China: Micrófono abierto capta a Putin y Xi hablando sobre órganos, longevidad y la inmortalidad humana

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THE LATIN VOX (4 de septiembre del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

En un momento tan inesperado como revelador, un micrófono abierto captó al presidente ruso Vladimir Putin y al líder chino Xi Jinping compartiendo una curiosa conversación: la posibilidad de extender la vida humana —e incluso alcanzar la inmortalidad— mediante avances en biotecnología y trasplantes de órganos.

El intercambio se produjo durante la transmisión en vivo de un desfile militar en la Plaza Tiananmén, donde China celebraba el 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.

Las cámaras de la televisión estatal china (CCTV), que cubrían el evento en directo, registraron fragmentos de lo que parecía ser una conversación privada entre los dos líderes mientras caminaban al frente de una delegación de mandatarios internacionales.

“La biotecnología sigue desarrollándose”, se escucha decir al intérprete de Putin en chino.
“Los órganos humanos pueden ser trasplantados continuamente. Cuanto más vives, más joven te vuelves, e incluso puedes alcanzar la inmortalidad.”

A esto, Xi respondió fuera de cámara:

“Algunos predicen que en este siglo los humanos podrían vivir hasta los 150 años.”

No solo retórica: Una obsesión por la longevidad

Más allá de lo anecdótico, las declaraciones no son simples divagaciones. Tanto Xi como Putin han mostrado en los últimos años un interés real y sostenido en la ciencia de la longevidad, que va desde inversiones estatales hasta proyectos personales relacionados con la extensión de la vida.

En Rusia, Putin ha promovido investigaciones orientadas a “preservar la salud y prevenir el envejecimiento celular”. En 2024, ordenó la creación del centro de investigación Nuevas Tecnologías de Conservación de la Salud, destinado a desarrollar avances en neurotecnología, medicina regenerativa y genética.

Uno de los nombres clave detrás de este esfuerzo es Mijaíl Kovalchuk, un estrecho aliado de Putin y hermano del multimillonario Yuri Kovalchuk.

Según investigaciones del medio independiente Meduza, Mijaíl estaría liderando iniciativas rusas en tecnología de impresión de órganos en laboratorio, como parte de una búsqueda activa por la inmortalidad. La fascinación con este tema ha sido descrita como una verdadera obsesión dentro de la élite del Kremlin.

Además, la hija mayor de Putin, Maria Vorontsova, endocrinóloga de profesión, ha recibido millonarios fondos estatales para investigar la regeneración celular y el alargamiento de la vida humana. Su participación en estos programas de genética fue uno de los motivos citados por el Departamento de Estado de EE.UU. al sancionarla en 2022.

¿Una conversación casual o una pista deliberada?

El momento fue compartido con el mundo a través del streaming oficial de CCTV, que transmitía las imágenes a medios internacionales como AP y Reuters. Las redes sociales y analistas políticos no tardaron en debatir si se trató de un descuido técnico o de un mensaje cuidadosamente coreografiado, como ocurre frecuentemente en eventos oficiales chinos.

La escena tuvo un toque casi cinematográfico: Putin y Xi caminaban junto al líder norcoreano Kim Jong-un, quien sonreía y observaba la conversación, sin que quedara claro si comprendía o recibía traducción en tiempo real.

Más tarde, las cámaras captaron a los tres subiendo juntos a la tarima de observación para presenciar el desfile, que incluyó una impresionante demostración militar con misiles nucleares, tanques, drones, aviones de combate y cazas furtivos.

Una exhibición de poder… y de ambiciones personales

El desfile fue interpretado como una demostración de fuerza frente a Occidente, con un claro subtexto geopolítico. A la cita también asistieron los presidentes de Irán, Bielorrusia y el líder militar de Myanmar, consolidando el bloque de aliados autoritarios que buscan presentarse como alternativa al orden liberal internacional.

Pero el comentario captado por el micrófono revela algo más profundo: una visión del poder que trasciende el tiempo. Tanto Putin como Xi han eliminado las barreras constitucionales que les impedirían gobernar de por vida. Ambos han consolidado sus regímenes personales, y ahora parecen mirar más allá de los límites físicos de la existencia humana.

En una era en la que la biotecnología avanza vertiginosamente y las fronteras entre ciencia y ética se difuminan, la conversación entre Putin y Xi plantea una inquietante pregunta: ¿Qué harían los hombres más poderosos del mundo si pudieran vivir para siempre?

Crédito fotográfico: Fox News


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