THE LATIN VOX (12 de octubre del 2025).- Por Daniela Medina.
El primer ministro canadiense Mark Carney anunció su desplazamiento inmediato hacia Sharm el-Sheikh, Egipto, para asistir a una cumbre internacional convocada con el propósito de fortalecer la tregua en Gaza y definir pasos hacia una solución política sostenible. Su oficina confirmó la visita como parte de los esfuerzos multilaterales para poner fin al conflicto entre Israel y Hamas.
La cumbre, que se celebrará el lunes 13 de octubre, estará coorganizada por el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi y el expresidente estadounidense Donald Trump, con invitados de más de 30 naciones y organismos internacionales.
Para Canadá, la participación de Carney representa tanto un posicionamiento diplomático como un ejercicio de coherencia con su reciente reconocimiento del Estado palestino, que marca un cambio significativo en su política exterior hacia el conflicto de Oriente Medio.
Objetivos canadienses: humanitarismo, diplomacia y credibilidad global
Presión política y humanitaria
Canadá ha sido crítico del alto costo humanitario en Gaza y ha realizado llamados constantes a respetar el derecho internacional, garantizar el acceso de ayuda y evitar daños colaterales sobre civiles. La presencia de Carney busca reforzar esos mensajes en una arena global donde se definirán parámetros para la reconstrucción, el proceso político y garantías de seguridad.
Vínculo con la política de reconocimiento de Palestina
En septiembre de 2025, Canadá formalizó el reconocimiento del Estado palestino, bajo condiciones de gobernabilidad democrática, exclusión de Hamas de futuras estructuras políticas y compromiso con la desmilitarización. Con ese acto, Canadá buscó reinsertarse en el debate sobre la solución de dos estados. Su participación en la cumbre de Egipto es una extensión lógica de esa política.
Búsqueda de liderazgo moral frente a grandes potencias
Canadá, aunque un país con peso diplomático medio, aspira a asumir un papel propositivo más visible en temas urgentes como Gaza. Carney viajará a un escenario dominado por actores mayores EE. UU., Egipto, Arabia Saudita, países de la Unión Europea y deberá articular una posición que equilibre principios y pragmatismo.
Desafíos, tensiones y riesgos del viaje
Participación de actores clave y ausencias notables
- El presidente Trump y el presidente Sisi actuarán como anfitriones de la cumbre.
- Se espera la presencia de líderes de Francia, Reino Unido, Alemania, Turquía, Egipto y otros estados árabes.
- Hamas no fue invitado formalmente y algunos actores regionales manifestaron reservas respecto a su participación o rol posterior en la gobernanza de Gaza.
- La ausencia probable del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu es un punto sensible: su participación no ha sido confirmada, lo que podría debilitar la legitimidad del proceso multilateral.
Riesgo de expectativas no cumplidas
La cumbre tiene que enfrentarse a varias zonas de tensión:
- Garantías de que la tregua se mantenga más allá de lo inmediato.
- El rol futuro de Hamas: si se le otorga voz o participación política, las reacciones serán polarizadas.
- Definir mecanismos claros y confiables de reconstrucción, seguridad y reconstrucción institucional en Gaza.
- Evitar que el pacto diplomático se limite a declaraciones morales sin impactos concretos para los civiles en Gaza.
Presión doméstica interna
Carney también debe gestionar expectativas dentro de Canadá: los defensores de derechos humanos, las comunidades musulmanas y los sectores que observan con atención serán críticos si su participación no se traduce en resultados. Igualmente, Canadá podría enfrentar críticas si se percibe que favorece una postura más alineada con EE. UU. que con los principios del derecho internacional.
Escenarios probables y caminos post-cumbre
- Acuerdo diplomático con fases claras
La cumbre podría resultar en un plan por etapas con hoja de ruta para extensión de la tregua, liberación de rehenes y contribuciones internacionales para Gaza. - Compromiso simbólico sin acciones concretas
Si algunos países no cumplen o no suscriben compromisos sólidos, el resultado podría quedarse en buenas declaraciones sin efectos prácticos. - Fortalecimiento del multilateralismo árabe-internacional
Egipto podría consolidar su rol de mediador clave, y Canadá junto a otros países no tradicionales del Medio Oriente podría tener más peso en futuras negociaciones. - Retrocesos y rupturas
Si se reanuda la violencia, o alguien rompe la tregua, se socavará la credibilidad de la cumbre y los países involucrados podrían quedar expuestos políticamente.
El viaje de Mark Carney a Egipto supone un momento definitorio en la política exterior canadiense. En un conflicto donde casi todos los actores tienen intereses geoestratégicos, Canadá apuesta por presentarse como una voz de conciencia internacional, con apoyo humanitario y compromiso diplomático. Pero el éxito de esa apuesta dependerá no de los discursos, sino de la habilidad para traducir acuerdos en alivio real para Gaza y en pasos creíbles hacia la paz.
Fuente: www.cbc.ca
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