo de “acto cobarde y criminal”, mientras que la Defensoría del Pueblo advirtió que se trató de una clara violación al Derecho Internacional Humanitario, al estar dirigido contra civiles.
Condena nacional e internacional
El ataque ha generado un amplio rechazo político.
El expresidente Iván Duque alertó que “Colombia no puede permitir jamás que el terrorismo vuelva a adueñarse de su destino”, mientras que el Nobel de Paz Juan Manuel Santos llamó a implementar una política de seguridad más efectiva y a fortalecer a las Fuerzas Armadas.
En el ámbito internacional, la ONU condenó lo ocurrido en Cali como un “ataque indiscriminado” y exigió investigaciones que garanticen justicia.
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, también expresó sus condolencias al pueblo colombiano.
Escalada de violencia en el suroccidente colombiano
Los atentados de este jueves se suman a una cadena de hechos violentos registrados en los últimos meses. Solo en junio, 19 ataques armados en los departamentos de Cauca y Valle del Cauca dejaron ocho muertos y más de 40 heridos.
Con presencia en varias regiones estratégicas para el narcotráfico, el EMC se perfila como el mayor desafío de seguridad para el Gobierno Petro, que enfrenta crecientes críticas por el deterioro del orden público.
Mientras tanto, las víctimas y sus familias claman justicia en un país que, más de seis años después de la firma de la paz con las FARC, sigue atrapado en una espiral de violencia que amenaza con socavar los esfuerzos por alcanzar la reconciliación nacional.
Fuente: Agencia EFE (España)
Crédito fotográfico: Agencia EFE (España) /EFE/ Ernesto Guzmán Jr