Fiscal general de EE.UU. enfrenta críticas por plantear límites a la libertad de expresión

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THE LATIN VOX (17 de septiembre de 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, se ha convertido en el centro de una controversia nacional después de declarar que la administración Trump “absolutamente” perseguirá a quienes usen “discurso de odio” tras el asesinato del activista conservador Charlie Kirk.

Las palabras de Bondi, pronunciadas en un pódcast conducido por Katie Miller, esposa del influyente asesor de la Casa Blanca Stephen Miller, han generado críticas tanto de progresistas como de destacados líderes de la derecha estadounidense, que consideran la propuesta inconstitucional y peligrosa.

Una línea roja constitucional

Expertos en derecho recordaron que la Primera Enmienda protege casi toda forma de expresión, incluidas aquellas consideradas ofensivas o desagradables. “No existe una categoría legal llamada ‘discurso de odio’ en la Constitución ni en la jurisprudencia”, explicó Heidi Kitrosser, profesora de derecho en la Universidad Northwestern. “Abrir esa puerta equivale a dar poder al gobierno para censurar cualquier opinión que no le guste”.

Charlie Kirk, fundador del grupo juvenil conservador Turning Point USA y aliado cercano de Donald Trump, fue asesinado el 10 de septiembre en la Universidad del Valle de Utah, en un episodio que se enmarca dentro de una ola de violencia política en el país. El crimen ha intensificado los debates sobre los límites de la libertad de expresión y la responsabilidad del discurso público.

Críticas desde la derecha

Las declaraciones de Bondi provocaron un inusual rechazo dentro del propio movimiento conservador. Matt Walsh, uno de los comentaristas más seguidos en la derecha religiosa, fue tajante: “Despídanla hoy mismo. Esto es una locura”. Erick Erickson, otro influyente analista, escribió: “Nuestra fiscal general es, aparentemente, una ignorante. No, señora, eso no es la ley”.

Incluso voces cercanas a Turning Point recordaron que el propio Kirk había defendido, en 2024, la inexistencia legal del “discurso de odio”. En sus palabras: “Hay expresiones feas, repugnantes o malvadas, pero todas están protegidas por la Primera Enmienda. Mantengamos libre a Estados Unidos”.

Trump y la ambigüedad política

Consultado sobre el tema, el presidente Trump respondió a un periodista de ABC News con tono irónico: “Probablemente vayamos contra gente como tú porque me tratan injustamente. Es odio. Tal vez vayan tras ABC”. Su comentario alimentó las sospechas de que la Casa Blanca podría usar un concepto ambiguo de “odio” como arma contra medios críticos y opositores.

La controversia se agravó cuando Bondi amenazó con procesar a un empleado de Office Depot que se negó a imprimir volantes para una vigilia en memoria de Kirk. Para muchos conservadores, esta posición contradice años de lucha legal por el derecho de los negocios a rechazar servicios basados en creencias religiosas o políticas.

Rectificación y dudas persistentes

Ante el alud de críticas, Bondi intentó matizar sus declaraciones en un comunicado a Axios: “La libertad de expresión es sagrada en nuestro país, y nunca impediremos ese derecho. Mi intención era referirme a las amenazas de violencia que individuos incitan contra otros”.

Sin embargo, expertos mantienen sus reservas. “Me preocupa cómo definirán lo que constituye una amenaza ilegal y qué vacíos legales podrían intentar explotar”, advirtió la profesora Kitrosser. “Todos debemos mantenernos muy vigilantes”.

Un debate de alto riesgo

Lo ocurrido revela hasta qué punto la violencia política en Estados Unidos está tensando principios constitucionales que, hasta ahora, eran intocables.

Para muchos, la reacción contra Bondi es un recordatorio de que el “discurso de odio” puede ser moralmente condenable, pero legalmente sigue siendo protegido, y que la línea entre proteger a la sociedad y socavar la democracia es más fina de lo que parece.

Crédito fotográfico: Newsweek


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