
THE LATIN VOX (26 de septiembre de 2025).- Por Daniela Medina.
En medio del revuelo diplomático generado por el discudurante el cual numerosos países se retiraron en protesta el embajador canadiense Bob Rae fue criticado por no unirse al gesto de salida. Rae respondió públicamente que permanecer en la sala fue parte de sus obligaciones institucionales: “Ese es mi trabajo”, declaró su oficina en un comunicado oficial. (Según informes en medios como CTV)
La elección de no retirarse lo coloca en una posición simbólica compleja, entre la diplomacia tradicional y las expectativas morales de señales políticas ante conflictos internacionales intensos.
Contexto: el discurso de Netanyahu y la respuesta diplomática global
El pleno de la ONU fue escenario de una escena cargada de tensión: mientras Netanyahu exponía sus argumentos sobre la guerra en Gaza, más de 100 diplomáticos de más de 50 países abandonaron la sala en señal de protesta por sus declaraciones contundentes y el respaldo israelí a acciones militares en territorios ocupados.
Canadá, sin embargo, no fue parte de la marcha masiva: su delegación encabezada por Bob Rae permaneció en su lugar. La elección generó rápidamente críticas desde ciertos sectores políticos y mediáticos, que cuestionaron si el país estaba fallando en expresarse con firmeza ante actos que muchos consideran violaciones de derechos humanos y derecho internacional.
En el discurso, Netanyahu condenó la reciente decisión de varios países occidentales entre ellos Canadá de reconocer al Estado de Palestina, calificándola como un respaldo al terrorismo y una traición simbólica.
Las declaraciones de Rae y las razones para no retirarse
Desde su oficina, Rae emitió una respuesta clara y firme ante los cuestionamientos. Expresó que retirarse del salón ante Netanyahu hubiese significado abdicar de la responsabilidad diplomática de escuchar y representar a Canadá incluso en escenarios incómodos. Según la nota oficial:
- “Ese es mi trabajo” fue la frase central con la que se defendió del señalamiento.
- Se subrayó que como embajador, Rae tiene la obligación de representar la voz y la postura canadiense en cualquier foro oficial que asista, incluso cuando otros deciden protestar retirándose.
- No hubo pruebas de que Rae haya manifestado apoyo personal a las ideas de Netanyahu; más bien, actuó dentro de lo que considera un rol diplomático institucional, no partidista.
El hecho de que Canadá haya reconocido el Estado palestino recientemente reforzó la polémica: algunos opinan que permanecer en la sala debilita la coherencia entre las decisiones del gobierno canadiense y la postura simbólica ante acciones extremas del conflicto.
Repercusiones diplomáticas y simbólicas
Para Canadá
- El episodio plantea preguntas sobre cómo debe actuar un Estado que explícita o tácitamente critica políticas de otro Estado miembro de la ONU: ¿es más fuerte retirarse en protesta o mantenerse para escuchar y responder?
- Algunos críticos sugieren que la permanencia comunica una forma de permisividad simbólica, mientras que defensores la sostienen como un acto de madurez diplomática.
- Internamente, el gobierno canadiense deberá balancear su mensaje: apoyar los valores del derecho internacional y los derechos humanos mantiene presión moral, pero la diplomacia formal exige presencia incluso frente a discursos agresivos.
En el escenario internacional
- La decisión de Rae será observada por otras misiones diplomáticas: podría convertirse en precedente si otros embajadores adoptan posturas similares.
- En una Asamblea tan polarizada, la presencia o ausencia de delegaciones envía mensajes tan potentes como las palabras habladas. Algunos estados ya adoptan políticas de “walkout” como instrumento legítimo de denuncia.
- En el conflicto entre Israel y Palestina, cada gesto incluso el permanecer sentado es analizado como alineamiento estratégico o declaración simbólica.
Escenarios a futuro
- Tensiones crecientes en la diplomacia canadiense
Si Israel intensifica su retórica o acciones, Canadá podría enfrentar presión para cambiar su estrategia diplomática en foros multilaterales. La elección de permanecer o retirarse cada vez adquiere más peso simbólico. - Debate público y político interno
Esto puede abrir discusiones sobre el papel de Canadá en conflictos internacionales, su política exterior, la coherencia simbólica y la expectativa pública sobre reacciones morales frente a crímenes de guerra o agresiones. - Reevaluación de estrategias diplomáticas
En futuras intervenciones, Canadá podría optar por posiciones intermedias: por ejemplo, permanecer en sala pero emitir declaraciones conjuntas, abstenerse de votar o utilizar otros mecanismos simbólicos.
El estado diplomático raramente es neutral, pero la presencia silenciosa puede hablar tan fuerte como la protesta visible. La elección del embajador Bob Rae de permanecer en la sala durante el polémico discurso de Netanyahu no es un gesto menor: es una declaración implícita sobre cómo Canadá concibe su rol en la ONU y su discurso exterior.
Más allá de las críticas, la tensión reside en el difícil equilibrio entre expresar indignación y asegurar que la voz oficial del país tenga lugar y oído en momentos donde las palabras representan, a veces, las fronteras del derecho y la moral.
Fuente: www.ctvnews.ca
Foto: Google fotos