THE LATIN VOX (01 de Noviembre del 2025).- Por Daniela Medina.
La Federal Aviation Administration (FAA) ha informado que cerca del 50 % de los 30 aeropuertos más transitados de los Estados Unidos están sufriendo importantes ausencias de controladores de tráfico aéreo, una situación que ha provocado retrasos, cancelaciones y paradas en el flujo normal de vuelos.
El desajuste, vinculado en gran parte al cierre parcial del gobierno federal que ha dejado a miles de empleados sin pagar durante semanas ha elevado los retrasos a niveles no vistos desde la recesión. En algunos casos, los tiempos de espera promedio superan la hora y media en aeropuertos clave.
¿Qué está pasando exactamente en los aeropuertos?
La FAA ha detallado que al menos 35 instalaciones incluidos aeropuertos y centros de control reportaron deficiencias de personal justo esta semana.
En la zona metropolitana de Nueva York, el porcentaje de controladores ausentes alcanzó el 80 % en algunos turnos, lo que generó demoras medias de 140 minutos en vuelos que salían o llegaban a la región.
Aeropuertos como Orlando International Airport, Dallas/Fort Worth International Airport y Ronald Reagan Washington National Airport han tenido que aplicar programas de “ground delay” o incluso “ground stop” (detención de vuelos en tierra) por falta de controladores certificados.
El volumen de vuelos retrasados o cancelados hoy es significativo: más de 5 600 vuelos demorados y cerca de 500 cancelados únicamente el viernes pasado, según datos de plataformas de seguimiento.
¿Por qué se ha llegado a este punto?
1. Cierre parcial del gobierno
La crisis se enmarca en el contexto de un cierre de las operaciones federales que ya supera el mes. Trabajadores esenciales, incluidos controladores de tráfico aéreo y funcionarios del Transportation Security Administration (TSA), están trabajando sin salario, lo que ha generado aumento de ausencias y bajas por desgaste.
2. Escasez estructural de personal
Incluso antes del cierre, la FAA ya reconocía una falta de controladores: unos 3.500 profesionales menos de los necesarios según sus objetivos de plantilla. El estrés laboral, las horas extra obligatorias y la fatiga eran ya problemas crónicos.
3. Efecto dominó en el sistema
Cuando un centro de control sufre ausencias, los vuelos deben ser redistribuidos, los horarios ajustados y los flujos regulados a menos capacidad. Esto agrava la red nacional: retrasos en un aeropuerto afectan conexiones, tripulaciones, logística y equipaje en cadena.
Consecuencias inmediatas y a mediano plazo
Para los viajeros
- Mayor incertidumbre en vuelos nacionales e internacionales, sobre todo en aeropuertos grandes y centros de conexión.
- Posibles duplicaciones de tiempo de espera en tierra, retrasos en salidas y llegadas, y servicios modificados en ruta.
- Pérdida de conexiones, mayores tiempos de tránsito y estrés para quienes tienen itinerarios ajustados.
Para las aerolíneas y aeropuertos
- Incumplimiento de horarios que puede generar compensaciones, aumento de costos operativos y desgaste de la reputación de los transportistas.
- Necesidad de reprogramaciones de vuelos, reasignaciones de tripulación y combustible extra para compensar demoras.
Para la seguridad del sistema
- Aunque no se ha anunciado una degradación formal de seguridad, la FAA indica que los retrasos son consecuencia de ajustar el tráfico a la capacidad de personal y evitar riesgos.
- Expertos advierten que si la situación se extiende, pueden generarse cuellos de botella más serios que amenacen la fluidez del espacio aéreo americano.
¿Qué escenarios pueden venir ahora?
- Resolución rápida del cierre: Si el Congreso aprueba un presupuesto u otro mecanismo de financiación pronto, se aliviaría la presión sobre el personal y los retrasos podrían reducirse en semanas.
- Persistencia del cierre y empeoramiento: Si no se resuelve, el problema se extenderá para la temporada de alto tráfico por ejemplo, las vacaciones, lo que podría derivar en una crisis mayor en la aviación doméstica.
- Medidas de contingencia estructurales: La FAA podría implementar restricciones temporales de vuelos, reducir la velocidad de tráfico o cambiar rutas para compensar su falta de controladores, lo que implicaría un patrón más frecuente de demoras programadas.
¿Qué pueden hacer los viajeros y las partes implicadas?
- Viajeros: Verificar el estado del vuelo con anticipación, prever mayor tiempo en tierra, considerar alternativas y, si es posible, evitar conexiones en aeropuertos con fuerte déficit de personal.
- Aerolíneas: Ajustar logística, reforzar la comunicación con clientes, planificar contingencias y renegociar slots o rutas en aeropuertos muy afectados.
- Aeropuertos: Priorizar vuelos críticos, optimizar la asignación de controladores disponibles y coordinar con la FAA para minimizar el impacto de las ausencias.
- Autoridades y legisladores: Resolver a la brevedad la financiación del sistema federal de control del tráfico aéreo, aumentar el reclutamiento y formación de controladores, y proporcionar apoyo temporal para evitar la caída del sistema en momentos clave.
La crisis de personal en el sistema de control del tráfico aéreo de EE. UU., agravada por un cierre prolongado del gobierno y preexistentes carencias estructurales, está provocando una interrupción de gran escala en los vuelos, con efectos que se sienten en todo el país.
La fluidez del espacio aéreo, la confianza de los viajeros y la estabilidad del transporte aéreo doméstico están bajo presión. Detrás de cada retraso hay una combinación de condiciones laborales, presupuestarias y organizativas que requieren atención urgente si se desea evitar un colapso mayor.
En un país donde volar es parte del paisaje diario para millones, esta disrupción no es un hecho aislado: apunta a una vulnerabilidad sistémica que podría poner en jaque no solo vuelos, sino conectividad, economía y seguridad aérea. El reloj corre, los aviones esperan… y el sistema demanda una solución ya.
Fuente: /www.bbc.com
Foto: Google fotos