EE.UU: El barrio latino de Washington D.C convertido ahora en un pueblo fantasma por la ofensiva migratoria de Trump

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THE LATIN VOX (31 de agosto del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Lo que antes era uno de los vecindarios más vibrantes de la capital estadounidense hoy luce desolado. Columbia Heights, corazón de la comunidad latina en Washington, D.C., con sus panaderías, restaurantes y tiendas llenas de vida, se ha transformado en un barrio silencioso, casi fantasmagórico.

El cambio comenzó el 7 de agosto, cuando el presidente Donald Trump desplegó agentes federales y la Guardia Nacional en las calles de la ciudad. Desde entonces, el miedo se ha extendido entre inmigrantes y ciudadanos por igual.

“La gente tiene miedo de salir”, cuenta Fernanda Rivas, hija de inmigrantes salvadoreños y dueña junto a su familia de dos panaderías locales. “Siempre estaba lleno de clientes, y ahora apenas entra gente. Nos piden disculpas, dicen que no vienen porque tienen miedo de salir de casa”.

Su negocio sobrevivió a la pandemia, pero la crisis actual amenaza con cerrarle las puertas.

Deportaciones masivas y redadas en todo el país

El temor no es infundado. Desde su primer día en el cargo, Trump firmó órdenes ejecutivas para endurecer la aplicación de las leyes migratorias, asegurando que deportaría a 10 millones de “extranjeros ilegales”. En mayo, su asesor Stephen Miller impuso a ICE una cuota de 3000 arrestos diarios, imposible de cumplir pero que ha intensificado la presión.

En las últimas semanas, se han visto redadas en Home Depots y centros de trabajo informales en todo el país. El Departamento de Seguridad Nacional confirmó que más de 185.000 personas han sido deportadas desde el inicio de su segundo mandato.

Shawn Townsend, presidente de la Asociación de Restaurantes de Washington, advierte que muchos trabajadores inmigrantes cuentan con papeles en regla, pero viven bajo el mismo clima de temor. “Hay un nivel de ansiedad altísimo. Estos trabajadores son la columna vertebral de nuestra industria y ahora sienten que en cualquier momento pueden ser deportados”.

Entre la necesidad y el miedo

Elizabeth, una salvadoreña que llegó hace 20 años, sigue trabajando en una cocina local, aunque no se atreve a enviar a sus hijos a la escuela. “Necesito el dinero, pero tengo miedo”, confiesa.

Adriana, que llegó de Guatemala hace apenas ocho meses, también trabaja en un restaurante sin papeles. “Quiero tener documentos. Soy una buena persona”, dice. “Quiero volver a ver a mi familia, pero no puedo salir porque no podría regresar”.

Ciudadanos con pasaporte en el bolsillo

El clima de sospecha no afecta solo a indocumentados. Latinos con ciudadanía estadounidense cargan ahora con pasaporte e identificación para evitar problemas. Jelver Mazeriegos, nacido en Virginia, asegura que incluso lo llevó consigo en un viaje a Florida “por si acaso”.

Rivas confirma que sus propios padres, residentes legales desde hace dos décadas, no salen de casa sin sus documentos. “Es doloroso ver que incluso quienes están aquí legalmente sienten miedo. Hemos contribuido a este país y ahora nos tratan como si fuéramos extraños”.

Una comunidad silenciada

Las calles de Columbia Heights, antes bulliciosas, hoy reflejan un vacío palpable: menos compradores, menos energía, menos vida. “Nunca había visto algo así”, comenta Damon Demyers, repartidor de carne que recorre a diario los comercios de la zona.

El fantasma de las deportaciones no solo erosiona la economía local, sino también el tejido social de una de las comunidades más dinámicas de la capital estadounidense.

Crédito fotográfico: Secret DC


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