
THE LATIN VOX (2 de septiembre de 2025). Por Daniela Medina.
La escasez de agua ha alcanzado un punto crítico en una localidad de Terranova, Canadá, donde las autoridades municipales se vieron obligadas a declarar el estado de emergencia y ordenar el cierre inmediato de comercios, restaurantes y negocios no esenciales debido a que el sistema de suministro se encuentra prácticamente seco.
La drástica medida refleja la creciente presión que las comunidades del Atlántico canadiense enfrentan por una combinación de sequías inusuales, infraestructura en deterioro y un cambio climático que ya altera la vida cotidiana de miles de personas.
El origen de la crisis: Una sequía sin precedentes
Durante semanas, la región ha sufrido lluvias por debajo del promedio histórico, lo que redujo drásticamente los niveles de embalses y reservorios. Los funcionarios locales informaron que la principal planta de tratamiento de agua opera al límite, incapaz de garantizar la demanda de los hogares y mucho menos la de los negocios que dependen de un consumo elevado, como lavanderías, panaderías y restaurantes.
Los vecinos aseguran que desde mediados de agosto han enfrentado cortes intermitentes de agua, presión reducida en las tuberías y dificultades para acceder a lo más básico: cocinar, asearse y mantener rutinas diarias.
Impacto inmediato en la vida comunitaria
La orden municipal prohíbe el funcionamiento de cualquier negocio que requiera un suministro significativo de agua. Esto incluye cafeterías, bares, fábricas de hielo, gimnasios y hasta salones de belleza.
“Es devastador para la economía local, pero no tenemos alternativa: debemos priorizar el agua para beber, cocinar y mantener la higiene en los hogares”, declaró el alcalde durante una conferencia de prensa de emergencia.
Las escuelas y guarderías públicas han tenido que suspender clases presenciales por falta de sanitarios operativos. En tanto, varios hospitales y clínicas están funcionando con planes de contingencia, que incluyen el uso de camiones cisterna y agua embotellada.
Medidas extremas para un recurso vital
El municipio implementó un sistema de racionamiento estricto, con horarios específicos en los que se habilita el flujo de agua hacia distintos sectores de la ciudad. Los residentes deben almacenar el líquido en cubetas y recipientes para el resto del día.
Voluntarios de la Cruz Roja y organizaciones comunitarias distribuyen agua embotellada en puntos estratégicos, mientras que empresas privadas colaboran con la donación de cisternas. Sin embargo, las largas filas y la tensión entre vecinos han puesto en evidencia el impacto social de la emergencia.
Un problema que va más allá de Terranova
Expertos advierten que lo ocurrido en esta localidad podría ser un anticipo de desafíos mayores en Canadá, un país que históricamente ha gozado de abundancia hídrica pero que, en los últimos años, enfrenta sequías más intensas, incendios forestales recurrentes y patrones de lluvia cada vez más irregulares.
“El cambio climático está reconfigurando la realidad hídrica del país”, explicó la climatóloga Sarah McLeod, de la Universidad de Dalhousie. “Terranova no estaba preparada para un escenario de este tipo, y es probable que otras comunidades costeras enfrenten problemas similares en el corto plazo”.
Respuesta del gobierno provincial y federal
El gobierno de Terranova y Labrador confirmó que está trabajando junto al Ejército canadiense, que podría desplegarse para transportar agua potable desde otras regiones y asistir en la reparación de tuberías de emergencia. A nivel federal, Ottawa evalúa declarar a la región como zona de desastre natural, lo que permitiría el acceso a fondos de ayuda inmediata y la priorización de inversiones en infraestructura hídrica.
La resiliencia de una comunidad en crisis
Mientras tanto, los residentes intentan adaptarse con medidas improvisadas: colectores de agua de lluvia, uso de cubetas recicladas y estricta limitación del consumo. Algunos habitantes han tenido que desplazarse a ciudades vecinas para ducharse o lavar ropa, lo que ha generado un sentimiento de frustración, pero también de solidaridad.
“Es como volver varias décadas atrás”, comentó una vecina. “Estamos racionando cada gota, compartiendo con los vecinos y esperando que lleguen refuerzos”.
Conclusión
La crisis de agua en Terranova revela una vulnerabilidad que trasciende fronteras: incluso en países considerados ricos en recursos naturales, la escasez puede paralizar economías, alterar comunidades enteras y convertirse en una amenaza para la salud pública.
Lo que comenzó como una sequía estacional hoy es un recordatorio contundente de que el agua, más que un recurso abundante, es un bien frágil y estratégico.
Fuente: CTV News
Foto: Google Images