
THE LATIN VOX (14 de octubre del 2025).- Por Daniela Medina.
El primer ministro de Ontario, Doug Ford, lanzó una afirmación contundente: “no hay maldita manera” de que Canadá deba eliminar los aranceles a los vehículos eléctricos (EV) importados de China. La declaración ocurre en medio de un debate nacional intenso sobre política comercial, protección industrial y seguridad económica, que involucra a los gobiernos federal y provinciales, la industria automotriz y las relaciones diplomáticas con China.
La reacción de Ford no es aislada: refleja la presión que sienten los políticos canadienses frente a la necesidad de defender la manufactura local, responder a la competencia china y diseñar una estrategia de transición hacia vehículos limpios que no socave industrias nacionales clave.
Contexto: aranceles existentes y debate comercial con China
Medidas arancelarias vigentes
Desde octubre de 2024, Canadá impuso aranceles del 100 % sobre vehículos eléctricos chinos y gravámenes del 25 % a importaciones de acero y aluminio de China, como respuesta a prácticas que Ottawa considera desleales en términos de subsidios estatales y sobrecapacidad productiva en China.
Estas medidas buscan proteger las industrias automotriz, metalúrgica y de manufactura canadiense, especialmente ante el riesgo de que productos más baratos importados desde China saturen el mercado interior y generen un desplazamiento de fabricación local.
Tensiones comerciales y presiones externas
Canadá no actúa solo en ese frente. Estados Unidos y la Unión Europea han implementado políticas similares contra importaciones de EV chinos, buscando nivelar el campo de juego ante la competencia estatal asiática.
Además, los sindicatos canadienses, como Unifor, han pedido sanciones estrictas contra EV chinos y sus componentes, argumentando que permitir su ingreso libre podría socavar inversiones planificadas dentro de Canadá.
Dentro de Canadá, los gobiernos provinciales tienen voz y voto en la discusión comercial. Ontario, con su fuerte base manufacturera automotriz y relacione con Detroit, está particularmente expuesto a los efectos de competencia externa.
La intervención de Doug Ford y su justificación
Douglas Ford, líder del gobierno provincial de Ontario, lanzó su frase categórica durante una intervención ante la prensa, en el contexto de preguntas sobre la futura estrategia nacional de automóviles eléctricos.
La posición de Ford puede entenderse por varios factores:
- Protección del empleo manufacturero local
Ontario alberga plantas automotrices, cadenas de suministro y empleos que podrían verse afectados si llegaran EV chinos con ventajas de costo. Ford probablemente busca proteger esos intereses locales. - Presión política interna
Defender una postura firme frente a China puede generar apoyo entre industrias, sindicatos y electores preocupados por la pérdida de empleo frente a competencia global. - Contrapunto frente al gobierno federal
Su declaración plantea una diferencia frente a las discusiones que Ottawa podría estar considerando sobre flexibilizar aranceles o renegociaciones comerciales. Ford posiciona a Ontario en un papel de vigilante y garante de que cualquier cambio no comprometa la manufactura canadiense. - Negociación estratégica
La frase fuerte puede servir como carta de negociación ante el gobierno federal: “si cambian las reglas, deben protegernos”. Es una táctica para asegurar que cualquier ajuste venga acompañado de compensaciones o salvaguardas.
Riesgos, debates y posibles repercusiones
Riesgos de eliminar los aranceles
- Desplazamiento industrial: permitir la entrada masiva de EV chinos podría erosionar gradualmente la competitividad de las plantas automotrices canadienses.
- Pérdida de incentivos para producción local: los fabricantes podrían optar por importar más que producir en Canadá.
- Tensiones diplomáticas: eliminar aranceles podría interpretarse como sumisión ante demandas de China, generando críticas de partes interesadas o gobiernos provinciales.
- Impacto presupuestario y comercial: menores ingresos arancelarios y posibles respuestas contrarias de sectores nacionales o regionales.
Posibles ventajas de flexibilizar
- Precios más bajos para consumidores: mayor competencia podría reducir precios de EV, fomentando la adopción de tecnología limpia.
- Acceso a innovación y modelos diversificados: fabricantes chinos lideran en innovación en ciertos nichos; abrir puertas podría acelerar la transformación de mercado eléctrico canadiense.
Escenarios de negociación
- Mantenimiento estricto de aranceles
Canadá podría mantener su postura proteccionista a mediano plazo, defendiendo su mercado automotriz interno. - Ajustes parciales o excepciones sectoriales
Podrían diseñarse reglas que limiten el acceso o impongan estándares tecnológicos, pero permitan ciertos modelos o importaciones bajo restricciones. - Transición gradual con salvaguardas
Cualquier eliminación de aranceles podría ligarse a políticas de apoyo a fabricantes locales, subsidios o requisitos de producción nacional mínima. - Renegociación comercial multilateral
Canadá podría participar en acuerdos con EE. UU. y la UE para coordinar políticas de comercio de EV frente a China, buscando un frente común regulatorio.
Implicaciones internacionales y lecciones globales
La discusión canadiense no es aislada; es parte de un pulso global entre países con industria automotriz e inversiones estratégicas frente al auge de China en el sector de los vehículos eléctricos. Algunos puntos clave:
- Qué tan agresiva debe ser la política comercial frente a una competencia que cuenta con respaldo estatal.
- Cómo equilibrar la transición energética (fomentar EV) con la protección de industrias locales.
- Cómo coordinar políticas con aliados (EE. UU., UE) para evitar que China aproveche brechas reglamentarias en mercados individuales.
- Cómo diseñar políticas inteligentes de subsidios, incentivos y reglas tecnológicas que fortalezcan la competitividad nacional frente a la importación barata.
Fuente: www.cp24.com
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