
THE LATIN VOX (4 de octubre del 2025).- Por Daniela Medina.
El gobierno canadiense liderado por Mark Carney ha reducido su selección para reemplazar los viejos submarinos de la Royal Canadian Navy a dos contendientes: la empresa alemana ThyssenKrupp Marine Systems (TKMS), junto con su programa conjunto con Noruega (Type 212CD), y Hanwha Ocean Co. de Corea del Sur (modelo KSS-III). Este anuncio marca un momento crucial en el programa de submarinos patrulleros canadienses, que busca modernizar su flota deteriorada antes de 2035.
El objetivo de Canadá es reemplazar los submarinos clase Victoria, comprados de segunda mano en Reino Unido a fines de los años noventa, los cuales presentan ya frecuentes fallos, altos costos de mantenimiento, baja disponibilidad operativa y capacidades tecnológicas inferiores a los estándares modernos.
Los dos candidatos finales: qué ofrece cada uno
TKMS (Alemania-Noruega) con el modelo Type 212CD
- Es un submarino convencional con propulsión independiente del aire (AIP, por sus siglas en inglés), lo que permite permanecer sumergido por períodos más largos sin necesidad de salir a la superficie o utilizar snorkel, reduciendo su detectabilidad.
- Adaptado para operaciones en el Ártico, bajo hielo, donde se requiere resistencia y capacidad operacional en condiciones extremas. Esto es especialmente relevante para Canadá, dada su gran extensión marina en el norte.
- La experiencia de Alemania y Noruega ya trabajando con este modelo (212CD) da cierta seguridad en la fiabilidad técnica y un historial de desempeño.
- TKMS propone además una colaboración industrial interna: participar en los astilleros canadienses, posiblemente mantenimiento dentro de Canadá, lo cual podría fortalecer la industria naval local.
Hanwha Ocean (Corea del Sur) con el modelo KSS-III
- Ofrece un modelo más grande (mayor tamaño y autonomía) con capacidades modernas, incluyendo baterías avanzadas y tecnología de propulsión mejorada.
- Uno de sus puntos fuertes es el ofrecimiento de entregas rápidas si el contrato se firma pronto; Hanwha afirma que podría entregar sus primeros submarinos antes de 2035, lo que es parte del criterio de urgencia que Canadá ha establecido.
- También propone infraestructura de Apoyo doméstico, mantenimiento en Canadá, lo que podría traducirse en creación de empleos y transferencia tecnológica.
Necesidad urgente: ¿por qué este reemplazo no puede esperar?
- Los submarinos clase Victoria están envejecidos, con disponibilidad operativa muy baja; a menudo solo uno o ninguno operativos en ciertos momentos.
- Canadá ha fijado 2035 como fecha límite para dar de baja esa flota envejecida, para evitar quedarse sin submarinos capaces de patrullar tanto aguas costeras como áreas remotas, incluyendo el Ártico.
- Además de las capacidades técnicas, hay presiones internacionales: Canadá ha asumido compromisos con la OTAN para incrementar su gasto en defensa y demostrar una postura creíble en seguridad marítima y en la protección del Ártico.
Desafíos, riesgos e implicaciones
Complejidad tecnológica y logística
- Tener submarinos modernos con exigencias de operación bajo hielo, sigilo acústico, sensores avanzados, sistemas de armas modernos implica una infraestructura de mantenimiento rígida, entrenamiento especializado y cadenas de suministro complejas.
- Si se opta por dos proveedores distintos (Alemania y Corea como pasó en parte de las propuestas), esto podría duplicar costos en repuestos, entrenamiento, logística y uniformidad operativa. Expertos advierten que dividir la orden entre distintos modelos podría complicar excesivamente el programa.
Industrial, económico y retorno para Canadá
- Es fundamental que parte de la construcción, mantenimiento o al menos parte de la producción, se realice dentro del país, para generar empleo, desarrollar capacidades locales, asegurar repuestos y reducir dependencia externa.
- El coste será elevado. Aunque no hay cifras definitivas divulgadas públicamente, todos los análisis coinciden en que se trata de uno de los programas de adquisición militar más costosos en la historia reciente canadiense.
Política nacional e implicaciones geopolíticas
- Elegir entre Alemania y Corea no es sólo técnico: hay implicaciones diplomáticas con aliados; compatibilidad con OTAN, co-producción, suministro conjunto, interoperabilidad, etc.
- Canadá ha sido presionado por países aliados para que se mantenga dentro de los marcos comunes de defensa, como los programas europeos de rearme (por ejemplo “ReArm Europe”), que buscan cooperación entre países vecinos en materia militar y capacidad de disuasión conjunta.
Posibles escenarios de decisión y resultados esperables
- Selección de un solo proveedor
Canadá podría decidir adjudicar todos los submarinos a uno de los ofertantes (Alemania o Corea). Esto simplificaría logística, uniformidad operativa y mantenimiento, pero también puede implicar dependencia concentrada. - Combinación de oferta (split contract)
Una estrategia más arriesgada pero posible sería que Canadá adquiera submarinos de ambos fabricantes: por ejemplo algunos del modelo TKMS y algunos del modelo Hanwha. Esto podría acelerar entregas, diversificar fuentes, pero complicaría mantenimiento y uniformidad. Expertos han manifestado que esto debilita la posición negociadora y aumenta los riesgos. - Enfoque incremental y fases
Puede que Canadá firme el contrato más adelante, con entregas escalonadas, y aproveche el tiempo para desarrollar o mejorar astilleros propios, capacitar personal y modernizar la cadena de suministro local. - Influencia de la economía global y geopolítica
Factores externos como costos de materiales (acero, electrónica), tarifas arancelarias, relaciones diplomáticas con Corea, Alemania, producción en astilleros heterogéneos, también influirán. Retrasos internacionales en otras órdenes pueden afectar el calendario.
La decisión que Canadá está por tomar en el programa de submarinos es más que una compra militar: es una definición de su identidad estratégica para las próximas décadas. Con la necesidad de patrullar aguas árticas, mantener presencia naval en ambos océanos Pacífico y Atlántico, cumplir compromisos con la OTAN y fortalecer su industria naval interna, el gobierno Carney enfrenta una encrucijada técnica, política y económica.
Optar por TKMS implicaría continuidad con aliados europeos con experiencia consolidada; elegir Hanwha podría ofrecer velocidad, tecnología moderna y posibles beneficios industriales; optar por ambos tendría riesgos de duplicidad; y retrasar afectaría la credibilidad operativa de la Marina Real Canadiense.
El éxito del programa dependerá de escoger bien, con transparencia, con visión de largo plazo, recursos adecuados, y responsabilidad con los ecosistemas, fuerzas militares y comunidad industrial canadiense. Canadá parece estar ya dando pasos firmes, pero los próximos años serán decisivos para materializar la promesa de modernización.
Fuente: www.cbc.ca
Foto: www.cbc.ca