
THE LATIN VOX (6 de septiembre del 2025).- Por Daniela Medina.
El presidente Donald Trump anunció oficialmente que Estados Unidos será el anfitrión de la próxima cumbre del G20 en 2026, y que el evento se celebrará en el Trump National Doral, su exclusivo complejo de golf y hotel ubicado en el área metropolitana de Miami, Florida.
El anuncio, que debería marcar un hito diplomático y económico para el país, ha desatado una tormenta política y mediática por las implicaciones éticas y los posibles conflictos de interés que genera la elección de una de sus propias propiedades privadas para un evento de esta magnitud.
Un anuncio con sabor a triunfo y controversia
Trump reveló la sede desde la Oficina Oval, acompañado del alcalde de Miami, Francis Suarez, y altos funcionarios de su administración. Con su estilo característico, el mandatario defendió la decisión asegurando que Doral es “el mejor lugar posible para recibir a los líderes del mundo”.
Según el presidente, el complejo ofrece ventajas logísticas excepcionales: proximidad al aeropuerto internacional de Miami, infraestructura de seguridad adaptada y miles de habitaciones de lujo disponibles en la zona.
Al mismo tiempo, anticipó que los servicios de hospedaje y catering se ofrecerán “a costo”, sin generar beneficios directos a su compañía.
Sin embargo, críticos de todos los espectros políticos y grupos de vigilancia anticorrupción ven en esta jugada un claro ejemplo de cómo Trump sigue utilizando su posición de poder para beneficiar y visibilizar su marca internacional.
El peso simbólico del G20 2026 para EE.UU.
El G20, que reúne a las principales economías del planeta, será celebrado en territorio estadounidense por primera vez en casi dos décadas. La fecha elegida no es menor: el 14 y 15 de diciembre de 2026, coincidiendo con el 250º aniversario de la independencia de Estados Unidos, un marco que la Casa Blanca pretende aprovechar para proyectar liderazgo y unidad.
La elección de Miami como sede tiene también una lectura geopolítica. La ciudad se ha consolidado como puerta de entrada a América Latina, un centro de finanzas internacionales y un símbolo multicultural que refleja la diversidad del país. Según el alcalde Suarez, acoger la cumbre permitirá que Miami “se sitúe en el mapa global como capital diplomática, no solo turística”.
El fantasma del precedente: El fallido intento con el G7
Esta no es la primera vez que Trump intenta ubicar una cumbre internacional en Doral. Durante su primer mandato, en 2019, planteó organizar allí la cumbre del G7. La propuesta fue rápidamente descartada tras una ola de críticas, incluso de legisladores republicanos, que denunciaron la incompatibilidad ética de la decisión.
El recuerdo de aquel fracaso pesa ahora sobre este nuevo anuncio. Organizaciones como Citizens for Responsibility and Ethics in Washington (CREW) advierten que la repetición del intento revela una estrategia insistente de Trump por legitimar el uso de propiedades personales como escenarios de la diplomacia internacional.
Fuente: DW
Foto: Google Images