THE LATIN VOX (29 de octubre del 2025).- Por Daniela Medina.
Una escena diplomática inusual y de alto voltaje se desarrolló el martes en una sesión del Canadian American Business Council en Ottawa cuando Pete Hoekstra, embajador estadounidense en Canadá, protagonizó una dura arenga verbal contra un representante comercial de la provincia de Ontario. El incidente calificado como “una descarga con lenguaje soez” por testigos presenciales ha encendido las alarmas en los círculos diplomáticos canadienses y plantea preguntas serias sobre el estado de la relación bilateral entre los dos países.
Según la cobertura de CBC News, Hoekstra utilizó expresiones como “fuck” para reprochar al negociador provincial por un anuncio televisivo lanzado por el gobierno de Ontario que atacaba los aranceles estadounidenses, una campaña que, según Washington, constituyó una provocación inaceptable.
¿Qué ocurrió exactamente?
Durante la mañana del martes, el embajador estadounidense fue invitado a hablar ante un fórum de negocios y diplomacia en la capital canadiense. Después de su intervención formal, en un pasillo del edificio, según múltiples fuentes, se produjo un encuentro informal pero tenso entre Hoekstra y un alto representante comercial de Ontario que participaba en el evento. Testigos afirman que Hoekstra le reprochó directamente:
“¡¿Por qué siguen con esa publicidad estúpida?, basta ya… fuck this, get real!”, señaló, visiblemente irritado.
Los reclamos del embajador giraban en torno al anuncio televisivo pagado por el gobierno de Ontario que usó un fragmento de un discurso de Ronald Reagan para criticar los aranceles de EE. UU. —campaña que según Hoekstra y otros analistas bilaterales habría sido interpretada desde Washington como una provocación electoral y comercial.
Reacción en Canadá
La repercusión fue inmediata. Varios parlamentarios canadienses y funcionarios provinciales emitieron comunicados reclamando una corrección diplomática. Parlamentarios de oposición en Ottawa calificaron el episodio como “irrespetuoso” y “una ofensa al decoro que debe regir las relaciones internacionales”.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Fabricantes de Partes Automotrices de Canadá sector clave en la disputa arancelaria entre los dos países acusó al embajador de recurrir al “gaslighting diplomático”, señalando que era la propia Washington la que está minando la confianza comercial, no Ottawa.
La Embajada de EE. UU. en Ottawa emitió un breve comunicado donde Hoekstra lamenta que sus comentarios hayan sido “mal interpretados en tono y contexto” y reitera su “compromiso con el comercio justo y el respeto mutuo entre naciones soberanas”.
Trasfondo: tensión comercial y diplomática
La exaltación de Hoekstra no aparece en un vacío: se da en un momento de máxima tensión entre Ottawa y Washington, marcada por aranceles, campañas públicas de críticas recíprocas y un clima de rivalidad comercial cada vez más abierto. En particular:
- El anuncio del gobierno de Ontario usando el discurso de Reagan provocó que el presidente Donald Trump pusiera fin a las negociaciones comerciales con Canadá y amenazara con un 10 % adicional de aranceles sobre productos canadienses.
- Hoekstra había calificado previamente a la última victoria del Partido Liberal de Canadá como una “campaña anti-americana”, lo que había avivado la molestia en Ottawa.
En otras palabras: la frustración del embajador refleja una percepción desde Washington de que Canadá estaría adoptando un rol más crítico y menos cooperativo, al tiempo que EE. UU. acelera su política arancelaria como herramienta de influencia.
Implicaciones reales y riesgos diplomáticos
Para las relaciones bilaterales: El episodio representa un deterioro del tono diplomático entre dos aliados que históricamente han cultivado una de las fronteras más pacíficas y colaborativas del planeta. Un embajador que pierde el control verbalmente debilita la institucionalidad de la relación.
Para el comercio bilateral: Dado que el sector automotriz, piezas y manufactura dependen de un marco Canadá-EE. UU. estable, la escalada verbal añade una dosis de incertidumbre para empresas e inversores que ya enfrentan tarifas y barreras crecientes.
Para la diplomacia profesional: La conducta de un representante extranjero que emplea lenguaje vulgar en público plantea preguntas sobre los estándares de comportamiento diplomático y la capacidad del Estado receptor (Canadá) para responder sin desgastar aún más la relación.
¿Qué puede venir ahora?
- Una reprimenda diplomática formal: Se espera que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Canadá convoque al embajador para aclaraciones o presente una queja formal, marcando un punto de inflexión en la relación.
- Ajustes en la estrategia comercial de Canadá: Frente a una Washington más agresiva, Ottawa podría reformular su enfoque diplomático-económico: diversificando mercados, reforzando alianzas con países fuera de EE. UU. o revisando sus anuncios públicos.
- Posible escalada verbal o comercial: Si no se asienta el diálogo entre los gobiernos, el riesgo de nuevas sanciones, aranceles o medidas de retorsión pública aumenta, lo que podría impactar exportaciones canadienses claves como automóviles, aluminio y alimentos.
- Refuerzo del nacionalismo comercial canadiense: La conducta del embajador podría fortalecer internamente la narrativa de que Canadá debe depender menos de EE. UU. y construir alianzas más autónomas, lo que implica un cambio estratégico a medio plazo.
La explosiva reacción verbal del embajador Pete Hoekstra en Ottawa no debe ser vista solo como un berrinche aislado: es un síntoma de una escalada más profunda en las relaciones entre Canadá y EE. UU., que combina tensiones comerciales, resentimientos históricos y una diplomacia cada vez más directa.
Para Canadá, el reto es doble: defender su soberanía comercial sin abrir una fractura innecesaria con su aliado más importante; para EE. UU., el desafío es gestionar sus exigencias sin deteriorar amistades tradicionales. Y en medio de todo esto, las consecuencias económicas podrían impactar a empresas, trabajadores y ciudadanos de ambos países.
En definitiva: lo que comenzó como una campaña publicitaria de una provincia canadiense desembocó en un incidente diplomático que expone grietas en la “special relationship” entre dos vecinos y obliga a repensar cómo se hacen negocios, política y diplomacia en la frontera más larga del mundo.
Fuente: www.cbc.ca
Foto: Google fotos